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El gasoducto Sur de Texas-Tuxpam, que es uno de los proyectos de infraestructura de gas natural más importantes entre Estados Unidos y México, parece ser una auténtica amenaza al ecosistema y nadie dice nada. Toda la costa de Tamaulipas podría ser severamente afectada y todo silencio por esta entidad.

El gasoducto que es en el futuro inmediato el más ambicioso proyecto binacional de gas natural, comenzará a proyectarse desde la costa del Golfo de México, muy cerca de Brownsville y atravesará todo el litoral de Tamaulipas, hasta llegar al Puerto de Tuxpan en el estado veracruzano. De un estudio de impacto ambiental, insisto nadie ha dicho nada, nada se sabe y la guerra del narcotráfico nos desentiende de temas como la preservación del medio ambiente.

La compañía Infraestructura Marina del Golfo (IMG), aliada con IEnova y TransCanada, hace un año ganaron la licitación  para enriquecerse, en toda la extensión de la palabra, con el gasoducto mencionado; el tridente empresarial se ganó un contrato por 25 años para operar y adjudicarse el servicio de transportación del gas natural por 2 mil 600 millones de pies cúbicos diarios, sin contar que el contrato fue por alrededor de 2 mil 100 millones de dólares.

Tal parece que a los tres niveles de gobierno los está cegando la industria energética y no están prestando atención a un tema tan importante y delicado como es el cuidado y preservación del medio ambiente. El Gobierno federal con Enrique Peña Nieto, impulsó hasta lograr sus reformas relacionadas a este tipo de negocios; en el Gobierno de Tamaulipas, el Secretario de Pesca, Raúl Ruíz y Carlos Talancón, de Desarrollo Económico, guardan silencio y no dicen nada sobre las posibles afectaciones al medio ambiente por este gasoducto y qué le digo del alcalde de Ciudad Madero, José Andrés Zorrilla Moreno, responsable de defender contra viento y marea los intereses de su pueblo y es la playa de Miramar, el máximo tesoro de los maderenses e incluso de los tamaulipecos, pero el empresario que no es político tampoco se ha manifestado contra este gasoducto Sur de Texas-Tuxpan, aun y cuando según Tamaulipas le apuesta al turismo.

Si así fuera, que demuestren su preocupación por cuidar la riqueza natural, porque de las afectaciones de ese gasoducto naaaaadieeeee ha dicho nada.

davidcastellanost@hotmail.com

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Opinión

La educación como esperanza

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La Comisión Estatal de Atención a Víctimas de Tamaulipas, bajo la dirección de Lorena Perales Salinas, en colaboración con el secretario general de Gobierno, Héctor Joel Villegas González, ha dado un paso significativo hacia la reconstrucción del tejido social en la entidad. Una nueva iniciativa busca garantizar que los hijos e hijas de víctimas de delitos puedan continuar con sus estudios, desde preescolar hasta nivel profesional, brindándoles una oportunidad para construir un futuro mejor.

Esta medida contempla la condonación de inscripciones en instituciones educativas, lo que representa un alivio directo para las familias afectadas por la violencia. Más allá del beneficio económico, este esfuerzo tiene un impacto profundo en el desarrollo personal y profesional de los beneficiarios, quienes ahora cuentan con una herramienta clave para superar la adversidad.

Uno de los momentos más significativos de esta iniciativa fue la firma de un convenio de colaboración con el Instituto de Ciencias y Estudios Superiores de Tamaulipas (ICEST). Gracias a esta alianza, el ICEST ofrecerá becas y apoyos a los hijos de víctimas de delitos, asegurando su acceso a programas educativos de calidad.

“La educación es una herramienta clave para la transformación social y para el empoderamiento de las personas que han enfrentado situaciones adversas. Este convenio representa un paso importante en la construcción de un futuro más justo y con mayores oportunidades para todos,” destacó Lorena Perales Salinas durante el anuncio oficial.

Por su parte, Sandra L. Avila Ramírez, rectora del ICEST, reafirmó el compromiso de la institución con las causas sociales: “Seguiremos trabajando en alianza con el Gobierno del Estado para fortalecer la educación en Tamaulipas, especialmente en beneficio de quienes más lo necesitan. La educación es el camino para superar cualquier adversidad y construir una sociedad más equitativa.”

El secretario general de Gobierno, Héctor Joel Villegas González, también fue clave en el impulso de esta iniciativa, subrayando que el esfuerzo conjunto entre gobierno e instituciones educativas es un modelo a seguir para atender a los sectores más vulnerables de la población.

Con esta estrategia, Tamaulipas reafirma su compromiso con la atención integral a las víctimas de delitos, priorizando no solo su recuperación, sino también la construcción de oportunidades para su futuro. Iniciativas como esta demuestran que, a través de la educación, es posible sembrar esperanza y reconstruir vidas.

Este paso no solo fortalece el desarrollo individual de las personas afectadas, sino que también contribuye al tejido social del estado, marcando un precedente positivo en la lucha por un Tamaulipas más justo y solidario.

En la intimidad… La Presidenta municipal Mónica Villarreal Anaya entregó, este día, las obras de rehabilitación en el jardín de niños «Celia Garduño Díaz Chávez» y el rescate integral del espacio Tamul, ubicados en la colonia Arenal.

Los trabajos forman parte de la sinergia que existe entre el gobierno municipal y la cadena de tiendas de conveniencia OXXO, cuyo propósito es el de promover espacios dignos y seguros para el desarrollo educativo y la convivencia social y familiar.

En el acto Villarreal Anaya, reconoció la contribución de Oxxo al desarrollo de la ciudad; así como la importancia del establecimiento de este programa de acción comunitaria, que con recursos de la empresa, responde a las necesidades de cada zona.

davidcastellanost@hotmail.com
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La apuesta por el talento humano en Tamaulipas

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En un acto que reafirma el compromiso del gobierno de Tamaulipas con la profesionalización del servicio público, el gobernador Américo Villarreal Anaya entregó 59 reconocimientos a servidores públicos que culminaron cursos de capacitación derivados del convenio entre la Cámara de Senadores y el Gobierno del Estado.

Desde el majestuoso Salón Independencia, en el Palacio de Gobierno, Villarreal destacó la importancia de invertir en la formación continua del personal gubernamental, un esfuerzo que —según el mandatario— no solo mejora la atención a la ciudadanía, sino también impulsa el desarrollo personal de quienes conforman la administración pública.

“Tenemos que darnos tiempo para seguir formándonos y preparándonos. Esto implica esfuerzo físico, organización y dedicación, pero el resultado es invaluable: un servicio público más eficiente y humano”, comentó Villarreal, aludiendo también a su propia experiencia de formación en el Centro de Capacitación y Formación Permanente durante su etapa como senador.

En total, 59 servidores públicos completaron este programa académico, 34 de ellos mujeres, demostrando una participación inclusiva que fortalece el compromiso del gobierno estatal con la equidad de género. Incluso, la capacitación no se limitó al Ejecutivo, ya que también involucró al Poder Judicial, lo que subraya un enfoque integral para la mejora del servicio público.

Por su parte, el secretario general de Gobierno, Héctor Joel Villegas González, destacó que estas actividades académicas se enmarcan en la filosofía del “humanismo mexicano” y el “humanismo tamaulipeco”, principios que guían la actual administración. “Fortalecer las habilidades y competencias de nuestras servidoras y servidores públicos es clave para ofrecer servicios de calidad, calidez y eficiencia a los tamaulipecos”, subrayó.

Más allá de los discursos, este tipo de iniciativas demuestran una visión clara: un gobierno que apuesta por el talento humano y que entiende que la profesionalización del servicio público no es un lujo, sino una necesidad imperativa para transformar la relación entre ciudadanía y gobierno.

El reto, sin embargo, será garantizar que estas capacitaciones se traduzcan en resultados palpables para la población, pues aunque el papel de los servidores públicos capacitados es vital, la ciudadanía espera que este esfuerzo se vea reflejado en un mejor desempeño en las oficinas gubernamentales, en el trato cotidiano y en la solución efectiva de problemas.

Tamaulipas avanza en la profesionalización de su capital humano. Ahora, la tarea será demostrar que este esfuerzo no solo queda en los reconocimientos, sino que se convierte en un cambio tangible para las y los tamaulipecos.

En la intimidad…  La Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) ha incrementado el número de becas que se otorgan a sus estudiantes, privilegiando a quienes destacan por su esfuerzo académico, pero también tomando en cuenta a quienes por motivos económicos ponen en riesgo sus estudios profesionales, aseguró el rector Dámaso Anaya Alvarado.

En ese sentido, el rector de la UAT dijo que en el último año se logró duplicar el número de becas dirigidas a estudiantes de educación media superior y superior, pasando de seis mil quinientos apoyos a casi trece mil incentivos.

davidcastellanost@hotmail.com
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La UAT, un modelo de transformación gracias a la sinergia Villarreal-Anaya

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Ciudad Victoria, Tamaulipas, 2 de diciembre de 2024.- La entrega histórica de más de cinco mil computadoras portátiles a estudiantes y docentes de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) no es solo un acto simbólico, sino una clara manifestación de la transformación que la institución está experimentando bajo el liderazgo del rector Dámaso Anaya Alvarado y el respaldo decidido del gobernador Américo Villarreal Anaya. Un acto de unidad que debería perdurar, pues la cercanía entre ambos líderes debe ser siempre para el beneficio de la universidad y de la comunidad tamaulipeca.

El pasado 2 de diciembre, en el marco de una ceremonia cívica, el gobernador y el rector realizaron la entrega simbólica de 5,090 equipos de cómputo: 2,445 para los estudiantes y 2,645 para los docentes. Esta iniciativa tiene un propósito claro: reducir la brecha digital y dotar a toda la comunidad universitaria de las herramientas necesarias para que puedan acceder a una educación de calidad, capaz de enfrentar los retos de un mundo cada vez más tecnológico.

No es casualidad que este esfuerzo se dé en un momento clave para la UAT. Bajo el liderazgo de Dámaso Anaya, la universidad ha dado un giro hacia un modelo más humanista e inclusivo, donde la formación de sus estudiantes trasciende lo académico y se orienta hacia su desarrollo integral como ciudadanos comprometidos. En este contexto, la tecnología juega un papel fundamental, ya que permite a los alumnos y profesores no solo acceder al conocimiento, sino también a las nuevas formas de aprendizaje y de interacción global.

El respaldo de Villarreal Anaya a este proyecto es significativo. Su presencia en el evento no solo reafirma el apoyo institucional, sino que también refleja el compromiso de su gobierno con la educación como pilar para el desarrollo de Tamaulipas. El gobernador no dudó en señalar que la entrega de estos equipos confirma el cambio de modelo que vive la UAT, un modelo más cercano a la sociedad, más inclusivo y más orientado a las necesidades de los jóvenes tamaulipecos.

Esta cercanía entre Villarreal Anaya y Anaya Alvarado es, sin lugar a dudas, un factor clave para el éxito de la universidad. La colaboración entre ambos ha permitido que se destinen recursos a mejorar la infraestructura, pero, sobre todo, a impulsar una visión educativa que no solo se circunscribe a lo académico, sino que también incluye el compromiso social y el desarrollo humano. La universidad, de esta forma, se coloca en el centro de una transformación que busca generar conocimiento, pero también promover la responsabilidad social, la equidad y la inclusión.

Este tipo de acciones, que conjugan esfuerzos del gobierno estatal y la rectoría universitaria, son una prueba de que cuando se alinean los intereses de la academia y del poder político con un propósito común, el beneficio para la sociedad es claro y tangible. Sin embargo, es fundamental que esta relación entre ambos actores no quede reducida a una coyuntura favorable, sino que se convierta en una práctica constante, orientada a seguir construyendo una universidad más fuerte, más competitiva y más conectada con las necesidades del entorno.

La entrega de computadoras portátiles, aunque un logro palpable, es solo una parte de un proyecto mucho más amplio. Es un paso hacia una educación más equitativa, que reconoce las desigualdades digitales existentes y las enfrenta con recursos concretos. Pero también es un llamado a seguir trabajando en la consolidación de una UAT que sea punta de lanza en la formación de profesionales preparados para enfrentar los desafíos del siglo XXI.

Si esta colaboración entre el gobernador Villarreal Anaya y el rector Anaya Alvarado se mantiene en el tiempo y se profundiza, la UAT tendrá todas las posibilidades de consolidarse como un referente en educación superior en el país. La verdadera transformación de una universidad no solo se mide en su infraestructura, sino en su capacidad para adaptar sus recursos y su visión a las realidades y necesidades de sus estudiantes. Y en este aspecto, la UAT está en el camino correcto, gracias a la visión compartida de sus principales actores.

Este acto histórico no es solo una promesa de futuro, sino una realidad que comienza a forjarse hoy. Que este sea solo el principio de un largo camino hacia una educación más justa, más accesible y, sobre todo, más humana.

En la intimidad… Este acto histórico no es solo una promesa de futuro, sino una realidad que comienza a forjarse hoy. Que este sea solo el principio de un largo camino hacia una educación más justa, más accesible y, sobre todo, más humana.

davidcastellanost@hotmail.com
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La deuda social del Museo de Tampico

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Gran Tampico
Por Julián Javier Hernández
Cuando Josep Pla pasó un fin de semana en Nueva York, desechó la idea de que el símbolo de la ciudad fuera la Estatua de la Libertad, el Centro Rockefeller o Times Square, es decir, todo lo que se considera característico. A él no le pareció así, y expresó su preferencia por el Museo Metropolitano de Arte, también llamado Met.

Desde luego, notó el fulgor del éxito en cada rincón de la urbe, pero solo el Metropolitano le comunicó la grandeza real de Nueva York. “El síntoma externo más explícito de la riqueza de esta ciudad es el museo”, escribió Plá.

Estas palabras me hicieron pensar en la imagen que el Museo de Tampico refleja en la comunidad. ¿Lo siente suyo la gente? ¿Despierta el sentido de pertenencia en la región?

Antes de responder, averigüé cuál era la experiencia del Museo Metropolitano de Nueva York en ese sentido y si existía algún punto de coincidencia, siquiera de principios, con el nuestro.

Para empezar, New York City es una zona compuesta por cinco municipalidades (boroughs), cada una con funciones y características propias: Manhattan (famosa por su centro financiero), Brooklyn, Queens, Bronx y Staten Island. Para no alargar la explicación, asentaremos que la unidad histórica que las sostiene no disuelve la diversidad cultural que hay en ellas; sin contradicción, son una cosa y, a la vez, son cinco.

Pero, si usted piensa que en el Bronx están preocupados por los vecinos de Manhattan, se equivoca; para ellos, el Bronx es primero. Del mismo modo, los simpáticos sicilianos de la Pequeña Italia no le piden recetas de cocina a los irlandeses de Brooklyn. A ninguna otra ciudad le viene mejor el nombre de Babel que a Nueva York, ya que aquí se hablan 75 idiomas.

Y, sin embargo, cuando quieren mostrar su imagen al país o al mundo, de buen grado se unen bajo el único rótulo de Ciudad de Nueva York.

Para corresponder con ese sentido de identidad, los fundadores del museo decidieron declararlo metropolitano y lo dejaron claro desde el nombre mismo. Así, los cinco boroughs o municipios pueden cultivar sus propias tradiciones y sentirse igualmente orgullosos del Met.

En cambio, el Museo de Tampico está dedicado principalmente a este puerto y solo sirve a su gloria. Nada ilegítimo tiene este fin, pero hay que preguntarse si la suerte del recinto no mejoraría al volverse metropolitano, como el neoyorkino o como el Centro Cultural, en la Laguna del Carpintero, cuyos espacios son valorados por los tres municipios.

Como el sentido de pertenencia del Museo de Tampico termina ahí, poco interés despierta entre maderenses y altamirenses, quienes lo dejan un tanto fuera de su vista.

Es una pena que los tres municipios, unidos en tantos planes metropolitanos para crecer y prosperar, no estén aliados en una obra con deseos de trascendencia.

También, es error nuestro asignarle un fin comunitario al Museo de Tampico cuando, en realidad, tiene dueño y, como todo comprador, hace lo que guste con su propiedad. Un grupo de empresarios lo costeó y ahora se encarga de administrarlo con ayuda de José Ángel García Elizondo, presidente del patronato. Están en su derecho, pues, de manejarlo como se ve.

Pero, si ese derecho proviene del patrimonio que han cedido, entonces el municipio también puede exigir beneficios concretos, no para sí, sino para la gente. Recordemos que, por un lado, la construcción y equipamiento se cubrió con fondos privados y, por el otro, el edificio se adquirió con recursos públicos.

El Museo de Tampico, alojado en un inmueble municipal, no reintegra nada a los ciudadanos; no les concede la entrada libre ni un día, como el Marco de Monterrey, ni condona el pago a menores de 12 años, como el Metropolitano de Nueva York.

A los tampiqueños les costó 6 millones de pesos la casona Fernández, aunque otros hablan de 21 millones por aportaciones agregadas, pero nadie sabe con certeza que pasó, como tantas cuentas oscuras que dejó el exalcalde Chucho Nader.

Recientemente, tuve la oportunidad de plantearle estos puntos a Elvia Holguera, directora del Museo de Tampico.

– ¿De dónde obtienen recursos para el mantenimiento y los salarios? -le pregunté.

-Todo lo cubrimos con ingresos propios, de las entradas que recibimos. El trabajo del patronato ha sido fundamental para este resultado.

– ¿No es demasiado pronto a un año de haber iniciado?

-Es que también tenemos ingresos por la renta de espacios, como el auditorio, el patio y los jardines, que son aptos para eventos, cursos y conferencias. Y, también, el municipio nos sigue apoyando.

Algo, como una descarga eléctrica, me punzó.

– ¿El municipio los sigue apoyando?

-Sí -dijo ella-. Todos los museos reciben apoyos oficiales y es normal.

-Entonces, ¿por qué no permiten la entrada libre a escuelas públicas, a menores sin recursos, si ustedes reciben ayuda?

– Ay, ¿sabes cuánto pagan? Cuarenta pesos.

– Cuarenta pesos no son nada para nosotros, pero hay niños que van a la escuela sin desayunar. En Tampico, una de cada tres personas es pobre. Lo dijo la licenciada Mónica Villarreal, y con razón, porque lo informó el Coneval.

– Oye, todo cuesta -dijo la directora-. Además, ya previmos eso: tenemos un programa para que una empresa patrocine a una escuela. Nosotros hacemos la invitación a las compañías y agendamos la visita de los alumnos.

Si los particulares pagan la entrada de niños insolventes, tiene menos justificación que el municipio lo siga subsidiando. Cierto, Tampico es una de las ciudades con mejores servicios en el estado, pero aún enfrenta rezagos en abasto de agua, seguridad e infraestructura. En ese sentido, sorprende la ingratitud del Museo al sacrificio que hace la ciudad y su población.

En cambio, para inaugurar la obra, la dirección organizó tres cenas a unas cuantas personas; luego, sin reparar en gastos, contrató alfombra roja, luces escenográficas y valet parking, y se aseguró de que lo cubriera la prensa más cursi. “Es que teníamos qué agradecer a los donadores», dijo Elvia Holguera. Me pregunto si los demás tampiqueños, cuyos recursos se entregaban al museo, no merecían también un gesto de amistad. Puede decirse que esos vinos y filetes, al menos en parte, los pagó el pueblo.

No es un plato de comida para el público lo que se  pide aquí, sino más responsabilidad social, como hacen los museos serios.

Por desgracia, un sentimiento de avaricia parece cundir en el Museo de Tampico, donde hoy, a un año de operación, jamás han invitado a los reporteros a un recorrido. He aquí la razón de que no exista un reportaje completo de este recinto. Por lo mismo, tampoco parece tener un equipo de mercadotecnia.

Eso sí, toda la semana, desde el día inaugural, se publicaron fotos de Chucho Nader en revistas caras y redes sociales, alzado a la categoría de amante del arte. Esto también, por cierto, se saldó con recursos públicos.

Queda la impresión de que el proyecto sirve para fines políticos, hedonistas y comerciales, y no como símbolo cultural y de identidad para el puerto, incluso para la zona conurbada.

Como tal, el Museo de Tampico no es un proyecto terminado y aún puede corregirse y mejorar su funcionamiento. Pero, si es el monumento “más explícito de la riqueza de una ciudad”, como cree Josep Pla, entonces representa los sueños y actitudes de una minoría.

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