En octubre de 2007, el aseguramiento histórico de 11 toneladas de cocaína en el puerto de Tampico marcó el inicio de una guerra sin precedentes entre los cárteles del narcotráfico por el control de la ruta del Golfo. La ciudadanía tardó en conocer los detalles de la operación, mientras el Gobierno federal mantenía silencio durante dos días, un hermetismo que hoy se repite con el decomiso de 10 millones de litros de diésel en el mismo estado, Tamaulipas.
Las coincidencias entre ambos eventos no pueden ignorarse. Dos decomisos históricos, dos silencios oficiales y un mismo punto geográfico: el estado tamaulipeco, clave en el tráfico de mercancías ilegales.
En 2007, la cocaína incautada por el Ejército pertenecía al Cártel del Golfo y el decomiso fue seguido de un baño de sangre, producto de la pugna entre facciones criminales por la hegemonía en la región. Hoy, 18 años después, el huachicol parece ser el nuevo botín en disputa, con los puertos de Altamira y Tampico como nodos clave de una logística tan lucrativa como sospechosa.
El aseguramiento del hidrocarburo deja abiertas múltiples interrogantes: ¿cómo es posible que tamañas operaciones criminales logren establecerse con tal nivel de sofisticación sin ser detectadas antes? Más aún, ¿es el huachicol una pantalla para algo más grande, como el tráfico de drogas? El precedente del decomiso de cocaína en 2007 plantea una posibilidad inquietante: si aquella incautación marcó un punto de inflexión en la violencia del narcotráfico en la región, ¿podría este golpe al contrabando de combustibles desencadenar un nuevo episodio de caos?
Tamaulipas ha sido testigo de cómo las rutas del crimen se transforman, pero el negocio ilícito persiste. En 2007, el Ejército enfrentó a sicarios fuertemente armados que resguardaban el cargamento de cocaína. Ahora, en 2025, el decomiso de hidrocarburo se realizó en instalaciones de fletes y en un buque que llegó con una carga presuntamente legal.
La sofisticación de los grupos delictivos ha crecido, al igual que su capacidad para camuflar sus actividades bajo la apariencia de negocios lícitos.
Las rutas de la droga han evolucionado, y los puertos mexicanos son ahora epicentros de un comercio ilícito que parece estar diversificándose. Las drogas viajan en submarinos, en contenedores, ocultas entre productos legales sin que nadie parezca notar su presencia. Desde aquel decomiso histórico de cocaína en 2007, nunca más se ha incautado una cantidad similar. No porque el narcotráfico haya disminuido, sino porque ha refinado sus métodos.
La gran pregunta es si el Gobierno está preparado para enfrentar esta nueva realidad. La estrategia de seguridad ha apostado por grandes golpes mediáticos contra el crimen organizado, pero la historia nos ha enseñado que, tras cada aseguramiento de alto perfil, la violencia y el reacomodo de los cárteles suelen seguir su curso con brutalidad. En Tamaulipas, la historia podría estar a punto de repetirse.
Mientras la opinión pública aplaude estos decomisos, el crimen organizado ya está reconfigurando sus operaciones. Lo que hoy se nos presenta como un golpe histórico al huachicol podría ser solo la antesala de un nuevo ciclo de violencia. Como en 2007, la información oficial llega tarde y con reticencia, dejando espacio para la especulación y el desconcierto. La lección es clara: la batalla no ha terminado, solo ha cambiado de escenario.
En la intimidad… La presidenta del Sistema DIF Tamaulipas, la doctora María de Villarreal, realizó un recorrido por los sectores afectados por lluvias e inundaciones en la ciudad de Reynosa, donde entregó paquetes de limpieza para el hogar e higiene personal, a fin de apoyar a las familias damnificadas en el restablecimiento de sus condiciones de bienestar.
Dando seguimiento a las instrucciones del gobernador Américo Villarreal Anaya de volcar todo el apoyo en favor de las familias afectadas, el Sistema DIF Tamaulipas distribuye en Reynosa 5 mil 758 kits de limpieza e higiene personal.
Los paquetes están conformados de acuerdo a las necesidades de cada hogar en kits de escoba y trapeador; kits de papel higiénico, cloro, jabón en polvo y jabón personal; kits de cubeta, trapeador, escoba, cloro, pinol, jabón, cepillo y franela; kits de crema, shampoo, cepillo dental, pasta, jabón, cepillo para peinar y desodorante.
De manera paralela, el Sistema DIF Tamaulipas, que preside la doctora María de Villarreal, mantiene abiertos los centros de acopio en la capital del estado donde se están recolectando productos de limpieza para el hogar y de higiene personal, principalmente.
Todo lo recaudado será empaquetado y distribuido por los Mensajeros de la Paz en Reynosa y otros municipios que han sufrido afectaciones por las lluvias e inundaciones de la semana pasada.