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Opinión

La diversidad no se reduce a múltiples colores

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Por: Zaira Rosas
zairosas.22@gmail.com

Imagina que te atrae una persona y esa atracción es vista como una enfermedad
mental. Que, por amar o vincularte afectivamente, se te niegue la entrada a ciertos
lugares o seas objeto de burlas, violencia o exclusión. Esto, por increíble que
parezca, fue una realidad cotidiana para muchas personas de la comunidad
LGBTIQ+ antes de los años 70. Y aunque los tiempos han cambiado, todavía hoy
la diversidad sexual puede ser motivo de múltiples formas de discriminación,
abiertas o encubiertas.
Junio es conocido como el mes del orgullo. No es una fiesta vacía ni un desfile de
colores sin historia: se conmemora una lucha de décadas. Un punto clave fue el
28 de junio de 1969, cuando en el bar Stonewall Inn, en Nueva York, miembros de
la comunidad resistieron una redada policial. Aquella noche marcó el inicio de un
movimiento revolucionario que dejó claro que nadie debía esconderse por amar
diferente. Desde entonces, cada año recordamos que la dignidad, el respeto y los
derechos no deberían estar en juego por la orientación sexual o identidad de
género.
En México, según datos del INEGI, al menos un 5.1% de la población se identifica
como parte de la comunidad LGBTIQ+. Esto equivale a más de cinco millones de
personas que, aunque no deberían tener que exigirlo, reclaman algo tan básico
como la igualdad de derechos y una representación respetuosa en todos los
espacios, desde el ámbito legal hasta los medios de comunicación.
Sin embargo, aún hay muchos retos. Uno de ellos es la resistencia al uso del
lenguaje inclusivo. Cada vez que alguien escribe “todxs” o “todes”, no faltan las
críticas que lo reducen a una “moda absurda” o un “atentado al idioma”. Pero el
lenguaje no es estático: evoluciona con la sociedad. El lenguaje inclusivo no
pretende destruir la gramática, sino visibilizar a quienes históricamente han sido
borrados del discurso. Es una herramienta para reconocer la existencia de
identidades no binarias y otras expresiones de género. Negarse a su uso no es
defender el español: es cerrar los ojos ante realidades que nos incomodan o que
simplemente no entendemos.
Otro punto importante es la forma en que muchas marcas “se suben al tren” de la
diversidad en junio, pero se bajan en cuanto termina el mes. Cambian sus
logotipos a los colores del arcoíris, lanzan campañas “inclusivas” y presumen su
compromiso con la comunidad, pero en la práctica no garantizan espacios seguros
para sus empleados diversos, ni promueven políticas de inclusión real. A esto se

le conoce como “lavado rosa” (o pinkwashing): una estrategia de marketing que
usa causas sociales para limpiar la imagen de las empresas, sin un compromiso
auténtico detrás. La diversidad no puede reducirse a una estrategia de ventas o a
un filtro en redes sociales.
Afortunadamente, ha habido avances. En México, el matrimonio igualitario ya es
legal en todo el país. Se han aprobado leyes contra terapias de conversión y
existen esfuerzos por reconocer la identidad de género en documentos oficiales.
Sin embargo, la violencia sigue siendo una constante. Según datos de
organizaciones civiles, México es uno de los países con más crímenes de odio por
orientación sexual o identidad de género en América Latina. El cambio legal es
importante, pero el cambio cultural es urgente.
La diversidad sexual no debería ser motivo de debate, sino de respeto. Es parte
de lo que somos como humanidad. Negarla o limitarla es negar la riqueza de
nuestras diferencias. La apertura hacia la diversidad no exige que todas las
personas cambien quiénes son, sino que comprendan que hay otras formas
válidas y dignas de existir. Que el amor no necesita permisos ni justificaciones. Y
que reconocer los derechos de otros no resta los propios.
La verdadera inclusión no ocurre con logos arcoíris ni con discursos políticamente
correctos, sino con acciones constantes, con voluntad para aprender, con empatía,
y con leyes que garanticen derechos, pero también con una sociedad que no
castigue la diferencia.
Porque la diversidad no se reduce a múltiples colores: se trata de vidas, historias,
luchas y dignidad. Y ninguna de ellas debería ser invisibilizada.

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Opinión

La soberbia de Armando Martínez y la instigación al delito

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OBSERVATORIO
Armando Martínez Manríquez, alcalde de Altamira, amenaza a la empresa Ferromex con parar sus trenes, debido a que no realizan la limpieza de su derecho de vía, con lo que estaría incurriendo en un delito federal al convocar abiertamente a ciudadanos para bloquear vías del tren si no atienden su llamado.

Durante la sesión informativa de ayer lunes, con un tono prepotente, dijo “es increíble la insensibilidad de este tipo de empresas, ojalá me escuchen, dicen que me ven, y que manden gente a limpiar y que no nos dejen todo el trabajo a Servicios Públicos. Ahí te encaro Claudia ahí te lo encargo, habla con ellos hoy, porque si no les vamos a hacer un paro, les vamos a parar el tren a ver qué van hacer”.

En nuestro país, las vías férreas son consideradas vías generales de comunicación de jurisdicción federal, reguladas por la Ley de Vías Generales de Comunicación y el Código Penal Federal (CPF).

El bloqueo o interrupción de estas vías no solo afecta el tránsito de mercancías y pasajeros, sino que genera impactos económicos significativos a nivel nacional.

El Código Penal sanciona a quien, por cualquier medio, interrumpa total o parcialmente los servicios que operan en las vías generales de comunicación o los medios de transporte.

Esto incluye explícitamente las vías férreas, que de  acuerdo a la ley, por este delito se aplica prisión de 6 meses a 7 años y multa de hasta 500 veces el salario mínimo diario vigente.

La frase «Les vamos a hacer un paro a ver qué van a hacer» no es solo una expresión retórica; es una amenaza explícita de acción obstructiva, lo que podría encuadrarse en amenazas para forzar un acto.

Como servidor público, el alcalde enfrentaría agravantes como la inhabilitación para cargo público hasta 10 años, y responsabilidad administrativa por abuso de autoridad  de acuerdo a la Ley General de Responsabilidades Administrativas.

¿Qué se ha creído el alcalde? ¿Es tanta su soberbia que puede amenazar así como así a bloqueos atentando contra las vías de comunicación?

Tal parece que se le olvidó que es un funcionario público y que como tal tiene responsabilidades que nada tienen que ver con la instigación al delito.

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Opinión

Cuidar el espacio para cuidarnos

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Por Zaira Rosas
¿Existen formas correctas de habitar nuestro entorno? ¿Realmente convivimos en armonía con la tierra? ¿Respetamos a otras especies e incluso nos atrevemos a reconocernos como iguales entre nosotros? Estas son las preguntas que surgen en mí después de ver el documental Formas de atravesar un territorio de la directora Gabriela Ruvalcaba y la productora Pía Quintana Enciso.

En esta producción, a lo largo de 78 minutos, observamos a un grupo de mujeres tsotsiles, pero también una serie de imágenes que nos confrontan con la manera en que la humanidad interactúa con el entorno que nos da vida. Ellas caminan, siembran, pastorean y habitan la tierra con una conciencia que parece haberse perdido en gran parte del mundo. Mientras sus pasos avanzan sobre los altos de Chiapas, se percibe una relación de respeto, un equilibrio que surge del reconocimiento mutuo entre persona y paisaje.

Sin embargo, al terminar el documental, no pude evitar pensar en la otra cara del país: las regiones inundadas por las lluvias incesantes en estados como Veracruz, Tabasco o Chiapas mismo. En lugares como Poza Rica y Álamo, las calles se transformaron en ríos, las casas en ruinas, y las promesas de reconstrucción en una espera interminable. La naturaleza parece recordarnos que no hay dominio posible sobre ella, que su equilibrio no puede ser manipulado sin consecuencias.

Las imágenes del agua desbordada son también el reflejo de un modelo de desarrollo que ha ignorado durante décadas las advertencias.

Se construye sobre zonas de humedales, se rellenan manglares, se talan bosques para abrir paso a carreteras o fraccionamientos. En nombre del progreso, se trazan ciudades sin pensar en los cauces naturales, se modifica el curso de los ríos y se olvida que la tierra tiene memoria. Cuando el agua regresa, lo hace siguiendo su camino ancestral.

Mientras unas comunidades aún mantienen prácticas que respetan los ciclos naturales, otras vivimos bajo la lógica de la urgencia, del consumo y del despojo.

Formas de atravesar un territorio muestra que existen otras maneras de estar en el mundo: modos de habitar que no buscan apropiarse del espacio, sino coexistir con él.

En contraste, nuestras ciudades modernas son evidencia de la desconexión; hemos convertido la naturaleza en recurso y el territorio en propiedad.

La desigualdad se hace visible también en los desastres. Aunque el agua no distingue clases sociales, las consecuencias sí lo hacen. Quien puede reconstruye, quien tiene ahorros o seguros vuelve a empezar. Pero hay miles de personas que esperan ayuda, que pierden todo y que, aun así, deben enfrentar la  burocracia o la indiferencia institucional. Las inundaciones, más que fenómenos naturales, se han vuelto tragedias sociales: resultado de decisiones políticas, de modelos de crecimiento que privilegian el beneficio inmediato sobre la sostenibilidad.

El documental nos invita a observar, a caminar lento, a reconocer el territorio con humildad.

Nos muestra que el respeto por la tierra no es una idea romántica ni un lujo, sino una necesidad para sobrevivir. En los altos de Chiapas, las mujeres tsotsiles practican una forma de vida que implica reciprocidad: lo que la tierra da, se agradece y se cuida.

En cambio, nuestras ciudades parecen haber olvidado esa reciprocidad. Exigimos sin dar, tomamos sin mirar atrás.

Tal vez el primer paso para prevenir futuros desastres no esté en construir más muros de contención o en diseñar mejores drenajes, sino en cambiar la manera en que concebimos nuestro lugar en el mundo. Necesitamos reaprender a habitar, mirar el territorio no como un objeto de explotación sino como una extensión de nosotros mismos.

Cuidar el espacio no es un gesto ambientalista aislado; es una forma de cuidarnos entre todos.

Porque cuando la tierra se desborda, lo que colapsa no es solo el paisaje, sino la forma en que decidimos convivir con él.

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Opinión

La SEMAR sacando el jale.

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La actuación de la Secretaría de Marina (SEMAR), a través de la Armada de México, merece reconocimiento y análisis profundo. Desde hace una semana, cuando las torrenciales lluvias comenzaron a dejar huella y asesinar a algunos hermanos mexicanos, los marinos no han cesado su apoyo a la población afectada, desplegando el Plan Marina en su fase de auxilio y recuperación.

El nivel de compromiso que muestra la Armada. No se trata únicamente de hacerse presente; despliegan una fuerza como nadie a nivel nacional con la movilización 7 mil 591 efectivos, 205 vehículos, 63 embarcaciones, ocho aeronaves y 59 equipos especializados con la activación del Plan Marina… y además, envían víveres a los damnificados, y no, no los entregan en bolsas color partido político.

Ese tipo de estructura operativa no es habitual en autoridades civiles ordinarias. Aquí, lo que se observa es que los marinos cumplen con dos funciones fundamentales: responder con rapidez y permanecer cuando la emergencia se convierte en tarea de reconstrucción. Esa permanencia es la que los aleja del protagonismo político y los acerca al deber cumplido.

De acuerdo con la información oficial, tan solo un operativo del Sector Naval en Matamoros entregó a la población fronteriza 515 cajas de despensa y 6 mil litros de agua embotellada, recolectadas en el centro de acopio instalado en Plaza Fiesta desde el 13 de octubre. Estas cifras son símbolos de que la SEMAR actúa no solo con músculo, sino con logística precisa. La misión del Plan Marina es auxiliar a los civiles en casos y zonas de desastre o emergencia —actuando por sí o en coordinación con fuerzas armadas, dependencias estatales, municipales y el sector social— lo que subraya que su labor es institucional, permanente y multifacética.

En el contexto de Tamaulipas, donde las lluvias torrenciales, las inundaciones y la vulnerabilidad de infraestructuras se repiten con frecuencia, la intervención naval adquiere una dimensión mayor. Las 515 despensas y 6 mil litros de agua no son cifras menores para una comunidad que enfrenta las consecuencias del desbordamiento, del lodazal y de la interrupción de servicios básicos. Que esa ayuda provenga de la SEMAR, en un contexto donde las instituciones civiles pueden verse rebasadas por su propia corrupción o estultes, la tarea de la Marina habla de una bolsa de confianza que debe ser reconocida.

Mientras la SEMAR hace mucho, cabe recordar que el apoyo gubernamental integral debe trascender la fase de auxilio. La fase de recuperación exige que algo cambie en las estructuras locales: drenajes reforzados, canales limpios, zonas de riesgo debidamente señalizadas y protocolos activos de evacuación. El éxito de la operación naval no exonera a los gobiernos estatales y municipales de su responsabilidad. De hecho, la intervención de la SEMAR expone, también, la debilidad en la capacidad preventiva de otras instancias.

Hoy la Marina demuestra que está donde más se necesita, sin importar el día, la hora o las condiciones. En la parte más íntima del rescate colectivo, aparece la disciplina, el silencio y el deber cumplido.

En la intimidad… Al encabezar la primera entrega de testamentos a los adultos mayores adscritos a la Casa Club de la colonia Infonavit Cañada, la presidenta del DIF Tampico, Dra. Luz Adriana Villarreal Anaya, subrayó el compromiso del organismo por ofrecer certidumbre jurídica y bienestar a este sector de la población.

Villarreal Anaya destacó el apoyo de la Notaría Pública 117, a cargo del Lic. Mario Alberto Cruz, quien facilitó el trámite, a fin de que los adultos mayores ejercieran su derecho de elegir el destino legal de su patrimonio.

“La entrega de estos documentos testamentarios marca la primera fase de esta campaña. Estamos cumpliendo con el objetivo de dotar de seguridad legal a los beneficiarios de la Casa Club Infonavit Cañada”, expresó.

Además, anunció que esta importante acción será replicada en cada una de las Estancias y Casas Club del Adulto Activo operadas por el DIF Tampico: “Deseamos que más abuelitas y abuelitos tengan acceso a este beneficio”, enfatizó. La Presidenta del DIF Tampico destacó que este programa se alinea con la visión humanista del Gobierno del Estado y del Ayuntamiento porteño, priorizando la atención integral y el respeto a los derechos de los adultos mayores.

Añadió que con esta acción, el DIF Tampico fomenta la cultura de la previsión y el orden, evitando futuros conflictos familiares y facilitando la transferencia de bienes de manera legal y transparente. Al significativo evento asistió la Procuradora del sistema DIF municipal, Dulce Imelda Marcial Cruz; y la Coordinadora de la Casa Club Infonavit Cañada, María Ella Morales.

davidcastellanost@hotmail.com

@dect1608

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Opinión

Cuando la prevención manda

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En un país donde la tragedia suele encontrar a las autoridades rebasadas, el gobernador Américo Villarreal Anaya decidió no esperar a que el agua toque la puerta. Su llamado firme y oportuno para mantener la atención absoluta del Gobierno del Estado ante la creciente del río Pánuco no es gratuito; es una respuesta directa a lo que ha pasado en otras entidades donde la mala gestión de información meteorológica y la lentitud en la reacción oficial dejaron saldos fatales.

La instrucción del jefe del Ejecutivo tamaulipeco no se limita a una declaración de buenas intenciones. En la reciente Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz, realizada en el C3 de Ciudad Victoria, se dio seguimiento puntual a la evolución del nivel del río, que según la Comisión Nacional del Agua continúa en ascenso. La coordinación interinstitucional se mantiene activa, con autoridades federales, estatales y municipales, incluyendo las de Tampico, Madero y Altamira, involucradas en labores preventivas.

El mensaje es claro: no se va a improvisar. Desde la vigilancia permanente hasta la habilitación de albergues en zonas de riesgo, el Gobierno del Estado y los municipios han comenzado a preparar el terreno para lo que podría ser un evento climatológico crítico. Estamos en alerta.

Mónica Villarreal Anaya, presidenta municipal de Tampico, confirmó que los recorridos de alerta ya están en marcha. La zona conurbada del sur de Tamaulipas, expuesta históricamente a los embates del Pánuco, no será sorprendida esta vez, de los tres ediles ella, casual, la mujer es y ha sido la más comprometida.

La experiencia reciente de desastres naturales en otras partes del país ha enseñado una lección costosa, aquellos mandatarios deberían renunciar al cargo, y en Tamaulipas el riesgo no es menor, pero, si se mantiene la coordinación como hasta ahora, la entidad puede pasar esta prueba sin lamentar pérdidas humanas. Tanto Américo Villarreal como la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, no quieren repetir la historia de la omisión.

La diferencia está en la prevención.

En la intimidad… Mientras las autoridades trabajan en proteger a la población desde el frente meteorológico, la educación también avanza en el sur del país. La Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), bajo la rectoría de Dámaso Anaya Alvarado, fue sede de la instalación de la Comisión Regional de Aprendizaje para Toda la Vida-Región Noreste de la ANUIES.

Este esfuerzo, respaldado por la Secretaría de Educación Pública y encabezado por Ricardo Villanueva Lomelí, busca transformar los modelos educativos actuales hacia esquemas más flexibles, digitales e inclusivos. Se trata de abrir nuevas rutas para estudiantes y profesionistas a través de microcredenciales, certificaciones acumulables y cursos cortos.

Con participación de rectores de universidades de seis estados del noreste, se marcó el inicio de una colaboración regional que promete fortalecer la educación continua y conectar la formación académica con las vocaciones productivas locales.

Dámaso Anaya lo dijo sin rodeos: los acuerdos deben traducirse en resultados concretos. Y en eso, la UAT parece estar tomando la delantera.

Así, mientras Tamaulipas protege su presente, también le invierte al futuro.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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