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Que el doctor Ricardo Manzur Oudié, quien hasta hace un par de semanas hacía una intensa campaña como aspirante a la alcaldía de Ciudad Madero, con o sin la “bendición” de su partido, está ahora “sumando a organizaciones sociales con Baltazar Hinojosa”, lo ha difundido él mismo a través de redes sociales este fin de semana. Al enlace con el texto respectivo, lo acompaña una foto del otrora director del centro de salud maderense en la que luce abrazado del precandidato priísta a la gubernatura tamaulipeca, al otro extremo del cual se puede ver, también pasándole el brazo al legislador federal con licencia, a Juan Manzur Oudié, quien fue “asesor” del gobierno estatal cuando inició el sexenio de Egidio Torre Cantú, y actualmente es el orquestador de la prematura pero medianamente exitosa precampaña de su hermano, Ricardo. Un cuarto personaje en la fotografía es Jaime Díaz, sempiterno colaborador de quien antaño fue dirigente estudiantil de la facultad de Ingeniería de la UAT, y en particular fundador del grupo “Omega” dentro del centro universitario Tampico-Madero. Por el hecho de que Díaz encabeza un grupo político-deportivo denominado “Fut” (Fuerzas Unidas de Tamaulipas, también creado ex profeso por Juan Manzur), podría decirse que, en efecto, ahí está una organización social que se suma, como lo dice esa especie de boletín informativo, al proyecto de “Balta”.

Sin embargo, llama la atención que el doctor Manzur, quien hasta hace unos doce años se desempeñó como diputado local por Madero, se presente como un leal colaborador del futuro e inminente candidato oficial del PRI a gobernador tamaulipeco, cuando durante todos los meses que antecedieron a las designaciones “de unidad” dentro del tricolor había estado advirtiendo que si no lo postulaba su partido, el Revolucionario Institucional, se lanzaría como aspirante a la alcaldía por otro instituto político, como el PAN, con cuyo precandidato para “la grande” del estado, afirmaba, ya había sostenido varias reuniones de acercamiento. O como el anaranjado Movimiento Ciudadano, de cuyo coordinador estatal, Gustavo Cárdenas, decía que estaba ansioso por que le diera el “sí” para abanderarlo como su candidato a la presidencia municipal de Ciudad Madero.   Incluso, de lo que más se ufanaban y se ufanan todavía ambos hermanos, los Manzur, es de tener una estrecha relación de amistad con el gobernador del estado de Nuevo León, Jaime Rodríguez “El Bronco”, quien ha sido el primer mandatario de todo el país que llega a ese puesto sin más bandera política que la de ciudadano sin partido, o “independiente”. A Ricardo Manzur su consanguíneo le promovió, de hecho, el epíteto de “el Bronco de Madero” desde el otoño pasado, y hasta comenzaron a trabajar, vía redes sociales, con un muy fusilado logo de campaña: el dibujo estilizado de una mano con el pulgar levantado hacia arriba, que es exactamente el mismo diseño que uno puede ver en la red social “Facebook”, sólo que con el contorno en colores verde y rojo.

El fin de semana, Jonathan Israel Ruiz Álvarez, ex regidor del cabildo maderense bajo la bandera del Movimiento Ciudadano y actualmente colaborador del equipo de Ricardo Manzur Oudié, le comentó textualmente a quien esto escribe que el doctor Ricardo Manzur “está ya negociando con Baltazar Hinojosa”. Cuando se le preguntó si acaso no había buscado realmente nunca la candidatura a presidente municipal de Madero, como tanto insistieron los hermanos Manzur, en su momento, el otrora edil mencionó que, “bueno, todavía es posible que haya algo con Cabeza de Vaca (el precandidato de Acción Nacional para gobernador de Tamaulipas)”. Y es que, visto como está que Humberto Oliva será el candidato del PRI a la alcaldía de Madero, según se hizo público ya desde hace dos semanas, lo más lógico sería, en congruencia con lo advertido desde la pre-precampaña, que el doctor “se aventara” bajo la bandera de algún otro instituto político, pero no que desistiera en sus aspiraciones de buenas a primeras… a menos, claro, que el objetivo claro, desde un principio, haya sido “negociar”, obtener con relativa facilidad el acomodo en alguna posición de un eventual gobierno estatal, pero de manera segura y con toda la presión que representa, como bien lo saben los viejos lobos de mar contemporáneos del ingeniero Juan Manzur, el hacer “ruido” y amagar con rupturas, con inconformidades y éxodos que jamás ocurren, a fin de conquistar el tan anhelado puesto en un aparato gubernamental como los que estarán en juego, el siguiente verano, en varios estados del país.

INTENTO DE EXTORSIÓN

Quien destinó buena parte de su domingo a negociar también, pero firmas para cubrir el requisito exigido por la autoridad electoral, fue el “Bronco Jaibo” José Manuel De León. El ex subdelegado de la Secretaría de Economía tenía cita para acudir a más de un domicilio particular de ciudadanos a los que, vía redes sociales, había contactado y convencido para que lo apoyen de esa forma, tomando en cuenta que cada día que pasa es una jornada menos de las que le quedan de plazo para llevar más de 7 mil rúbricas con nombres, número de credencial de elector y seccional ante la instancia que decidirá si le otorga o no el registro como candidato independiente.

En esas andaba el tigre De León cuando recibió, a temprana hora y en pleno domingo, una llamada telefónica de un sedicente periodista buena gente que le habló para “pasarle el tip” de que en Veracruz habían girado una supuesta orden de aprehensión en su contra por peculado. El precandidato a la alcaldía porteña, tras una revisión rápida al internet y un par de llamadas, con un teléfono en la otra mano, le contestó al pseudo-comunicador que estaba en un error, que en realidad era otro Manuel De León, pariente suyo en tercer grado, al que tenía en todo caso que telefonear para tratar de hacer sus negocios sucios a costa de la tranquilidad ajena. Eso sí, el aspirante independiente se ha dado ya a la tarea de encargar a sus colaboradores la investigación respectiva de quien se dice parte del gremio periodístico, pero anteriormente fue dirigente del mercado “Las Tablitas”, y como vendía grabadoras “reporteras” digitales entre sus chácharas, un día tuvo la “genial” idea de convertirse en “periodista” de café. Dice De León que algo le hace pensar que tal persona ni siquiera es de nacionalidad mexicana, pues su acento, más que veracruzano o tabasqueño, suena a centroamericano. ¿Tendrá credencial de elector? ¿O se habrá naturalizado por la vía fast-track que ofrece el “Suchiate” allá en el sur de la rep mex?

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Opinión

Conocimiento, transparencia y salud pública

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Tamaulipas necesita menos discursos bonitos y más acciones bien fundamentadas, como las que esta semana marcaron un precedente de gran valor público. La Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) y la Auditoría Superior del Estado (ASE) firmaron un convenio de colaboración que no debe pasar desapercibido, no solo por su valor institucional, sino por lo que representa para la sociedad tamaulipeca.

Encabezada por el rector Dámaso Anaya Alvarado y el auditor Francisco Antonio Noriega Orozco, esta alianza se convierte en una herramienta de transformación real, no solo para formar profesionales capaces, sino también para empujar desde la academia una auténtica cultura de legalidad, transparencia y rendición de cuentas. En un estado donde la opacidad ha sido, históricamente, el camino más corto para el poder, este tipo de acuerdos representan una ruptura con la costumbre.

La UAT no solo busca formar técnicos o profesionistas, sino individuos con pensamiento crítico y compromiso ético. Esa es la diferencia entre instruir y educar. Y si la Auditoría Superior del Estado tiene claro que varios de sus cuadros más valiosos egresaron de la máxima casa de estudios tamaulipeca, entonces es momento de devolverle a la universidad el lugar que merece como motor del cambio estructural.
Este convenio tiene, además, una dimensión profundamente social.

En un estado golpeado por décadas de mala administración, de corrupción y de simulación burocrática, resulta alentador ver que dos instituciones tan importantes deciden unir esfuerzos para mejorar la calidad del servicio público. Porque aquí se trata no solo de eficientar, sino de humanizar la función pública.

Y si de buenas señales hablamos, vale la pena subrayar lo dicho por Dámaso Anaya: este no es solo un acto jurídico, sino un ejercicio de confianza mutua. Ojalá esa confianza se traduzca en resultados tangibles, porque Tamaulipas necesita más instituciones fuertes y menos figuras decorativas.

En la intimidad… La política se viste de coherencia cuando el discurso ambientalista no solo se pregona, sino se legisla. En este contexto, el diputado local Pepe Schekaiban dio un paso significativo al presentar una iniciativa de ley para eliminar el uso de desechables no biodegradables dentro del Congreso del Estado.

El legislador panista fue claro: si los cambios no empiezan en casa, difícilmente podrán exigirse afuera. Y tiene razón. Su propuesta, ya aprobada por el pleno, no solo plantea eliminar plásticos y unicel del recinto legislativo, sino que pretende generar una cultura de sustentabilidad que permee en todas las instituciones públicas.

Más allá de la retórica, el diputado Schekaiban entiende que las leyes deben ser el reflejo de una voluntad real de transformación. Su propuesta apunta a un cambio cultural, lento pero necesario, que nos obligue a pensar en el futuro desde las decisiones del presente. Porque hablar de sustentabilidad no es moda, es responsabilidad.

Y mientras la educación y la legislación avanzan con pasos firmes, la Secretaría de Salud del estado no se queda atrás. Esta semana instaló dispensarios médicos inteligentes en distintos puntos de Tamaulipas, incluyendo el Congreso del Estado, para realizar tamizajes cardiovasculares.

El secretario Vicente Joel Hernández Navarro explicó que esta estrategia permite alimentar una plataforma digital con datos clínicos en tiempo real, lo que permite identificar pacientes con riesgos cardíacos y brindarles atención inmediata a través de la aplicación Emergencias en Salud. En esta primera etapa se atendieron más de mil personas, y eso no es poca cosa.

Se trata de una política pública bien dirigida, con un enfoque preventivo y apoyada en la tecnología. Aquí no hay promesas huecas, sino acciones que literalmente pueden salvar vidas. Si esta dinámica se mantiene y se fortalece, podría convertirse en un modelo replicable a nivel nacional.

Estas tres historias —la educación, la legislación ambiental y la salud pública— nos recuerdan que sí se pueden hacer las cosas bien en Tamaulipas. Lo que falta es voluntad. Pero cuando esa voluntad se alinea entre instituciones comprometidas, los resultados se sienten, se miden y se celebran.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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Opinión

Lo inédito también puede ser un retroceso

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Por Zaira Rosas
Durante décadas México ha tratado de consolidar un proceso democrático, que a
lo largo de los años ha sido duramente cuestionado, sin embargo, también
estudiado por otros países pues tenemos uno de los sistemas más adecuados
para votaciones a nivel global, todo ello gracias al trabajo que durante años ha
desempeñado el Instituto Nacional Electoral, este 1 de junio no ha sido la
excepción bajo un proceso histórico.

Pocos son los países que ponen bajo el voto popular la elección de jueces y
magistrados, pero ninguno como México que depositó en manos del pueblo la
elección de todos los poderes. ¿es verdaderamente una democracia? Claramente
no, si bien este es un proceso histórico, no significa que sea innovador ni
acertado, basta con escuchar a quienes pasaron horas en filas o buscando sus
casillas para entender que nadie entiende de qué se trata.

La elección constó de múltiples boletas donde las personas de manera general
requerían de acordeones o guías para poder entender sobre qué estaban
emitiendo una opinión, difícilmente alguien podría mencionar el nombre de al
menos 3 propuestas y ni hablar de la ignorancia colectiva que tenemos respecto a
las materias y ejes de atención de cada una de las propuestas.

¿Qué avance puede representar una elección aleatoria en la que compiten por
igual personas con carrera judicial y otras sin preparación? El proceso en sí es
una falla desde su propuesta, pero se vendió como una alternativa ante la
corrupción, sin embargo, es más propensa a propuestas desequilibradas y
candidaturas controladas.

Aunque se trata de un proceso electoral nunca antes visto, significa un retroceso
democrático, primeramente, se deja de lado el equilibrio de los distintos poderes,
que era uno de los mayores avances de México y en segundo no se está
contemplando la inequidad bajo la que surgieron y se promocionaron las distintas
candidaturas por lo que los resultados serán igualmente desiguales según los
recursos de sus postulantes.

La votación no tendrá la participación esperada, al menos en las casillas pocas
son las personas que entienden el proceso en el que están participando, otros
tantos van por anular su voto pues no vislumbran un proceso de confianza con
quienes podrían influir en la elección.

¿Qué pasa después del voto? El conteo tomará varios días pues no se realiza en
las casillas, será hasta el 15 de junio que conozcamos el total de resultados y
entonces comienza el tiempo para las impugnaciones.

La población nuevamente se encuentra dividida pues para algunos se trata de una
elección que no debería tener lugar y para otros una oportunidad de validar a
quienes imparten justicia en el país, sin importar la postura que tengamos es
innegable que se trata de algo único y que esta elección puede determinar el
futuro de la democracia de nuestro país.

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Opinión

La Historia que se escribe con votos

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Este domingo 1 de junio no fue un día cualquiera. En Tamaulipas se escribió una página inédita para la democracia mexicana: por primera vez, las y los ciudadanos eligieron de forma directa a quienes integrarán el nuevo Poder Judicial, tanto en el plano estatal como federal. Un acto que, más allá de su peso jurídico y político, simboliza la madurez que va adoptando nuestra cultura democrática.

El gobernador Américo Villarreal Anaya, acompañado por su esposa, la doctora María de Villarreal, presidenta del DIF estatal, llegó pasado el mediodía a la casilla 1593 básica, instalada en la Universidad Pedagógica Nacional. Ahí, con la serenidad de quien cree en la fuerza del pueblo, reiteró que en Tamaulipas todo marchaba bien. Votar era no solo un derecho, sino un deber histórico. “Salgan y sufraguen por los candidatos que consideren y conocen que pueden hacer un buen desempeño”, sentenció el mandatario antes de ingresar a emitir su voto.

Quienes conocen a Américo Villarreal saben que no es hombre de estridencias. Su llamado fue sobrio, sin estridencias protagónicas, y con un claro mensaje: “Que esa sea la expresión de su deseo democrático”. Sin duda, palabras que invitan a reflexionar sobre el peso del sufragio en tiempos donde se intenta resquebrajar la legitimidad de las instituciones desde la desinformación y el desinterés.

Por su parte, otro actor clave del movimiento de regeneración democrática en el estado, el diputado presidente de la Junta de Coordinación Política, Humberto Prieto Herrera, también se sumó al proceso electoral. Acompañado por su esposa Verónica Garza y sus hijos, Prieto Herrera ejerció su voto en la casilla 2160 de Reynosa. “Hoy elegimos al Nuevo Poder Judicial… sé parte de la Historia de la Democracia Moderna”, pronunció el legislador.

Y es que, más allá de posturas partidistas, este tipo de procesos son la esencia misma de un régimen que busca ser representativo, participativo y justo. Se votó en todos los municipios, como lo afirmó el gobernador, y eso debe celebrarse. En un país donde durante décadas la justicia era elegida entre pasillos oscuros y acuerdos de poder, hoy las y los tamaulipecos pudieron opinar con tinta indeleble quién debe impartir justicia.

La jornada electoral aún no concluye al momento de escribir estas líneas. Las casillas cierran a las seis. Pero más allá de los resultados, lo verdaderamente importante ya ocurrió: Tamaulipas eligió y lo hizo en paz. Eso es democracia. Eso es historia.

En la intimidad… Mientras la atención mediática y política se concentra en los comicios judiciales, desde el corazón científico de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, una joven agrónoma está gestando una revolución silenciosa, pero igual de trascendente. Su nombre es Paola Elizabeth Hernández Meléndez, y su causa es la tierra.

Paola, egresada de la carrera de Ingeniería Agronómica y actualmente estudiante de la maestría en Sistemas Agropecuarios y Medio Ambiente, ha desarrollado una fórmula herbicida natural que podría marcar el inicio del fin para los dañinos químicos que amenazan la salud del campo y de quienes lo trabajan. Su tesis, titulada “Actividad herbicida de extractos polifenólicos en pre y postemergencia sobre el cultivo de frijol”, ya fue reconocida como la mejor investigación de licenciatura por la Academia Tamaulipeca de Investigación Científica y Tecnológica.

Este proyecto, nacido del amor por la naturaleza y la ciencia, busca eliminar la maleza usando compuestos naturales extraídos de plantas como la gobernadora, el eucalipto, la hoja sen y la cáscara de nuez. Lejos del laboratorio frío, las pruebas fueron realizadas en el rancho “Las Águilas” de la FIC en Padilla, Tamaulipas. ¿El resultado? Prometedor: una alternativa viable, sustentable y efectiva frente a productos como Atrazina y Faena.

Respaldada por un sólido equipo académico, Paola se perfila como una de las nuevas voces de la agroecología mexicana. En tiempos donde el campo clama por justicia, su propuesta no es solo un avance técnico, es un acto de compromiso con la vida, con el medio ambiente y con la alimentación del mañana. Mientras algunos hacen historia desde las urnas, otros la escriben con ciencia y amor por la tierra. Y eso, también, es democracia.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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Opinión

¿Votará este domingo? ¿Conoce a los candidatos?

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Este domingo 1 de junio de 2025, México vivirá un hecho histórico: las primeras elecciones judiciales donde la ciudadanía elegirá a los integrantes del nuevo Poder Judicial. Toda persona mayor de 18 años con credencial vigente del INE podrá votar por los candidatos que considere más aptos para estos cargos.

Ayer  finalizaron las campañas para cargos federales, como Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Magistrados del TEPJF, del Tribunal de Disciplina Judicial, Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito, así como cargos locales dependiendo el lugar de residencia de cada votante, como lo será en Tamaulipas.

Elegir entre tantas candidaturas será un reto, ya que las boletas varían según la región y la cantidad de opciones por boleta, complica que se emita un voto verdaderamente informado.

Esta Reforma Judicial en la que México está inmerso, ha generado controversia. Se ha cuestionado la idoneidad de algunos candidatos, con señalamientos sobre posibles nexos con el crimen organizado, según reportes en medios y redes sociales, su capacidad, experiencia o relación con el partido político en el poder.

Además, han circulado “acordeones” entre simpatizantes de Morena con instrucciones sobre por quién votar, lo que levanta dudas sobre la transparencia en este proceso.

Algunos grupos políticos han organizado lo que han llamado “reuniones informativas” para explicar el proceso, e incluso para sugerir por quienes votar, sobre todo los cargos nacionales, que son los que interesan a la clase política.

Pero la complejidad de marcar hasta 10 boletas con decenas de nombres desconocidos probablemente causará errores, aún y cuando algunos lleven su acordeón.

En el sur de Tamaulipas (Altamira, Tampico y Ciudad Madero), los votantes recibirán 10 boletas: 6 federales (con 15 a 81 candidaturas, según el cargo) y 4 locales (con 10 a 94 candidaturas, como las 94 para los 43 jueces de primera instancia).

Para la mayoría, estos nombres son desconocidos, por lo que será verdaderamente difícil emitir un voto razonado. Si en elecciones tradicionales los candidatos conocidos, después de votamos por ellos y ya están en el cargo a menudo nos decepcionan, resultan ser todo lo contrario a lo que pensábamos, imagine en estas elecciones, el riesgo es mayor al votar por desconocidos.

En conclusión, este proceso definirá el Poder Judicial por años (hasta 12 años para Ministros de la SCJN, 8 para jueces).

Realmente queremos que se logre lo que se pregona, el fortalecimiento de la justicia, pero el desconocimiento y las irregularidades que se han señalado nos obligan a ser vigilantes.

La justicia no puede quedar al azar; se requiere un cambio en el poder judicial pero debemos exigir un cambio positivo y transparente.

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