La política mexicana escribió una nueva página de encuentro y consenso.
Gobernadores, alcaldes y alcaldesas de todo el país se dieron cita en el World Trade Center de la Ciudad de México para la Reunión Nacional Municipal “Benito Juárez”, encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. Un evento que, en palabras del gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya, refrenda el compromiso de trabajar juntos por la transformación del país
Pero, a ver, también nos invita a reflexionar sobre cómo hacemos política en el México de hoy.
No se puede ignorar la magnitud del acto. Más de 2 mil 400 titulares de ayuntamientos, junto con los mandatarios estatales, firmaron compromisos relevantes como la creación del Componente Indígena del Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social (FAIS). Además, se discutieron temas medulares como la seguridad, el acceso al agua y la justicia social. Todo ello, con la promesa de coordinar esfuerzos entre los tres niveles de gobierno para materializar el sueño de un México más equitativo.
Claudia Sheinbaum, fiel a su estilo conciliador, recordó que su liderazgo no distingue colores ni partidos. Su mensaje, aunque empático y esperanzador, fue también una invitación a la autocrítica.
¿Estamos haciendo todo lo posible para transformar desde los cimientos? ¿Es este el camino más eficiente?
Aunque los objetivos son nobles, surge una pregunta inevitable: ¿era necesario un traslado masivo de recursos humanos y económicos a la capital del país? En un mundo cada vez más digital, y con la tecnología al alcance de la mano, ¿no habría sido más sensato emplear plataformas virtuales para reducir los costos logísticos y cuidar los recursos públicos?
No se trata de cuestionar la importancia del encuentro, sino de reflexionar sobre cómo hacerlo más eficiente.
Sin embargo, el voto de confianza a la presidenta Sheinbaum sigue firme. México decidió en las urnas y su liderazgo merece la oportunidad de demostrar que puede consolidar un gobierno para todas y todos. La transformación no es sencilla, y menos en un país tan diverso como el nuestro, pero la unidad entre gobierno y ciudadanía será clave para enfrentar los retos venideros.
En la intimidad… Desde Altamira, el alcalde Armando Martínez Manríquez sigue dando de qué hablar, y esta vez es para bien. Su informe de cien días es muestra de que, entre los ediles del sur de Tamaulipas, hay quien destaca con resultados palpables.
Martínez Manríquez, “ahiga sido como ahiga sido”, ha demostrado que el trabajo constante puede marcar la diferencia en una región donde la dinámica política a menudo es más ruido que acción.
Felicitaciones, doctor “armandiski”, que los próximos días sigan siendo de transformación y resultados para Altamira.
Porque, al final, la política se mide en hechos, no en discursos. Y Altamira parece llevar la delantera.
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@dect1608