Por Jesús Bravo.
Cuando derribaron, hace ya cosa de dos décadas, la llamada «casa del pastel», esa vieja mansión que estuvo por mucho tiempo situada en la esquina de avenida Hidalgo y calle Torreón (antigua salida a la Ciudad de México), el asunto fue noticia casi de escándalo entre la sociedad no sólo tampiqueña, sino de toda la conurbación, por lo que a la imagen urbana le representaba semejante joya arquitectónica, que por su nombre popular, su ubicación y, sobre todo: su singular diseño, se había convertido ya en un punto de referencia para cuantos aquí residían entonces. Por aquellas fechas pocos esperaban que una construcción así de emblemática fuera a tener un final tan abrupto, y sin embargo hoy en día la cosa es totalmente distinta: a unos pasos del mismo lugar acaban de provocar el desplome, apenas este año, de lo que fue una lujosa residencia erigida a desnivel a mitad del siglo pasado, ello luego del irreversible deterioro que llegó a presentar la vivienda por el abandono, el cual había hecho que los techos colapsaran. Y esta vez fue como si a nadie le importara, como ya había pasado con dos o tres casas del período de esplendor petrolero que estaban situadas sobre la misma acera y separadas apenas por metros.
De manera similar, no han pasado de ser simple referencia histórica en los diarios las demoliciones de enormes inmuebles cuyo recuerdo aún sigue vivo en el imaginario colectivo, en la memoria de varias generaciones de habitantes de esta parte del país, construcciones como la muy memorable plaza de toros «Gaona», de la que acaso sólo queda el redondel como un símbolo de aquel pasado en la forma de un domo edificado en el mismo espacio por una agrupación religiosa. O el antiguo edificio sede del hotel San Antonio, al cual también se lo derribó en el último año, sin que hubiera intervención alguna de instancias que supuestamente velan por el patrimonio arquitectónico de esta ciudad y puerto. Y ni qué decir de aquellas fincas que databan también de la centuria anterior, y que tenían aspecto de antiguas haciendas, sobre la avenida Hidalgo, en manzanas muy próximas al referido hotel, auténticos vestigios del pasado glorioso de Tampico que han ido desapareciendo del panorama citadino por la propia acción del hombre, tal cual ocurrió, en el año más reciente, con la otrora opulente mansión que ocupaba media manzana a cuadra y media de la avenida Ejército Mexicano, en la colonia Guadalupe.
De este nuevo siglo han sido también la demolición del antiguo Instituto Cultural Alborada, en la colonia Águila, así como la extinción de una casona de estilo europeo que había justo enfrente, pero cuyo pórtico daba hacia la avenida Mayor, en la colonia Lauro Aguirre. Y, a unos cincuenta metros de ahí, en la misma acera, el desplome de lo que antaño, en los años 80, era todavía una tienda de autoservicio del tipo americano tradicional, y no como las «tiendas de conveniencia» que abundan hoy en día. Destrucción del pasado de la que no quedó exento aquel edificio particular que hubo, dentro del mismo perímetro, en el entronque de Ejército Mexicano con avenida Hidalgo, ya en la colonia Las Flores, y tampoco el vivero que se hallaba justo al lado. Cinco legados de la historia local borrados del paisaje en una mismo período y a lo largo de apenas cien, ciento cincuenta metros. Pero, ¡cómo será la riqueza arquitectónica que representa a la historia de Tampico, que a pesar de la estrepitosa caída de las viejas, grandes o pequeñas estructuras, fenómeno que ha ocurrido a lo largo de las últimas cuatro décadas, pero que se ha hecho más notorio en los últimos cuatro lustros, el catálogo de edificios antiguos con que cuenta la localidad aún da para mucho, mucho más.
Como muestra se puede citar desde lo más evidente: todos esos bellos monumentos arquitectónicos bien preservados que rodean al centro histórico y a la Plaza de Armas, incluyendo a la antigua estación del tren y al viejo edificio sede del sindicato ferrocarrilero, hasta lo más oculto: como todos esos inmuebles deteriorados que hay todavía en la legendaria Isleta Pérez, donde alguna vez estuvo el igualmente mítico parque de béisbol «Alijadores». O lo más inadvertido por cotidiano: el antiguo aeropuerto; las añejas escuelas del centro y las más antiguas colonias; las vetustas iglesias; los cientos de domicilios particulares cuyas construcciones datan de hace muchas décadas, y los cuales se encuentra uno esparcidos por toda la ciudad: en la colonia Lauro Aguirre, la Primavera, Tolteca, Americana, Martock, Del Pueblo, Campbell, Tamaulipas, Guadalupe Victoria, Otomí, Cascajal, Trueba y otras. Aunque aún falta por mencionar edificaciones sorprendentes que tendrán fácil unos 80 años o más, como la antigua planta procesadora de agua «Hydros», en el sector Tancol, o el otrora palacio penal del cerro de Andonegui.
Si a todos esos tesoros pétreos se los rescatara, como ocurrió con el antiguo rastro (hoy en día Casa de la Cultura) o el histórico edificio de la Aduana Marítima, el de la Secretaría de Hacienda, los de Correos, Telégrafos, Tranvías (actualmente una parte administrativa de la CFE), Alijadores, Pemex, La Corona, palacio municipal, iglesia catedral, quiosco monumental, Casino Tampiqueño (viejo y nuevo), el otrora hotel Rivera, el Posada del Rey, Sevilla, Mansión Real, el Mandarín (antes sede de la desaparecida revista Tamaulipas), el ex-Instituto Regional de Bellas Artes, la misma Plaza de la Libertad, y tantas mansiones del tiempo de la bonanza del oro negro que siguen en pie hasta nuestros días, y han sido preservados por sus propietarios, la ciudad y puerto de Tampico podría quizás aspirar a que se la llegase a declarar, si no «patrimonio cultural» de México, por lo menos «pueblo mágico». Y vaya que entonces el plus, la categoría turística que ya de por sí tiene la localidad se iría muy por encima de lo que posee hoy en día, en términos de calidad de destino vacacional. Y ello sin importar que ya no cuente con el principal atractivo que estuvo dentro de su territorio hace menos de una centuria: la playa Miramar. Y si no se cree, baste con ver la cantidad de paseantes que este verano está llenando cada sitio de interés cultural y de esparcimiento con que cuenta el municipio «porteño».
Hablar de palabras mayores, pero no imposibles de escribir como páginas de la nueva historia local, sería: restaurar edificios como el de la sociedad mutualista (situado en la calle Sor Juana), los antiguos periódicos El Mundo (calle Álvaro Obregón) y El Heraldo (Carpintero e Hidalgo), el viejo hospital civil (único complejo que abarca toda una cuadra completa en el centro de la ciudad), el resto de los portales de la antigua calle Ribera (hacia la Isleta Pérez), la hilera de vetustas construcciones que dan hacia los mercados (sobre la calle Pedro José Méndez), para estar a tono con los nuevos centros de abasto, y en una de esas hasta la también histórica, pero desde hace mucho decadente, Plaza del Mariachi, mejor conocida como «El Triángulo». Y todo un sueño: volver a elevar, como réplicas actuales (cual se ha hecho ya con la Plaza Hijas de Tampico), estructuras tan añoradas como el todavía célebre Cine Alcázar, el puente «Romero Rubio» (podría suplir al actual paso elevado para peatones que conduce a la antigua Aduana), y, ya en Madero, pero que data de la época en que la playa pertenecía a Tampico: el legendario Casino Miramar. Falta un magnate visionario que se enamore de esta ciudad y puerto, o un gobernador que quiera pasar a la historia con todos los honores. Si alguien llegara a aspirar a ello, ¡quién sabe! Tal vez hasta se podría llegar a ver desenterrados los secretos más misteriosamente guardados por este municipio: esos túneles, pasadizos subterráneos que todo mundo asegura existen y que según conectan a los inmuebles más antiguos y emblemáticos, a los cuales se entra por pozos o aljibes… pero que nadie hoy en día se anima todavía a explorar.
Al sostener un encuentro con empresarios, académicos, jóvenes, representantes de la sociedad civil; y de los distintos sectores productivos, convocado por la COPARMEX, Rosa González Azcárraga, Candidata a la Presidencia municipal de Tampico aseguró que en el municipio habrá continuidad en las obras de modernización, así como en los programas de bienestar social, seguridad y crecimiento económico.
En el encuentro, efectuado en el auditorio del Instituto de Estudios Superiores de Tamaulipas -IEST-, se llevó a cabo la firma del Acuerdo Nacional de Desarrollo Inclusivo, y asistieron también, Chucho Nader, candidato a la Diputación Federal por el Octavo Distrito y Marcela Unda, aspirante a la Diputación Local por el Distrito Tampico Norte.
Ahí, Rosa González mencionó que durante la próxima administración municipal ampliará los proyectos de infraestructura turística en la Laguna del Carpintero e impulsará el desarrollo deportivo y la integración social mediante la creación de una nueva Ciudad Deportiva en la colonia Borreguera, además de la mejora de todos los parques y espacios de convivencia en el municipio.
La abanderada de la alianza «Fuerza y Corazón por Tamaulipas», apuntó que también se respaldará el desarrollo y crecimiento económico de los micros y pequeños comerciantes a través del programa «Compra lo Hecho en Tampico», cuyo propósito es el de generar mayor promoción, posicionamiento y presencia de los productos locales en el mercado regional.
Por su parte Chucho Nader indicó que desde el Congreso de la Unión gestionará recursos para el mejoramiento del sistema carretero que une a Tampico con el resto del país, principalmente en la carretera que conduce a Ébano y Tamuín, así como la rúa intercostera estatal.
En el ámbito de la seguridad pública, el candidato de la coalición PAN-PRI-PRD destacó que presentará iniciativas para incrementar el número de efectivos y patrullas de la guardia estatal y nacional en la zona conurbada, a fin de seguir garantizando un clima de paz y seguridad.
Por último, la aspirante al Congreso local, Marcela Unda expresó que desde la legislatura propondrá el fortalecimiento del sistema estatal de salud y la modernización y mejora del servicio de transporte público.
Durante el encuentro, integrantes del organismo empresarial, presidido por Gonzalo Treviño, presentaron planteamientos en los rubros de seguridad pública, desarrollo económico, educación y calidad del agua.
Por cuarto año consecutivo celebran Día del Niño 107 trabajadores de Recolección de Basura del Ayuntamiento maderense
CIUDAD MADERO, TAM. (30 de abril de 2024). – En una tradición que se ha vuelto emblemática desde la pandemia del COVID-19, el personal de recolección de basura del Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Honorable Ayuntamiento de Ciudad Madero (SUTSHA) celebra el Día del Niño de una manera única y especial. Bajo la convocatoria de Azael Portillo Alejo, secretario general del SUTSHA, los trabajadores salen a las calles cada 30 de abril vestidos como personajes infantiles y superhéroes de cómic.
Esta iniciativa, que comenzó durante la contingencia sanitaria, tiene como objetivo llevar alegría a todas las colonias maderenses mientras se realiza la importante labor de mantener la ciudad limpia. Los trabajadores, adornados con disfraces coloridos, recorren las calles a bordo de sus camiones recolectores, que también están decorados para la ocasión.
Los niños esperan con emoción este día, ya que además de ver a sus personajes favoritos en acción, reciben dulces y pueden interactuar con los “superhéroes” que cuidan de su ciudad. Esta actividad no solo proporciona entretenimiento, sino que también fomenta la conciencia sobre la importancia de la limpieza urbana y el respeto por los trabajadores que diariamente contribuyen al bienestar de la comunidad.
La celebración del Día del Niño por parte del personal de recolección de basura es un claro ejemplo de cómo el trabajo comunitario y la diversión pueden ir de la mano para crear un impacto positivo en la sociedad.
Destacar que esta iniciativa surge en los momentos difíciles de la pandemia COVID, hace 4 años, con la intención de llevar un mensaje de esperanza a las familias maderenses y a la niñez de Ciudad Madero que fue el sector más afectado debido al riguroso confinamiento.
La candidata de la Coalición «Sigamos Haciendo Historia» a la alcaldía de Tampico, Mónica Villarreal Anaya, buscará promover créditos para jóvenes que quieran iniciar con algún tipo de emprendimiento.
Villarreal Anaya, fue invitada al foro denominado «Tampico y sus alcances» en la Universidad Del Noreste (UNE), donde expuso sus propuestas de campaña distribuidas en cuatro ejes estratégicos y tres perspectivas transversales.
Señaló que de ser favorecida el próximo domingo 2 de junio, su gobierno buscará reactivar los créditos que ofrece el Gobierno Federal para apoyar a los jóvenes a emprender su propio negocio.
Explicó que existe el Crédito Joven Nafin, el cual es uno de los préstamos que ofrece el organismo para apoyar el emprendimiento de todos aquellos jóvenes mexicanos que tengan entre 18 y 30 años, con el objetivo de brindarles las herramientas económicas para el impulso de su empresa o Pyme.
«Buscaré una unidad de vinculación estatal y federal. Tampico en los últimos 5 años no ha promovido ningún crédito a los jóvenes y es algo fundamental, hay un crédito por parte del Gobierno Federal de Nafin en donde la administración municipal pone una cantidad de dinero y Nafin pone 17.4 veces más esa cantidad y se hace una bolsa para créditos para emprendimiento, vamos a apoyarlos a través de este crédito, el cual hoy no se está ejerciendo, lo vamos a reactivar», señaló.
La abanderada de Morena, dijo que asistir a este tipo de foros le ayuda a retroalimentar su agenda al conocer las necesidades de todos los sectores de la sociedad, y uno de ellos, es el de los jóvenes, quienes son parte fundamental de sus propuestas.
Mónica Villarreal Anaya, se comprometió con dicha parte de la población para apoyarlos en todo lo que se pueda para que tengan la oportunidad de desarrollarse después de concluir sus estudios universitarios.
«Estamos construyendo la agenda de los próximos tres años y es una agenda viva que se está retroalimentando de los diferentes sectores de la sociedad y uno que nos importa muchísimo es el de los jóvenes, ustedes van a tener todo mi apoyo. Quiero decirles que mi campaña se divide en cuatro ejes estratégicos que son Bienestar Social, Movilidad y Servicios Públicos de Calidad, Prosperidad Compartida y Seguridad con Prevención y Proximidad Social. Además, tengo tres Perspectivas Transversales que van a estar en todos los aspectos y en todas las acciones de la campaña y gobierno. La primera es que es Tiempo de Mujeres, Innovación y Coordinación Conurbada y Metropolitana», expresó.
La abanderada de Morena-PT-Verde Ecologista, fue recibida por la Rectora de esta Institución, Yolanda Eva Reyes Barrios, así como por la directora de Liderazgo Académico, Alicia Sierra y Mónica Luengas Sandoval, directora de Crecimiento.
Un Tampico para Todos
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Victor M Martinez
9 junio, 2019 at 00:06
Interesante reportaje, felicidades, es una desgracia que siga pasando esto años después de esta columna, la colonia águila y aledaña muestra derribo de casas con importante valor arquitectónico. una verdadera pena, quitan de valor histórico a la ciudad y en cambio ponen unos horrendos edificios sin la más mínima estética.
Álex
15 enero, 2020 at 13:51
Yo estuve en esos tuneles del centro de Tampico y los cerraron