¿Mujeres a cargo de bautismos, funerales y bodas?
“sería bueno para la iglesia…estoy de acuerdo…acepto”: declara el Papa Francisco sobre estudiar la posibilidad
Tampico Tamps.- «Sería bueno para la iglesia… estoy de acuerdo… acepto”, fueron las frases concretas que empleó este jueves el Papa Francisco, como parte de su respuesta a las religiosas que, reunidas con él, lo cuestionaron directamente sobre porqué la iglesia católica no permite siquiera que haya mujeres que realicen la labor de un diácono, y quienes le inquirieron también sobre la creación de un grupo que, al interior del Vaticano, investigue y analice por lo menos dicha posibilidad.
En una nota publicada por el portal católico “Aleteia” desde Roma, Italia, se explica que este 12 de mayo, al recibir a la Unión Internacional de Superioras (religiosas) Generales, el Sumo Pontífice recibió, dentro de una sesión de preguntas y respuestas, el cuestionamiento directo: “¿Porqué la iglesia excluye a las mujeres del servicio como diáconas?”, por parte de las mismas jerarcas femeninas del catolicismo activo, quienes incluso le habrían exhortado a “constituir una comisión oficial” para estudiar dicho tema.

Según el referido sitio de internet, ante tales señalamientos, Jorge Mario Bergoglio contestó así: “¿Establecer una comisión oficial que estudie la cuestión? Creo que sí… sería bueno para la iglesia, para aclarar este punto… estoy de acuerdo, voy a hablar de hacer algo por el estilo… acepto, me parece útil… que aclare bien”, y recordó que, de hecho, él mismo había hablado ya del asunto hace algún tiempo con “un sabio profesor” experto en el estudio de la época en que existieron ya las diaconisas.
Sin embargo, el santo padre admite que aún no le queda claro qué rol jugaban, dentro de la iglesia primitiva, esos personajes femeninos: “¿Qué fueron estas mujeres diaconisas? ¿Tenían la ordenación o no? Fue un poco oscuro… ¿cuál fue el papel del diácono en ese momento (particular de la historia del catolicismo)?”, se preguntó.
De acuerdo con el documento titulado Lumen Gentium 29, emanado del Concilio Vaticano Segundo, los diáconos ocupan el grado inferior dentro de los ministros de la iglesia, ya que no son sacerdotes, aunque les ha sido practicada la imposición de las manos, e igual pueden lo mismo bautizar, administrar los sacramentales como la Eucaristía, bendecir a un matrimonio, aplicar la extremaunción y presidir un acto funerario, actividades que podrían realizar también las mujeres, si la iglesia permitiese que hubiera “diaconisas”.