A dos semanas de haber arrancado formalmente la campaña rumbo al histórico proceso electoral judicial del próximo 1° de junio de 2025 —una jornada sin precedentes que permitirá a la ciudadanía elegir Ministros, Magistrados y Jueces Federales—, se comienzan a trazar con mayor nitidez las intenciones, los estilos, y sobre todo, los perfiles que participan en este ejercicio democrático.
Y entre tanto colorido, tanto video viral, y tanta saturación mediática disfrazada de «campañas innovadoras», emerge con serenidad, pero con fuerza, un nombre que representa la esperanza de que no todo está perdido en el aparato de justicia: Gerardo Gustavo Alemán Lara.
Tamaulipeco por nacimiento y convicción, Alemán Lara no necesita montar un espectáculo para que su voz se escuche. No ha salido a cantar, ni a disfrazarse, ni a recitar frases grandilocuentes. Su mejor carta es su historial. A sus 39 años, acumula más de 15 dentro del Poder Judicial, y más de una década como Secretario de Tribunal. Su candidatura para ocupar el cargo de Magistrado Federal en Materias Penal y de Trabajo en Tamaulipas no solo es técnicamente sólida, sino éticamente inspiradora.
Es un jurista con vocación, sí, pero también un formador de generaciones, un pedagogo del derecho que no se conforma con conocer la ley: la enseña, la explica, la humaniza. A través de cápsulas informativas que publica en redes sociales, lejos de la banalidad, se enfoca en transmitir conocimiento útil, con sustancia, con sentido social. No hay promesas vacías en su campaña, sino propuestas claras. No hay show, hay sustancia.
Alemán Lara representa la seriedad en un proceso que por momentos amenaza con trivializarse. En él convergen el rigor técnico, el compromiso ético y la voluntad de seguir sirviendo desde la justicia. En tiempos donde las togas se usan como disfraces de campaña, encontrar a alguien que la honre con decoro es un verdadero acto de esperanza.
Porque como él mismo lo ha dicho: “De un Magistrado no debemos esperar chistes, sino la certeza de que sabrá decir el derecho”. Y eso, en esta contienda, vale oro.
En la intimidad… La Semana Santa no solo llena las costas tamaulipecas de turistas y sombrillas, también trae consigo un espectáculo natural digno de reverencia: la anidación de la tortuga lora, una de las especies marinas más emblemáticas y tristemente en peligro de extinción.
Durante estos días, el litoral de nuestro estado se convierte en refugio y cuna de vida. Ahí, en la arena caliente, estas tortugas inician su proceso de desove, depositando sus huevos con precisión milenaria. Cada una que llega representa una historia de supervivencia, una esperanza para la biodiversidad marina.
La Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (SEDUMA), consciente de la importancia de este fenómeno, ha hecho un llamado enérgico, pero respetuoso, a quienes visitan las playas: actuar con conciencia ecológica. No tocar los nidos, evitar las luces, mantener distancia prudente, y lo más básico: no dejar basura. Cada acción cuenta.
“Cada huevo representa esperanza para la especie”, declaró Karina Lizeth Saldívar Lartigue, titular de la SEDUMA. Y tiene razón. La tortuga lora no es solo un símbolo ambiental, es testimonio viviente de que la naturaleza aún resiste… pero no sola. Necesita de nosotros, y esta Semana Santa es la oportunidad de demostrarlo.
Así que, antes de subir la selfie o levantar el dron, vale la pena detenerse, mirar con respeto a esa madre tortuga que cava su nido y preguntarnos: ¿qué huella quiero dejar yo en esta playa?
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