Las redes sociales son actualmente el foco viral que hace que todo fluya de manera natural para la mayoría de sus usuarios. Gracias a ellas se ha sustituido en gran escala a la televisión y otros medios tradicionales, ya que la mayoría de personas que las utilizan se informan por medios digitales.
Pero eso no significa que todas las noticias que lleguen a nuestro timeline sean verdaderas, o en el caso que lo sean, resulten verdaderamente importantes. En estos últimos meses hemos sido testigos de noticias que se han salido de control, masificándose de forma incontrolable. Se le ha dado importancia a cosas que no tendrían por qué ser relevantes. Pero existen otras que han causado furor y son muy importantes desde el factor sociológico.
La última novedad que nos regalaron las redes, sin duda fue la de Tamara de Anda, más conocida como Plaqueta, gracias a su usuario de Twitter. Ella es una chica que tiene una columna en uno de los principales periódicos de México, aparte de ser bloguera, ya que tiene un canal de YouTube.
¿Pero qué la hizo ser tan reconocida? La semana pasada levantó una denuncia contra un taxista que al verla pasar por la calle le dijo “guapa”… ¡Pero es en serio! Sí, Tamara demandó al taxista por haber recibido un piropo “inofensivo”.
Eso dio paso a que las opiniones se polarizaran, muchos trataron de loca a esta mujer por haber procedido de esa manera, decían que había exagerado. Pero por el otro lado están también quienes la apoyan, los que le dan la razón y también consideran que lo que le pasó esta tarde sí se considera acoso.
Si bien “guapa” no es una palabra obscena o un insulto, hay algo que debemos de considerar; y es bajo qué clase de contexto fue pronunciada. No es lo mismo que algún conocido te salude con un “Hola, guapa”, a que un hombre que no has visto en tu vida, con mirada libidinosa y entonación intimidante pronuncie esa misma frase.
Tamara hizo algo que las mujeres no, ella se armó de valor e hizo valer sus derechos, cosa que la mayoría de mujeres no hacemos, ya sea por miedo o porque ya estamos tan acostumbradas a ser acosadas verbalmente que preferimos omitir el hecho y seguir como si nada.
Lo lamentable de esta situación es que después de querer darle una lección a este hombre, ella sea la que ha sido satanizada. Víctima de insultos, de denigración y hasta de amenazas de muerte. Se ha especulado también que todo fue algo premeditado, y de aquí surgen dos vertientes: Una que fue a propósito para que se diera a conocer su trabajo por medio de la polémica y la otra de que todo fue parte de un plan, ella sabía que tarde o temprano iba a ser hostigada y quiso darle una lección al individuo y de esta forma también mostrarle a las demás mujeres que este tipo de actos tiene una penalización.
La mayoría de personas que le han escrito para referirse al tema, no han sido para solidarizarse, sino todo lo contrario, para agredirla y llamarla loca, porque según ellos exageró con sus acciones. Muchos de sus haters se han referido a ella como “vieja fea, ni que estuvieras tan guapa”, y es en donde se necesita hacer un análisis: ¿esto quiere decir que todas las guapas tienen que soportar el acoso solo por el hecho de ser guapas y que las no tan agraciadas no tienen derecho a levantar la voz?
Sin duda, este caso deja muchas cartas sobre la mesa, como el nivel de machismo y la falta de sororidad que existe entre mujeres. Pues, de forma lamentable, muchas de las que atacaron a Plaqueta fueron del género femenino, esas que seguramente también han sufrido acoso callejero y que de alguna manera también serán beneficiadas por lo que hizo Tamara, ya que gracias a que actuó de esta manera, las mujeres pueden estar conscientes de que tienen la opción de proceder con acciones legales.