A tan solo nueve días de haber retomado las riendas de la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump ha demostrado que su compromiso con la seguridad nacional y la erradicación de la migración ilegal no es solo una promesa de campaña, sino una acción concreta. Con la firma de la Ley Laken Riley este 29 de enero, el presidente deja claro que en su segundo mandato no habrá concesiones para quienes violen las leyes migratorias del país.
La Ley Laken Riley es un paso firme hacia la restauración del orden y la seguridad en Estados Unidos. Su implementación permitirá la detención de migrantes indocumentados que estén acusados de delitos, sin importar si son menores o graves. ¿Acaso alguien puede objetar que un país tiene el derecho soberano de proteger a su gente de quienes infringen la ley?
La ceremonia de firma, llevada a cabo en la Casa Blanca, no solo fue un acto protocolario, sino un mensaje contundente: la administración Trump pondrá fin a las políticas permisivas que han generado crisis migratorias y tragedias como la que inspiró esta legislación. «Es muy triste que tengamos que hacer esto», declaró Trump, pero también dejó en claro que es una acción necesaria para evitar más víctimas inocentes.
No se trata de una medida anti-migrante, sino pro-legalidad. Quienes respetan las leyes y buscan una mejor vida dentro del marco legal seguirán teniendo oportunidades en Estados Unidos. Sin embargo, aquellos que cruzan la frontera ilegalmente, cometen delitos y desestabilizan comunidades deben saber que la impunidad ha terminado.
El mensaje de Trump es claro y directo, sin adornos diplomáticos ni medias tintas: el tiempo del desorden migratorio ha terminado. La frontera se fortalecerá, las deportaciones aumentarán y la justicia será implacable con quienes no respeten las normas. Para algunos, esta política puede parecer dura, pero para la mayoría de los ciudadanos que han visto el impacto de la migración ilegal en sus comunidades, es un respiro de alivio y una señal de que las promesas de campaña no fueron en vano.
En la intimidad… Mientras en Estados Unidos se dan pasos firmes en materia migratoria, en Tampico la administración de Mónica Villarreal Anaya avanza con decisiones estratégicas para mejorar la eficiencia del gobierno municipal. En la décima segunda sesión de Cabildo, se aprobó la desincorporación de la Subdirección del Centro de Convenciones de la Secretaría de Turismo paraconvertirla en la Dirección Centro de Convenciones y Exposiciones de Tampico.
Este cambio permitirá una gestión más eficiente y mayor operatividad del recinto, impulsando su desarrollo en beneficio de la ciudadanía. Además, se aprobó la reestructuración de la Dirección de Informática, separándola del área de Finanzas para otorgarle mayor funcionalidad y autonomía en sus planes y programas de trabajo.
La creación de mesas de trabajo para dar seguimiento a los programas de atención a grupos migratorios en el municipio es otro acierto de esta administración. Mientras a nivel federal se buscan soluciones en materia migratoria con políticas contundentes, en el ámbito municipal se trabaja para atender a quienes se encuentran en tránsito.
El liderazgo es tomar decisiones difíciles en beneficio de la mayoría, y tanto en Washington como en Tampico, hay quienes entienden que gobernar es actuar con determinación.
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