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«Bravatas y anexas de ayer y Hoy».

Cuenta don Ángel Rivera que siendo él titular de un juzgado, en la época en que el respeto a los derechos humanos era todavía sólo una frase idealista, el «patrón» de la política, del servicio público y el sindicalismo en la Huasteca, y de los petroleros del país, le hizo una de esas encomiendas difíciles de desatender, como eran las de don Joaquín, muy disuasivas: que sujeto que cayera a la preventiva por robo, fuera efectivamente procesado y condenado a la cárcel.  «¡Cómo disminuyeron los delitos de ese tipo en aquel tiempo!», expresa.  Mano dura que pudo convertirse en dictadura, de no ser porque un par de bravatas, una en persona y la otra en mitin petrolero, le apresuraron el retiro a Hernández Galicia en enero de 1989.

«Había sido yo invitado a cenar pozole la noche anterior al día diez», recuerda el ahora dirigente petista, «y yo ni siquiera acostumbro la cena».  Menciona que a la mañana siguiente le mandó llamar «La Quina» muy temprano y así estuvo en el domicilio de la calle San Luis, donde uno de los tantos guardaespaldas petroleros le dijo que su jefe se hallaba en el baño, de modo que aprovechó él para hacer lo propio al empezar a sentir unos retortijones, pero lo haría en casa, por lo que avisó que «iba y volvía», se encaminó al hogar, hizo lo que tenía que hacer y aún se dio el tiempo para tomar un bulto de ropa sucia y hacer escala en una lavandería de la calle Oaxaca situada frente a donde hasta hace poco estuvo la legendaria alberca (a la vuelta de la calle San Luis), y fue ahí que alguien lo alertó: «¡Ándele don Ángel, que se están llevando los soldados al patrón!».  Al asomarse a la esquina ya no vio nada: había pasado ya el bazucazo y la aprehensión, y habían cargado ya hasta con el exalcalde porteño Gustavo González García, a quien tumbaron los dientes de un culatazo, y a todos cuantos en ese momento acompañaban al líder sindicalista.  A Juan Ángel Rivera lo salvó un retortijón… o un buen pozole.

Arden de rabia y animadversión contra la reforma educativa del país y quienes la implementan, quienes la apoyan y hasta quienes ni interés tienen en ese tema, los militantes y simpatizantes de la CNTE que ante el desinterés del pueblo en su mayoría al que vienen convocando a gritos, maldiciones y amenazas a un adoctrinamiento bastante cavernario, han

optado por incendiar las redes sociales con vídeos y fotos, reales o no, antiguos o actuales, de México o cualquier punto del planeta, de los que se enganchan para despotricar con lenguaje soez no sólo en agravio de aquellos por los que se dicen agraviados, sino hasta de la gente a la que, de entrada, saludan así: «Compartan, cabrones», e insultan pendejeándola con frases del estilo: «mira la educación que les están dando a tus hijos, estúpido mexicano», y otras groserías y obscenidades, agresiones con las que se dirigen a los cibernautas en general que llegan a leer semejantes publicaciones, los mismos que se dicen «sufridos maestros», «patrióticos trabajadores de la educación», y lo peor de todo: esa nada ortodoxa ni conservadora estrategia está prendiendo, en efecto, entre docentes de estados tan aparentemente tranquilos y pasivos en materia magisterial como Tamaulipas.  Dos botones de muestra se vieron esta semana en la conurbación sur del estado: la marcha de catedráticos y personal del Tec de Madero, y la de profesores anti-reforma educativa en Tampico el jueves pasado.  Incluso, este opinador se vio interceptado por un par de mentores, matrimonio ellos, en un céntrico café, y más allá de su amabilidad y capacidad y alto nivel (uno de ellos impartió cátedra en el Tec de Monterrey), las bravatas que echaban contra el gobierno en la conversación que sostuvimos, dejaban ver un ansioso deseo de que llegue a estallar una segunda revolución mexicana, así como un ciego amor a López Obrador y una lobotomía cibernáutica que, tristemente, ya denotan por igual ricos, pobres y clasemedieros en México.

Opinión

El delicado equilibrio del litoral tamaulipeco

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Mientras los destinos de playa en Tamaulipas se preparan para recibir a miles de visitantes durante los próximos meses, otro fenómeno, silencioso pero trascendental, se manifiesta con puntualidad ancestral: el arribo de la tortuga lora. Esta especie, símbolo natural del litoral tamaulipeco, comienza su ritual de vida y esperanza al desovar en playas como La Pesca, Tepehuajes, Altamira, Miramar y Matamoros.

Con el hallazgo reciente de 342 nidos y más de 30 mil 800 huevos, la Comisión de Parques y Biodiversidad del Estado reafirma su compromiso por proteger a este quelonio, el más emblemático del Golfo de México y, también, uno de los más amenazados. Loable y necesario es el despliegue permanente de vigilancia en los campos tortugueros, particularmente en temporada vacacional, cuando el desove de las tortugas coincide con la marea humana que se vuelca sobre las costas.

Este encuentro entre naturaleza y recreación, si bien es inevitable, exige una convivencia respetuosa. La labor del personal de la Comisión no sólo se centra en proteger los nidos o en mantener operativos los corrales de conservación, sino también en educar. Aún falta mucha conciencia: turistas que se acercan demasiado, cámaras que destellan sin clemencia, música a todo volumen y basura regada por doquier siguen siendo parte del paisaje. 

Es momento de que como sociedad asumamos una responsabilidad compartida. Cuidar a la tortuga lora no debe ser solo una tarea de las autoridades ambientales, sino de cada visitante que pisa la arena. Porque, al final, la supervivencia de esta especie no solo habla de biodiversidad; habla también del respeto que tenemos por nuestra propia casa.

En la intimidad…  Tomás Yarrington no regresó a Tamaulipas como un hijo pródigo, sino como un hombre que deberá rendir cuentas.

El ex gobernador, deportado desde Estados Unidos el pasado 9 de abril tras cumplir una sentencia de siete años de cárcel, recibió esta semana un auto de formal prisión en México por delitos que aún lo persiguen, como sombras que jamás se disipan.

La Fiscalía General de la República fue clara: Yarrington es acusado de delitos contra la salud, específicamente por colaborar con organizaciones criminales durante su mandato.

La historia no es nueva, pero sí relevante, porque evidencia el largo brazo de la «justicia» y su implacable memoria. Aquello que no se resolvió hace más de una década, hoy vuelve a ocupar titulares, audiencias judiciales y, por supuesto, la opinión pública, sin embargo, en quellos años el Cártel del Golfo, y los Zetas, eran un mismo grupo antagonico, por eso, acusarlo de «colaborar» con dos cárteles, esta fuera de tono.

Según la autoridad mexicana Yarrington habría posibilitado operaciones del Cártel del Golfo (los otros eran una extensión del ya mencionado), y de Los Zetas, según revelaron labores de inteligencia entre México y Estados Unidos.

Y esa presunta colaboración no es solo un delito técnico, es una traición política: utilizar el poder del Estado para servir al crimen organizado no solo desmorona la confianza institucional, también hiere profundamente al tejido social de una entidad ya golpeada por la violencia.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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Opinión

El puente que une más que caminos

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En política, como en infraestructura, no todo lo que se promete se construye. Por eso, cuando una obra se concluye, cobra sentido hablar de realidades y no de discursos. La reciente inauguración del Puente de la Esperanza, en Altamira, así lo demuestra.

No solo se trata de un distribuidor vial moderno y funcional, sino de un gesto político y social que, en plena Semana Santa, conecta a Tamaulipas con su futuro inmediato: uno donde sí se hacen las cosas.

Con una inversión superior a los 293 millones de pesos, esta construcción no es solamente una vía de tránsito, sino un símbolo: el de un gobierno que decidió terminar lo que otros dejaron a medias, y hacerlo en el momento justo. La temporada vacacional trae consigo miles de turistas, pero también un aumento significativo en el flujo de transporte de carga hacia el Puerto Industrial de Altamira. Este puente, con sus 900 metros de longitud, carriles amplios y bases sólidas, llega a tiempo y con sentido estratégico.

El gobernador Américo Villarreal Anaya no solo cortó un listón; dio paso a una nueva narrativa. Una en la que las buenas noticias no son la excepción, sino la meta. Y es que mientras en otras regiones del país la movilidad colapsa, aquí se habla de inversión, planeación y resultados. El simbolismo no se improvisa: bautizar la obra como La Esperanza tiene peso y contexto.

Acompañado por los alcaldes de Altamira, Madero y Tampico, el mandatario envió un mensaje de unidad regional. En su caminata sobre el puente antes de abrirlo al tránsito vehicular, saludó a familias enteras que lo veían pasar con una mezcla de sorpresa y gratitud. Porque sí, aunque parezca raro, hay veces en que la política sí responde.

La Secretaría de Obras Públicas fue clara: esta obra no es un parche, es una base para el desarrollo. Con altura suficiente para el paso de unidades de carga, este puente reduce tiempos, mejora la seguridad vial y aligera el tránsito pesado. Y eso, en plena Semana Santa, no solo se agradece: se aplaude.

En la intimidad… El evento también fue escenario del banderazo al Operativo Semana Santa 2025, que moviliza a más de 5 mil elementos de 13 dependencias, bajo la expectativa del arribo de 2.3 millones de visitantes al estado. 

Como parte del fortalecimiento de la seguridad, los gobiernos municipales de Altamira, Madero y Tampico entregaron 30 patrullas a la Guardia Estatal, en un gesto que habla de coordinación más allá del discurso. 

El gobernador recordó que Tamaulipas es hoy el estado más seguro de la frontera norte, y la zona conurbada se posiciona como la tercera más segura del país, según cifras del INEGI. 

Además, el secretario de Turismo, Benjamín Hernández Rodríguez, confirmó la instalación de 10 módulos de atención turística, con 537 vehículos, 71 ambulancias, tres embarcaciones y seis helicópteros. Todo esto con una derrama económica prevista de 2 mil 116 millones de pesos.

Hoy, la esperanza tiene forma de puente. Y Tamaulipas, rumbo. 

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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Opinión

Rectitud y honradez

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A dos semanas de haber arrancado formalmente la campaña rumbo al histórico proceso electoral judicial del próximo 1° de junio de 2025 —una jornada sin precedentes que permitirá a la ciudadanía elegir Ministros, Magistrados y Jueces Federales—, se comienzan a trazar con mayor nitidez las intenciones, los estilos, y sobre todo, los perfiles que participan en este ejercicio democrático.

Y entre tanto colorido, tanto video viral, y tanta saturación mediática disfrazada de «campañas innovadoras», emerge con serenidad, pero con fuerza, un nombre que representa la esperanza de que no todo está perdido en el aparato de justicia: Gerardo Gustavo Alemán Lara.

Tamaulipeco por nacimiento y convicción, Alemán Lara no necesita montar un espectáculo para que su voz se escuche. No ha salido a cantar, ni a disfrazarse, ni a recitar frases grandilocuentes. Su mejor carta es su historial. A sus 39 años, acumula más de 15 dentro del Poder Judicial, y más de una década como Secretario de Tribunal. Su candidatura para ocupar el cargo de Magistrado Federal en Materias Penal y de Trabajo en Tamaulipas no solo es técnicamente sólida, sino éticamente inspiradora.

Es un jurista con vocación, sí, pero también un formador de generaciones, un pedagogo del derecho que no se conforma con conocer la ley: la enseña, la explica, la humaniza. A través de cápsulas informativas que publica en redes sociales, lejos de la banalidad, se enfoca en transmitir conocimiento útil, con sustancia, con sentido social. No hay promesas vacías en su campaña, sino propuestas claras. No hay show, hay sustancia.

Alemán Lara representa la seriedad en un proceso que por momentos amenaza con trivializarse. En él convergen el rigor técnico, el compromiso ético y la voluntad de seguir sirviendo desde la justicia. En tiempos donde las togas se usan como disfraces de campaña, encontrar a alguien que la honre con decoro es un verdadero acto de esperanza.

Porque como él mismo lo ha dicho: “De un Magistrado no debemos esperar chistes, sino la certeza de que sabrá decir el derecho”. Y eso, en esta contienda, vale oro.

En la intimidad…  La Semana Santa no solo llena las costas tamaulipecas de turistas y sombrillas, también trae consigo un espectáculo natural digno de reverencia: la anidación de la tortuga lora, una de las especies marinas más emblemáticas y tristemente en peligro de extinción.

Durante estos días, el litoral de nuestro estado se convierte en refugio y cuna de vida. Ahí, en la arena caliente, estas tortugas inician su proceso de desove, depositando sus huevos con precisión milenaria. Cada una que llega representa una historia de supervivencia, una esperanza para la biodiversidad marina.

La Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (SEDUMA), consciente de la importancia de este fenómeno, ha hecho un llamado enérgico, pero respetuoso, a quienes visitan las playas: actuar con conciencia ecológica. No tocar los nidos, evitar las luces, mantener distancia prudente, y lo más básico: no dejar basura. Cada acción cuenta.

“Cada huevo representa esperanza para la especie”, declaró Karina Lizeth Saldívar Lartigue, titular de la SEDUMA. Y tiene razón. La tortuga lora no es solo un símbolo ambiental, es testimonio viviente de que la naturaleza aún resiste… pero no sola. Necesita de nosotros, y esta Semana Santa es la oportunidad de demostrarlo.

Así que, antes de subir la selfie o levantar el dron, vale la pena detenerse, mirar con respeto a esa madre tortuga que cava su nido y preguntarnos: ¿qué huella quiero dejar yo en esta playa?

davidcastellanost@hotmail.com
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Opinión

El desaire a Tampico 

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La llegada de la Semana Santa sin Obispo en la Diócesis de Tampico, provocó el enojo en los católicos profundamente dolidos por el abandono espiritual, la indiferencia y el desdén con el que el Vaticano trata a una región que hoy clama por guía, por justicia y por fe.

Han pasado semanas desde la partida del obispo José  Armando Álvarez Cano, y la silla episcopal sigue vacía, acéfala, sin rumbo. Para muchos feligreses, mientras en Roma se toman su tiempo en la diplomacia del incienso y la burocracia eclesiástica, aquí en el sur de Tamaulipas se pudren las raíces mismas de la sociedad con unos índices de violencia ligeramente a la alza en clara muestra de una emergencia espiritual.

La diócesis de Tampico no es una oficina que pueda esperar a que le asignen gerente. Es una iglesia herida, por supuesto, por los escándalos que han manchado el hábito sacerdotal con la podredumbre del abuso.

Herida por una política publica cínica, sinvergüenza, donde la corrupción es regla y no excepción. Herida por un pueblo que ha perdido el miedo a Dios porque ha perdido contacto con Él, porque no hay quien lo pastoree.

La Fe en la zona metropolitana de Tampico, no ocupa de un administrador interino que venga y se vaya. Los feligreses quieren un pastor de tiempo completo, con autoridad moral, con carácter, con vocación de lucha. Un obispo que no tema meter las manos en el fango de esta crisis, que defienda a los inocentes, que denuncie al corrupto, que consuele al fiel, y que reprenda al hipócrita.

El tiempo de la espera ya pasó. ¡La diócesis de Tampico necesita ya un obispo que sea voz de Dios entre tanta oscuridad!

Si bien es cierto que no se vive una crisis de inseguridad como la experimentada entre 2007 y 2014, queda claro que no se puede pastorear con indiferencia desde Roma cuando en Tamaulipas  el rebaño se dispersa entre lobos. ¿O acaso van a seguir permitiendo que la entidad  sea un desierto espiritual mientras se decide entre nombres en una carpeta?

Hoy la crisis está en el ejercicio público, y la Iglesia no puede seguir actuando como si nada pasara; urge la llegada de un obispo con carácter, ya.

En definitiva la iglesia católica en el sur de Tamaulipas es una oveja sin pastor.

En la intimidad…  Es cierto que este vacío espiritual podría verse como una oportunidad para que la comunidad católica de Tampico se una en oración y reflexión, fortaleciendo su fe y cohesión como comunidad.

Además, la presencia de Monseñor Tamez Villarreal como Administrador Apostólico asegura que las actividades diocesanas continúen sin interrupciones significativas, y aunque la estructura eclesiástica se mantiene activa y comprometida con el servicio pastoral, no deja de ser urgente la llegada de un nuevo obispo titular.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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