Opinión

El ocaso de un titán

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En una de sus tantas declaraciones espectaculares, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, durante su gira de trabajo por Ciudad Madero en marzo del presente año presumía la reinaguración de la refinería “Francisco I. Madero” luego de una inversión de 8 mil millones.

“Estará produciendo por día 47 mil barriles de gasolina y 40 mil barriles de diésel”, dijo en aquel entonces muy seguro el ejecutivo federal.

La realidad actual es completamente diferente, si bien la planta de refinación que vivió sus mejores tiempos hace muchos años no ha dejado de operar, si se encuentra en los niveles más bajos de producción, esto a pesar de las cifras alegres de Petróleos Mexicanos y del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana.

Las instalaciones ubicadas en el municipio de Ciudad Madero en la zona sur de Tamaulipas, en septiembre produjo 18 mil 746 barriles diarios de gasolinas, sólo regular, y 15 mil 967 barriles de diesel. Un mes después apenas alcanzó una producción de 3 mil 665 barriles diarios de combustóleo y otros productos como coque o extracto furfural.

El panorama no luce nada alentador para una de las plantas insignias de la industria de México. Además del poder político generado en torno al líder petrolero, Joaquín Hernández Galicia, “La Quina”, la refinería también provocaba una cuantiosa derrama económica más allá de la actual zona conurbada.

Los tiempos de bonanza del oro negro para la empresa y el sindicatos eran incalculables, hoy en día no llegan a esos niveles, pero el movimiento financiero continúa siendo literalmente incontable.

Ante la falta de inversión para sacar a flote la productividad de la planta, el poco interés hacia las energías renovables por parte del gobierno federal y una postura comodina del sindicato petrolero, la situación continuará a la baja.

Estamos presenciando el ocaso de un titán orgullo de toda una ciudad, a menos que alguna de las candidatas a la presidencia de México tengan en mente actuar al respecto.

Tal vez contemplen el cierre de la refinería y darle un giro turístico a la zona, aunque el costo político sería muy elevado a corto plazo. ¿Y el beneficio a futuro?.

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