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Opinión

La deuda social del Museo de Tampico

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Gran Tampico
Por Julián Javier Hernández
Cuando Josep Pla pasó un fin de semana en Nueva York, desechó la idea de que el símbolo de la ciudad fuera la Estatua de la Libertad, el Centro Rockefeller o Times Square, es decir, todo lo que se considera característico. A él no le pareció así, y expresó su preferencia por el Museo Metropolitano de Arte, también llamado Met.

Desde luego, notó el fulgor del éxito en cada rincón de la urbe, pero solo el Metropolitano le comunicó la grandeza real de Nueva York. “El síntoma externo más explícito de la riqueza de esta ciudad es el museo”, escribió Plá.

Estas palabras me hicieron pensar en la imagen que el Museo de Tampico refleja en la comunidad. ¿Lo siente suyo la gente? ¿Despierta el sentido de pertenencia en la región?

Antes de responder, averigüé cuál era la experiencia del Museo Metropolitano de Nueva York en ese sentido y si existía algún punto de coincidencia, siquiera de principios, con el nuestro.

Para empezar, New York City es una zona compuesta por cinco municipalidades (boroughs), cada una con funciones y características propias: Manhattan (famosa por su centro financiero), Brooklyn, Queens, Bronx y Staten Island. Para no alargar la explicación, asentaremos que la unidad histórica que las sostiene no disuelve la diversidad cultural que hay en ellas; sin contradicción, son una cosa y, a la vez, son cinco.

Pero, si usted piensa que en el Bronx están preocupados por los vecinos de Manhattan, se equivoca; para ellos, el Bronx es primero. Del mismo modo, los simpáticos sicilianos de la Pequeña Italia no le piden recetas de cocina a los irlandeses de Brooklyn. A ninguna otra ciudad le viene mejor el nombre de Babel que a Nueva York, ya que aquí se hablan 75 idiomas.

Y, sin embargo, cuando quieren mostrar su imagen al país o al mundo, de buen grado se unen bajo el único rótulo de Ciudad de Nueva York.

Para corresponder con ese sentido de identidad, los fundadores del museo decidieron declararlo metropolitano y lo dejaron claro desde el nombre mismo. Así, los cinco boroughs o municipios pueden cultivar sus propias tradiciones y sentirse igualmente orgullosos del Met.

En cambio, el Museo de Tampico está dedicado principalmente a este puerto y solo sirve a su gloria. Nada ilegítimo tiene este fin, pero hay que preguntarse si la suerte del recinto no mejoraría al volverse metropolitano, como el neoyorkino o como el Centro Cultural, en la Laguna del Carpintero, cuyos espacios son valorados por los tres municipios.

Como el sentido de pertenencia del Museo de Tampico termina ahí, poco interés despierta entre maderenses y altamirenses, quienes lo dejan un tanto fuera de su vista.

Es una pena que los tres municipios, unidos en tantos planes metropolitanos para crecer y prosperar, no estén aliados en una obra con deseos de trascendencia.

También, es error nuestro asignarle un fin comunitario al Museo de Tampico cuando, en realidad, tiene dueño y, como todo comprador, hace lo que guste con su propiedad. Un grupo de empresarios lo costeó y ahora se encarga de administrarlo con ayuda de José Ángel García Elizondo, presidente del patronato. Están en su derecho, pues, de manejarlo como se ve.

Pero, si ese derecho proviene del patrimonio que han cedido, entonces el municipio también puede exigir beneficios concretos, no para sí, sino para la gente. Recordemos que, por un lado, la construcción y equipamiento se cubrió con fondos privados y, por el otro, el edificio se adquirió con recursos públicos.

El Museo de Tampico, alojado en un inmueble municipal, no reintegra nada a los ciudadanos; no les concede la entrada libre ni un día, como el Marco de Monterrey, ni condona el pago a menores de 12 años, como el Metropolitano de Nueva York.

A los tampiqueños les costó 6 millones de pesos la casona Fernández, aunque otros hablan de 21 millones por aportaciones agregadas, pero nadie sabe con certeza que pasó, como tantas cuentas oscuras que dejó el exalcalde Chucho Nader.

Recientemente, tuve la oportunidad de plantearle estos puntos a Elvia Holguera, directora del Museo de Tampico.

– ¿De dónde obtienen recursos para el mantenimiento y los salarios? -le pregunté.

-Todo lo cubrimos con ingresos propios, de las entradas que recibimos. El trabajo del patronato ha sido fundamental para este resultado.

– ¿No es demasiado pronto a un año de haber iniciado?

-Es que también tenemos ingresos por la renta de espacios, como el auditorio, el patio y los jardines, que son aptos para eventos, cursos y conferencias. Y, también, el municipio nos sigue apoyando.

Algo, como una descarga eléctrica, me punzó.

– ¿El municipio los sigue apoyando?

-Sí -dijo ella-. Todos los museos reciben apoyos oficiales y es normal.

-Entonces, ¿por qué no permiten la entrada libre a escuelas públicas, a menores sin recursos, si ustedes reciben ayuda?

– Ay, ¿sabes cuánto pagan? Cuarenta pesos.

– Cuarenta pesos no son nada para nosotros, pero hay niños que van a la escuela sin desayunar. En Tampico, una de cada tres personas es pobre. Lo dijo la licenciada Mónica Villarreal, y con razón, porque lo informó el Coneval.

– Oye, todo cuesta -dijo la directora-. Además, ya previmos eso: tenemos un programa para que una empresa patrocine a una escuela. Nosotros hacemos la invitación a las compañías y agendamos la visita de los alumnos.

Si los particulares pagan la entrada de niños insolventes, tiene menos justificación que el municipio lo siga subsidiando. Cierto, Tampico es una de las ciudades con mejores servicios en el estado, pero aún enfrenta rezagos en abasto de agua, seguridad e infraestructura. En ese sentido, sorprende la ingratitud del Museo al sacrificio que hace la ciudad y su población.

En cambio, para inaugurar la obra, la dirección organizó tres cenas a unas cuantas personas; luego, sin reparar en gastos, contrató alfombra roja, luces escenográficas y valet parking, y se aseguró de que lo cubriera la prensa más cursi. “Es que teníamos qué agradecer a los donadores», dijo Elvia Holguera. Me pregunto si los demás tampiqueños, cuyos recursos se entregaban al museo, no merecían también un gesto de amistad. Puede decirse que esos vinos y filetes, al menos en parte, los pagó el pueblo.

No es un plato de comida para el público lo que se  pide aquí, sino más responsabilidad social, como hacen los museos serios.

Por desgracia, un sentimiento de avaricia parece cundir en el Museo de Tampico, donde hoy, a un año de operación, jamás han invitado a los reporteros a un recorrido. He aquí la razón de que no exista un reportaje completo de este recinto. Por lo mismo, tampoco parece tener un equipo de mercadotecnia.

Eso sí, toda la semana, desde el día inaugural, se publicaron fotos de Chucho Nader en revistas caras y redes sociales, alzado a la categoría de amante del arte. Esto también, por cierto, se saldó con recursos públicos.

Queda la impresión de que el proyecto sirve para fines políticos, hedonistas y comerciales, y no como símbolo cultural y de identidad para el puerto, incluso para la zona conurbada.

Como tal, el Museo de Tampico no es un proyecto terminado y aún puede corregirse y mejorar su funcionamiento. Pero, si es el monumento “más explícito de la riqueza de una ciudad”, como cree Josep Pla, entonces representa los sueños y actitudes de una minoría.

Opinión

El verdadero poder detrás de un algoritmo

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Por: Zaira Rosas

zairosas.22@gmail.com

Llega el último mes del año y con él una etapa de cierres, vivimos inmersos en dispositivos y aplicaciones que nos invitan a hacer el recuento de mejores momentos, hay plantillas para compartir las fotos más significativas y otras plataformas como Spotify hacen el resumen de nuestro año musical.

Al compartir nuestra canción más sonada y saber qué rol melómano jugamos en el mundo nos sentimos también parte de una comunidad, podemos identificar cuáles son los gustos en común con nuestro círculo más cercano y en este año incluso bromeamos con nuestra edad musical, sin embargo, el que una plataforma pueda armar un perfil de nuestras preferencias va mucho más allá de solo conectar a través de la música.

Spotify no es la única plataforma que conoce a la perfección nuestra esencia, también Chat GPT fue el confesionario en más de una ocasión y si le preguntamos que nos arme un “Wrapped” puede darnos información de nuestra personalidad y hasta predicciones para el 2026. A simple vista parece algo simple y hasta entretenido, pero si profundizamos en que la información es poder ¿Quién tiene realmente el control de lo que pensamos y hacemos? ¿somos nosotros o es la IA?

La inteligencia artificial se popularizó en 2023, aunque su surgimiento data de muchos años atrás, fue con Chat GPT que se volvió una herramienta de apoyo constante para más de 900 millones de personas alrededor del mundo, lo que equivale a un 11% de la población mundial y este dato va en aumento, es común que haya quien hable con plataformas de IA como si se tratase de un gran amigo, atrás quedaron las historias de ficción como HER, pues hablarle a Alexa, Siri, Copilot, Gemini o CHAT GPT, es algo común para un gran número de personas.

Aunque esta herramienta facilita múltiples tareas e incluso para nuevas generaciones puede ser un tutor que facilita la comprensión de temas complejos e incluso crea dinámicas más atractivas de estudio, no podemos negar que su uso y el dominio de la misma también es una forma de perpetuar la desigualdad, pues la comprensión de esta herramienta y el acceso si bien se está incrementando no está disponible para todas las personas.

La inteligencia artificial ha creado nuevas formas de interacción, es sumamente utilizada por las empresas, llegando incluso a desplazar a personas de sus funciones, pero también generando avances de productividad, apoyo en diagnósticos de salud y un mayor volumen de ideas. En países como España, más de un tercio de los usuarios de internet usa chatbots de manera habitual, y en América Latina cerca del 80% de la población interactúa con IA en su vida diaria.

Sin embargo, este crecimiento acelerado trae consigo riesgos que no podemos ignorar. La velocidad con la que adoptamos estas plataformas no siempre va acompañada de educación digital. Menos de la mitad de las personas que usan IA verifican la información que reciben. También, existe el riesgo de volvernos dependientes, de perder habilidades esenciales como la escritura, la investigación o el pensamiento crítico.

La privacidad es otro punto crucial. Cada interacción, cada consulta y cada preferencia que compartimos alimenta modelos que aprenden de nosotros y sobre nosotros. ¿Estamos realmente conscientes de cuánta información entregamos? ¿Sabemos para qué se usa? La línea entre utilidad y vulnerabilidad es más delgada de lo que pensamos. Y si una plataforma puede armar perfiles precisos de nuestros gustos también puede conocer a profundidad nuestros miedos, intuiciones y formas de pensar, ya vivimos pequeños ejemplos en épocas electorales de lo que se puede lograr con datos tan profundos sobre la población. Este artículo es una invitación a conocer de fondo cada plataforma, su aparición es un avance, pero su uso requiere de responsabilidad y criticidad, las herramientas existen para facilitar la vida y de nosotros depende aprovecharlas para servirnos y no para reducir nuestro propio funcionamiento. En un futuro no muy lejano que la IA sirva para incrementar nuestras capacidades y no para dominarnos.

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Ciencia con brújula y territorio

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La Universidad Autónoma de Tamaulipas está dejando atrás el rol de espectadora para convertirse en una pieza que empuja, articula y define proyectos estratégicos en el país. En Cuernavaca, durante el InnovaFest Latam 2025 y el STS Forum Latam, el rector  Dámaso Anaya Alvarado no fue únicamente un invitado más, llegó con una agenda, con acuerdos y con una postura clara sobre el papel de la educación superior en la construcción de un México que sí apuesta por la ciencia.

La firma de la Declaración de Cuernavaca coloca a la UAT en un carril distinto. Se trata de un compromiso nacional —y medible— que busca ordenar prioridades, generar especialización y obligar a las universidades a rendir cuentas sobre su aportación al desarrollo. En un país donde muchas instituciones viven atrapadas entre rezagos administrativos y disputas internas estúpidas, la UAT decidió abrirse paso desde la cooperación y la tecnología.

Anaya Alvarado entregó al secretario de Economía, Marcelo Ebrard, y al titular de la SEP, Mario Delgado, un Portafolio de Servicios que habla más fuerte que cualquier discurso. Pocas universidades públicas del país pueden acreditar tecnología aérea geoespacial al nivel que actualmente opera la UAT; pocas concentran equipamiento para estudio de zonas costeras y proyectos de energía, medio ambiente, logística, urbanismo y agricultura. Mientras otras instituciones siguen preparando mesas de trabajo, la UAT ya tiene los instrumentos en operación.

La presencia de Rosaura Ruiz Gutiérrez, titular de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, y del secretario general ejecutivo de ANUIES, Luis Armando González Placencia, permitió que la universidad se insertara en una conversación de alto calibre. No como invitada de cortesía, sino como participante. El mensaje que deja la UAT es directo: tiene con qué, y quiere estar en donde se toman las decisiones de futuro.

En Tamaulipas la agenda pública suele dividirse entre los temas de seguridad y de industrialización, pero, la UAT está reclamando un lugar distinto, y lo está consiguiendo con el del conocimiento como herramienta para el desarrollo y el del territorio como laboratorio vivo. Ese vuelco —si logra sostenerse— puede cambiar la relación de los tamaulipecos  con su propia economía.

En la intimidad… La playa Miramar volvió a llenarse de historias, anécdotas y política disfrazada de pesca deportiva. El torneo “Petroleros Buscando la Curvina 2025” rompió récord con más de 1 mil 400 cañas, una cifra que lo coloca entre los eventos playeros más grandes del país. Más allá del ánimo festivo, el encuentro dejó claro quiénes siguen marcando presencia en el corredor energético del sur de Tamaulipas.

Esdras Romero Vega, ese dirigente que nunca termina de irse del imaginario petrolero, recibió un homenaje permanente: a partir de esta edición, el torneo llevará oficialmente su nombre. Un gesto simbólico, pero cargado de lectura política para quien quiera verla.

En la clausura desfilaron figuras del sindicato, la dirigencia nacional encabezada por Ricardo Aldana Prieto, la secretaria general Fabiola Rodríguez Saucedo, la Dra  Ana María Herrera Guevara, el rector Dámaso Anaya Alvarado, cuya presencia confirma que la UAT está cuidando cada espacio donde se mueve la agenda energética.

Entre los invitados destacó Juan Dionisio Cruz Guerrero, director del Instituto Tecnológico de Ciudad Madero, quien recordó los 71 años de relación histórica entre el Tec Madero y el sindicato petrolero. Sus palabras sonaron a reafirmación de un pacto antiguo; la institución nació con el respaldo de la clase trabajadora petrolera y aún hoy depende de esa cercanía para mantener influencia en un municipio donde los liderazgos sindicales siguen pesando, sobre todo, el de Esdras Romero Vega.

Cruz Guerrero felicitó a los ganadores y celebró que estos encuentros sirvan para “fortalecer los lazos de amistad”. En realidad, fortalecen algo más, la visibilidad política de todos los involucrados, aunque, no todos los vistos son bien queridos.

Hay que tener presente que en Tamaulipas, incluso cuando se lanza la caña al mar, siempre hay algo más que pescar.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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A caracas Tamaulipas

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Tamaulipas suele ser un laboratorio donde se pone a prueba la capacidad del Estado mexicano para sostener sectores estratégicos sin perder de vista los equilibrios regionales. ¿se acuerdan de las fosas clandestinas? Fuimos los primeros; ¿Del asesintado del candidato del PRI a la gubernatura?… bueno. Mientras buena parte del debate público gira en torno a seguridad, infraestructura, movilidad y huachicol; en el campo tamaulipeco se libra una batalla silenciosa, técnica y decisiva, se trata, de la defensa sanitaria del algodón, uno de los cultivos que han sostenido por décadas la economía agrícola del norte del país.

Durante la Reunión Anual del Programa Binacional de Erradicación del Gusano Rosado y del Picudo del Algodonero, coordinado entre SENASICA y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, el Gobierno de Tamaulipas volvió a dejar claro que no abandonará esta trinchera. La presencia del subsecretario de Desarrollo Agrícola, Eliseo Camacho Nieto, en representación del secretario del ramo, marcó el tono del mensaje: el algodón sigue siendo prioridad estratégica y la sanidad vegetal no es negociable.

Camacho Nieto detalló los trabajos continuos para mantener libre de gusano rosado la zona productiva, así como para controlar el picudo, plaga histórica que amenaza la competitividad del cultivo. Habló de coordinación estrecha con SENASICA, SADER y el Comité Estatal de Sanidad Vegetal, un triángulo técnico que opera bajo presión constante ante la aparición de plagas emergentes que ya tocan territorio tamaulipeco.

En la mesa, representantes estatales y federales presentaron reportes, evaluaron avances y revisaron estrategias. No es solo un intercambio burocrático, sino la defensa de una cadena productiva que involucra a productores, industria y exportadores. La presencia de especialistas como Alfredo Vanoye Mota y Yazmin Zapata Contreras reafirmó que Tamaulipas está jugando en serio en la cancha de la bioseguridad agrícola.

Mientras tanto, en el sur del estado, otra dinámica avanza con igual determinación. Es el blindaje del corredor metropolitano Altamira–Tampico. Los esfuerzos no se limitan a seguridad pública; incluyen la protección del entorno natural, la prevención de riesgos y la coordinación institucional para sostener un territorio que combina industria petroquímica, movilidad turística y ecosistemas frágiles.

En Altamira, personal de la Guardia Estatal se integró a un recorrido de limpieza y supervisión en las dunas del Corredor Urbano Luis Donaldo Colosio, dentro de la Estrategia Nacional de Limpieza y Conservación de Playas y Costas. La intervención conjunta de Turismo estatal, Tránsito Municipal, Marina, DIF y la Secretaría de Ecología mostró que la vigilancia ambiental también es un componente de la seguridad regional. El gobierno municipal encabezado por Armando Martínez Manríquez ha entendido este ángulo, el de proteger el ecosistema costero es proteger la economía y el flujo turístico.

Ese enfoque coincide, por extensión, con lo que ocurre al otro lado del corredor metropolitano. El Ayuntamiento de Tampico activó el operativo “Navidad Segura, Tampico Te Cuida 2025”, una estructura interinstitucional de más de 31 dependencias que apunta a blindar la ciudad durante el periodo de mayor movilidad del año. El arranque, encabezado por la alcaldesa Mónica Villarreal Anaya en la Laguna del Carpintero, dejó ver el peso estratégico de la zona: comercio nacional, logística del Golfo, transporte hacia la frontera e incluso la ruta migrante que cruza por Tamaulipas para llegar a Estados Unidos.

La alineación de la Marina, la Defensa, la Guardia Nacional y la Guardia Estatal proyectó un mensaje claro: el sur de Tamaulipas no disminuirá vigilancia. El operativo incluye patrullajes en corredores turísticos, accesos carreteros, puntos comerciales y el sistema lagunario, con la instrucción de reacción inmediata ante incidentes. Para un municipio que funciona como punto de equilibrio regional, mantener estabilidad no es solo una obligación, es un activo económico.

El blindaje de Tampico y la intervención ambiental en Altamira dialogan con la misma lógica que mueve al campo: proteger lo que genera vida económica. Desde el algodón del norte hasta las dunas de Miramar y los corredores turísticos del sur, Tamaulipas avanza en la idea de que seguridad, productividad y entorno son piezas del mismo rompecabezas.

En la intimidad… En los rincones menos visibles de la agenda pública también se mueven asuntos relevantes. En Altamira, durante el recorrido de limpieza de dunas, se vio a mandos locales afinando detalles con la Guardia Estatal para futuros operativos preventivos en Miramar. El trabajo interinstitucional fue tema constante de conversación mientras Marina, Ecología Municipal y DIF afinaban rutas de verificación.

Y en Tampico, discretamente, mientras concluía el arranque del operativo “Navidad Segura”, se comentaba entre mandos que la presencia coordinada de Fuerzas Armadas se mantendrá durante toda la temporada, incluso en horarios donde antes la vigilancia disminuía. El sur de Tamaulipas quiere cerrar el año con estabilidad.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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Zoé Robledo Aburto ya cavó su tumba

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El funcionario federal cruzó la línea que nadie en el sector salud, ni de ningún orden de gobierno o dependencia debería siquiera atreverse a mirar. El director general del IMSS decidió minimizar la crisis que ellos provocaron y se burló del sufrimiento con una frase que exhibe la fractura moral y política en la que vive el siempre disfrazado de guerrillero barato: “la solución es no enfermarnos”.

La declaración refleja no solo la incapacidad técnica, sino el profundo desdén hacia millones de derechohabientes que todos los días enfrentan pasillos saturados, farmacias vacías, médicos exhaustos, negligencias documentadas y una maquinaria burocrática que trata la salud como un trámite y no como un derecho constitucional.

Los derechohabientes escucharon esta frase por todo el país como lo que es, una provocación. Una serpentina y confeti al ataúd de quienes entierran familiares porque el medicamento nunca llegó. Una ofensa a quienes ven deteriorarse a un ser querido en un hospital que se cae a pedazos mientras el director general presume un supuesto “97% de surtimiento”.

La realidad contradice cada una de sus palabras. Familias enteras recorren farmacias privadas para conseguir antibióticos, analgésicos, antihipertensivos o insulina. Los pacientes con cáncer se enfrentan a periodos de desabasto que comprometen sus tratamientos. Madres y padres pagan de su bolsillo lo que el Estado ya descontó de su salario. En el IMSS, las cifras son argumentos de escritorio; el dolor es de carne y hueso, y para Zoé, una carcajada.

Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quien sostiene a Robledo en el cargo lo hace con plena conciencia del daño y del mensaje que envía al país; la salud pública va a seguir administrándose con soberbia, simulación y desprecio hacia quienes dependen de ella. El director general del IMSS no solo deshonra la institución que dirige, también deshonra la memoria de quienes no sobrevivieron al abandono institucional, y de paso, se la lleva a usted y a todas entre su verborrea, porque aquí en México la presidenta con “a”, es la que manda, o qué, acaso es la débil de la que habló hace días  Andrés Manuel ¿será?

En la intimidad… Mientras tanto, en Tamaulipas, la indignación se multiplicó. El martes por la noche, los fieles al líder sindical del SNTSS, Jorge González Ortiz, coronaron el absurdo. Tomaron las instalaciones del Hospital General Regional No. 6 en Ciudad Madero para celebrar una posada y el encendido de un pino navideño con juegos pirotécnicos, en plena explanada del hospital.

Bloquearon accesos, impidieron el paso de camillas y sillas de ruedas, colocaron carros alegóricos y montaron un festejo que hubiera sido normal en una plaza pública, no en un hospital donde cada minuto puede significar la vida de un paciente. La derechohabiencia lo vivió como una burla. Una fiesta sindical mientras adentro se lucha por la salud y la vida.

Ese desorden ocurrió ante la burla a las autoridades civiles y militares, porque aseveran que existe un pacto de impunidad que sostiene al sindicato, a su líder y a quienes desde la oficina central del IMSS permiten estos atropellos, lo más grave, es que en los pasillos se comenta que el director de Protección Civil de Ciudad Madero, Ricardo Aguirre, podría ser removido. No por incompetencia, sino porque su superior, Erasmo González Robledo, presidente municipal de Ciudad Madero, es amigo cercano de Zoé Robledo Aburto. Y cuando los intereses sindicales chocan con el interés público, ya sabemos quién pierde.

El IMSS está lastimado. Lo hieren sus directores, lo hieren sus líderes sindicales, lo hieren quienes deberían cuidarlo. La indignación social no es una moda: es el grito acumulado de un México cansado de que la salud sea un privilegio para pocos y un suplicio para millones.

La noche de la posada en el HGR 6 de Madero fue un retrato exacto del deterioro institucional. El personal sindicalizado se entregó al festejo sin medir riesgos ni consecuencias.

Pirotecnia detonada a metros de pacientes, música a todo volumen, bloqueos improvisados.

Los familiares de los pacientes quedaron relegados, y quienes necesitaban pasar con sillas de ruedas o camillas tuvieron que esperar porque la prioridad no era la salud, claro,  era el lucimiento del líder sindical Jorge González Ortiz.

Lo ocurrido no fue una fiesta desmedida, fue una ofensa directa a los enfermos, a sus familias y a los trabajadores que sí cumplen con su deber.

Así funciona el IMSS de hoy en el Segundo Piso de la 4T con un director general que recomienda “no enfermarse” y un sindicato que celebra como si nada pasara.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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