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Opinión

Volver al futuro

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Elecciones presidenciales del 2006 en México. Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, contendiente del Partido Acción Nacional, se convirtió en el presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos; el perredista Andrés Manuel López Obrador, quedó a cargo del “gobierno legítimo” de la nación, y los tamaulipecos Carlos Romero Deschamps y Eugenio Javier Hernández Flores, en sus respectivos aposentos, bebían tequila y cerveza al mejor estilo del priísta poderoso tradicional, ¡su gallo había ganado! 

Año 2006, don Carlos, el poderoso líder del Sindicato Petrolero, y el güero de los ojos maravillosos, dominaba como gobernador de Tamaulipas. En ese entonces, allá en el palomar de la arena política, muy a lo lejos se escuchaban los hurras y aplausos de Sergio Arturo Posadas Lara, quien terminaba su gestión como legislador federal; Adrián Oseguera Kernion, se ganaba la vida en la industria de los hidrocarburos y Jaime Turrubiates Solís, posicionaba en el noreste de México la marca Church’s Chicken.   

Elecciones intermedias en Tamaulipas, año 2007, Felipe Calderón, se ahogaba en el mar de sangre y llanto, derivado de una guerra sin fin que desató estúpidamente al declararse enemigo de unos delincuentes tan penetrantes como la humedad; Andrés Manuel, tejía un invisible lazo verborreico con el que amarraba a cuanto adversario político se le ponía enfrente. Sin saberlo, construye la soga que ahorcará al Presidente de los Estados Unidos Mexicanos en 2024. Calderón “gobernó” desde Los Pinos; López, tuvo su sede en el Zócalo Capitalino. 

En aquel periodo estatal electoral, Romero Deschamps y Eugenio Hernández, seguían bebiendo tequila y cerveza, pero golpeteaban la mesa por desacuerdos; no encontraron coincidencias. Adrián Oseguera, se convirtió en candidato del PRD a la presidencia municipal de Ciudad Madero; Jaime Turrubiates Solís, abanderado por el Partido Acción Nacional, tenía el respaldo de Eugenio Hernández, sí, del gobernador priísta que había cargado sus dulces a favor de Calderón Hinojosa para que López Obrador se quedara en la banqueta de Palacio Nacional y Sergio Arturo Posadas Lara, impuesto por Romero Deschamps, era el candidato del Revolucionario Institucional (PRI).

Finalmente, por menos de 200 votos, Checo Posadas ganó en la mesa, su padrino mágico puso de rodillas a Eugenio Hernández, quien había perdido la partida con Jaime; sin embargo, tres años después lo dejó como presidente municipal, pero bajo las siglas del PRI en alianza con el Partido Verde; Adrián Oseguera, simplemente se desvaneció en aquella contienda ni la presencia de Alejandro Encinas le sirvió. 

Proceso intermedio del Gobierno de México, autodenominado Cuarta Transformación; se renueva la cámara baja. Felipe Calderón, acorralado por sus errores del pasado vocifera vía Twitter; López Obrador, es el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de la República Mexicana; Eugenio Hernández, en prisión a expensas de que AMLO lo libere para operar a favor de Morena; Sergio Posadas en el cielo y en el corazón de los maderenses, murió muy joven, pero dejó un gran legado; Jaime Turrubiates, hoy de nueva cuenta es candidato a la alcaldía de Ciudad Madero, otra vez bajo las siglas del PAN y como en aquel año, con todo el apoyo del gobernador del estado, hoy, Francisco Javier García Cabeza de Vaca y su secretario General de Gobierno, César Augusto Verástegui Ostos; mientras que Adrián Oseguera Kernion, maduró en su negocio de los hidrocarburos y pugilista fajador contra los accesos de la Cuarta Transformación, busca la reelección. 

Lo de Oseguera y Turrubiates va a ser una pelea de primer nivel, de esas que estilan programarse los 15 de septiembre en Las Vegas, Estados Unidos; ahora sólo queda esperar, ya siéntese señora, antes de que comience la función. 

PD: Por cierto, Carlos Romero, vive riéndose de las promesas de campaña del presidente Andrés Manuel López Obrador y sus correligionarios. 

davidcastellanost@hotmail.com

@dect1608

Foto: Sergio Arturo Posadas Lara (12 de agosto 1963- 21 de marzo 2016), querido político tamaulipeco. 

Opinión

El diputado que ya se les apareció en el mes del susto

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En el tablero político de Tamaulipas, donde los nombres se barajan con cautela y los proyectos se miden más por silencios que por anuncios, el diputado Humberto Prieto Herrera acaba de dar un golpe de autoridad que pocos esperaban y muchos ahora observan con atención. El presidente de la Junta de Gobierno del Congreso local fue calificado por la revista especializada CongresistasMex como el mejor legislador local del país, una distinción que no se entrega por simpatía, sino por resultados.

El estudio, realizado entre el 1 de agosto de 2024 y el 30 de septiembre de 2025, recogió la opinión ciudadana sobre desempeño legislativo, acuerdos parlamentarios, gestión e impacto social. Y ahí, el tamaulipeco se colocó en la cima. Su nombre apareció junto al de figuras nacionales con peso político propio, pero fue él, desde el norte del país, quien capturó el primer lugar en reconocimiento público y eficiencia parlamentaria.

Humberto Prieto Herrera —de temple mesurado y verbo sereno—, simpático el muchacho, ha construido una trayectoria que no se alimenta del ruido ni del escándalo, sino de decisiones firmes que, si bien no siempre complacen a todos, han sido respetadas incluso por sus adversarios. Quienes lo conocen en corto dicen que “nunca cierra puertas”, y eso, en la política de pasillos y lealtades cambiantes, vale más que cualquier discurso. Eso, lo escuché en  Monterrey, un día que comía en La Torrada, y un par de políticos de Reynosa, hablaban del Prieto, de eso allá por el 2019.

El asunto es que entre los logros que lo colocaron en esa posición de honor destacan quince iniciativas en materia de transparencia y seguridad fronteriza, además de gestiones que destinaron 20 millones de pesos para mujeres emprendedoras en zonas rurales. Son datos duros, concretos, que comienzan a perfilar a Prieto no solo como operador político eficaz, sino como figura con proyección más allá del Congreso.

En los tiempos políticos que corren, donde cada gesto se interpreta como preludio, el ascenso de Humberto Prieto a la conversación pública no es casualidad. Octubre apenas comienza, pero el diputado ya se les apareció a varios del gabinete y del partido. En el mes del Halloween, su nombre se suma —de manera inevitable— al cartel de los candidateables a suceder a Américo Villarreal Anaya. No porque se imponga, sino porque su trayectoria, su perfil negociador y su constancia lo colocan ahí, con legitimidad, además, ha sabido demostrar lealtades al gobernador.

Y quizá, como suele ocurrir con los políticos que avanzan sin aspavientos, muchos no lo vieron venir. Pero el susto ya está dado.

En la intimidad…  La Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), bajo la dirección del rector Dámaso Anaya Alvarado, consolida un modelo institucional donde la seguridad integral se entiende como un pilar de desarrollo académico. La casa de estudios ha reforzado sus protocolos en todos sus campus, desde la seguridad física hasta la cibernética, en coordinación con autoridades estatales y de protección civil.

A través de la Dirección de Protección Universitaria, la UAT ofrece asistencia vial, atención prehospitalaria, vigilancia institucional y capacitación de brigadas internas. En paralelo, la Dirección de Infraestructura Tecnológica implementa sistemas avanzados de protección digital para evitar vulneraciones que afecten el entorno académico.

La universidad fue acreditada con el sello “C3! Cyber: Cultura, Conciencia y Comunicación en Ciberseguridad”, un reconocimiento que avala su liderazgo nacional en materia de ciberseguridad educativa.

En lo humano, la institución mantiene su compromiso de acompañamiento emocional a través de unidades de apoyo psicológico y la Defensoría de los Derechos Universitarios, encargada de tutelar la integridad y la dignidad de cada miembro de la comunidad.

Con esta política de protección integral, la UAT se reafirma como una universidad moderna, segura y humanista, donde la educación no se limita al aula, sino que abarca la tranquilidad y el bienestar de toda su comunidad.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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Opinión

Es un genocidio, no una guerra

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Por: Zaira Rosas

zairosas.22@gmail.com

Más de 67 mil personas, en su mayoría mujeres y niños han muerto a causa del
conflicto entre Israel y Palestina, van casi dos años de esta masacre y aunque se
atisba un poco de esperanza con las declaraciones de Donald Trump, presidente
del país que representa el mayor aliado de Israel, es claro que el mundo no presta
atención suficiente la realidad. Un genocidio está teniendo lugar y como sociedad
tenemos que actuar de manera urgente.
Desde el 7 de octubre de 2023 en Palestina sólo conocen el dolor y el caos, las
personas mueren de hambre, por falta de medicinas y quienes han logrado
escapar narran el infierno de no saber estar en paz aún lejos de las bombas y el
asedio constante. ¿Cómo es que ante tantos muertos y atentados contra los
derechos humanos sigamos considerando ajeno el dolor?
Esto no se trata de puntos de vista o posturas, se trata de humanidad y empatía,
como la que tuvo la Global Sumud Flotilla, compuesta por 44 embarcaciones que
buscaba enviar ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, misma que fue
brutalmente frenada por Israel al catalogar a los civiles que viajaban en los barcos
como terroristas y detenerlos bajo múltiples métodos de tortura.
En los barcos van múltiples activistas, la más conocida Greta Thunberg, a quien
arrastraron del cabello para dar una lección al resto de detenidos, han dado poca
agua y alimentos, tiene 22 años y aún sabiendo lo que podía enfrentar no ha
dejado de hacer eco de la necesidad de ayuda a las personas de Palestina, no por
apoyar una postura política, sino por simple humanidad.
En la Global Sumud Flotilla también iban 6 mexicanos, a quienes el gobierno de
México pide puedan regresar adecuadamente a su país, pues tal como dijo la
presidenta Claudia Sheinbaum, no cometieron ningún crimen.
El monarca de España también se ha pronunciado ante organismos
internacionales pidiendo que se detenga el genocidio y es que cuando todo haya
pasado ¿podremos decirnos humanos después de haber permitido tales horrores?
Una postura diplomática por parte de más naciones es urgente, la ONU ha emitido
recomendaciones y hay sanciones hacia Israel, sin embargo, resultan insuficientes
ante el aún apoyo mostrado por Estados Unidos.
Si las naciones exigen el cese de acompañamiento por parte de Estados Unidos
verdaderamente podríamos hablar de esperanza para las familias que aún luchan
por sobrevivir entre los escombros. Tal como lo declaró el ministro de finanzas
israelí Bezalel Smotrich. “Estamos rompiendo Gaza y dejándola convertida en una
pila de escombros, con una destrucción completa y sin precedentes en el mundo.

Y el mundo todavía no nos ha parado” ¿Hasta cuándo actuaremos en conjunto
para detener los atentados?
Este lunes comenzará de nuevo una negociación entre Israel y Hamas, donde se
espera pueda haber un cese real al fuego que ha acabado en su mayoría con
civiles y destrozado más del 90% de Gaza. Son 20 puntos los que estarán en
juego donde el más destacado ha sido la liberación de rehenes y secuestrados en
ambas vías, sin embargo, hay puntos controversiales que hablan sobre el
gobierno de Palestina y la propuesta de establecer un grupo internacional liderado
por Trump donde también participaría el ex ministro británico Tony Blair.
Hoy más que nunca, la humanidad se pone a prueba. No basta con mirar las
noticias y lamentar las imágenes que inundan las redes; el silencio y la indiferencia
también son cómplices de la barbarie. Lo que ocurre en Palestina no es un
conflicto lejano, es un reflejo del fracaso colectivo de nuestra empatía. Cada vida
perdida nos recuerda que el dolor no tiene fronteras y que guardar neutralidad
ante un genocidio es renunciar a la esencia misma de ser humanos.

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Opinión

El poder no se presta, ni se comparte, ni se renuncia

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El poder que otorgan las urnas tiene un peso indelegable. No es título honorífico, ni bálsamo para repartir privilegios; es responsabilidad directa, decisión propia, liderazgo inequívoco. Cuando un personaje político lo confunde con un préstamo, lo comparte sin transparencia o lo cede a terceros ajenos al mandato, el electorado pierde, la juridicidad se resquebraja, y la historia juzga sin miramientos.

Francisco Javier García Cabeza de Vaca forjó su llegada al poder como primer panista en gobernar Tamaulipas, un estado complejo por su posición estratégica y su exposición al crimen organizado, tráfico ilegal y otros flagelos. Su gobierno acumuló aciertos: seguridad, inversiones, promoción energética. Pero su gran error personal fue permitir que su poder fuera “administrado” por otros, en particular sus hermanos. El público veía decisiones tomadas por figuras cercanas, pero no electas, decisiones que repercutían en lo político y lo público. Esa pérdida de mando directo cobró factura: la oposición, los morenistas, lo siguen usando como bandera, como ejemplo de un poder compartido mal entendido, que engendra impunidad y confusión.

María Magdalena Peraza Guerra, “la maestra”, es otro caso. En su primera administración municipal, como alcaldesa panista, tuvo una gestión reconocida —con fallas, como cualquier gobierno— pero con autoridad propia. En su segundo mandato, recargó muchas decisiones en su sobrino Luis Peraza Basáñez y en el tesorero Edgar Ánimas Del Ángel. No fueron electos para liderar, pero asumieron roles de poder ejecutivo informal. Cuando los errores cometidos por estos terceros se reflejan en resultados deficientes, la ciudadanía ve a la alcaldesa, no a ellos, como responsable. En su afán, quizá, de multiplicar apoyos o extender el control familiar, Peraza dejó de asumir directa y públicamente la responsabilidad de cada tropiezo. Eso le pasó factura. El pueblo no votó por los allegados, votó por ella.

Ejemplos hay muchos: Enrique Peña Nieto con Luis Videgaray; Vicente Fox Quesada con sus hijastros; Felipe Calderón y el peso de decisiones de otros; Andrés Manuel López Obrador, al final, siendo vehemente crítico, terminó defendiendo decisiones de colaboradores con conflictos o cuestionamientos profundos. En todos ellos se repite el patrón: cuando el titular del poder delega demasiado, cuando permite que quienes no fueron electos medien con el mando, se diluye la rendición de cuentas.

Ahora pienso en Tampico. En la alcaldesa Mónica Zacil Villarreal Anaya recae un momento histórico: ser la segunda mujer presidenta municipal de Tampico, con expectativas enormes, con ojos que la juzgarán como a pocas. Por ningún motivo debe compartir su poder, ni siquiera de broma, ni permitir que decisiones clave se tomen en despachos ajenos al suyo o mediadas por familiares, allegados, que no enfrentaron elecciones pero pueden terminar marcando la gestión.

Los aciertos y los errores quedarán inscritos bajo su nombre. No habrá exención. Lo bueno, si fue suyo, será reconocido; lo malo, también. No basta con articulados discursos ni promesas electorales; el liderazgo real se muestra en las decisiones propias, en la responsabilidad directa, en la capacidad de defender cada obra, cada servicio, cada política pública. Tampico merece autoridades que asuman, que se hagan cargo, que no permitan sombras ni intermediarios con poder real.

En la intimidad… Comparte el rector logros y proyectos con estudiantes de la Facultad de Derecho Victoria.
Al encabezar un recorrido en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales Victoria, el rector Dámaso Anaya Alvarado dialogó con estudiantes, docentes y directivos para informar sobre los logros recientes de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, y para escuchar las necesidades de la comunidad universitaria.

En la jornada ‘Un día con tu rector’, fue recibido por el director Edy Izaguirre Treviño y titulares de coordinaciones. Se mostró decidido a reforzar el proyecto institucional, generar mayores oportunidades para la juventud estudiantil.

Reafirmó compromisos con las licenciaturas de Derecho, Ciencias de la Comunicación, Negocios Internacionales y Turismo; con los posgrados y la investigación de la Facultad. También expuso logros académicos, científicos y de vinculación, incluyendo proyectos con el Gobierno del Estado, convenios con la UNAM, con universidades de España y Colombia. Se presentó el Congreso Internacional de Turismo y Gastronomía Rural AMESTUR 2026 que se realizará en Ciudad Victoria, 7 y 8 de mayo.

Durante su recorrido, visitó aulas, centro de cómputo, el centro gastronómico. Aprovechó para convivir con estudiantes, darles la bienvenida a los de nuevo ingreso, y motivarlos a aprovechar los servicios universitarios. Mostró interés en conocer directamente sus inquietudes, y dejó claro que crecimiento institucional en matrícula y diversificación de oferta siguen siendo ejes de su gestión.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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Opinión

Dámaso y el músculo sindical

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La firma del Contrato Colectivo de Trabajo 2025 entre la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) y el Sindicato Único de Trabajadores (SUTUAT) no es simplemente un acto administrativo, sino un mensaje político, institucional y de gobernabilidad interna. El rector Dámaso Anaya Alvarado, al estampar su firma junto con la del secretario general sindical José Luis Castañón Ramos, no sólo selló un documento, selló también un compromiso que le asegura estabilidad operativa a la Universidad y certeza laboral a su planta trabajadora.

En el papel se habla de mejoras salariales, prestaciones y condiciones laborales. Pero en la realidad, lo que se refrenda es un pacto de confianza mutua que permite a la administración central de la UAT mantener una relación directa, sin fracturas, con la estructura sindical, tan influyente como necesaria para el buen curso académico y administrativo de la institución.

La inclusión del secretario de Trabajo y Conflictos del SUTUAT, Juan Gabriel Puga Limón, así como de representantes sindicales de las zonas norte, centro, sur y Mante, no es menor. Fue una firma respaldada por toda la estructura territorial del sindicato, lo que fortalece aún más la imagen de unidad que el rector busca proyectar en su gestión. Junto a su equipo de colaboradores —María Concepción Placencia Valadez, Eduardo García Fuentes, Ismael Quintanilla Acosta y Jesús Francisco Castillo Cedillo—, Dámaso Anaya dejó claro que la rectoría no improvisa, y que hay planeación y rumbo en la conducción de la universidad.

Este tipo de acuerdos son, además, parte de una estrategia más amplia: blindar a la UAT de conflictos internos en momentos donde el país y el estado avanzan en procesos de transformación política, educativa y social. Lo que pasa en la universidad pública más importante de Tamaulipas siempre tiene repercusiones fuera de sus aulas, y el rector parece tenerlo muy claro.

En la intimidad… A la mitad del camino de su gobierno, Américo Villarreal Anaya no sólo mantiene el rumbo, sino que reafirma una conducción de Estado basada en principios de justicia social, respeto a los derechos humanos y una visión profundamente humanista. Su mensaje, reciente y firme, da cuenta de un liderazgo sereno, pero decidido, con resultados tangibles que han impactado la vida pública de Tamaulipas.

No es menor haber reducido los delitos de alto impacto en más del 50 por ciento. No es casualidad que la pobreza extrema haya disminuido como no se había visto antes en la historia del estado. No es retórica el decir que Tamaulipas ha recuperado su lugar en el escenario nacional gracias a finanzas sanas, infraestructura estratégica y políticas públicas con rostro humano.

Américo ha devuelto a la política su sentido ético. Hoy en Tamaulipas se respira una gobernanza distinta, donde las instituciones están al servicio de la ciudadanía y donde las decisiones se toman con responsabilidad social, no desde la imposición ni el autoritarismo. Su administración ha sumado a todos los sectores, ha respetado la pluralidad y ha puesto énfasis en los que menos tienen, sin simulaciones.

El acompañamiento del Poder Judicial y el Poder Legislativo en su reciente informe es un símbolo de equilibrio republicano, y la mención de Claudia Sheinbaum como la primera presidenta de México no fue un gesto político, fue un acto de coherencia ideológica con el proyecto nacional de transformación.

Tamaulipas tiene rumbo. Tiene liderazgo. Y tiene gobernador. Uno que, lejos del espectáculo, trabaja. Uno que, en silencio, ha comenzado a reconstruir el pacto social, devolviendo dignidad, paz y esperanza a un pueblo que por años fue rehén de intereses ajenos al bien común.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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