No, definitivamente no. Como espectador de la política pública, hoy en particular del ejercicio del poder en Tamaulipas no me gustó la forma ni el rumbo que tomó la sucesión gubernamental.
En las urnas, en la operación y en la empatía ciudadana hasta ahora, según lo indican los números ganó Américo Villarreal Anaya; sin embargo, no fue un triunfo avasallador ni aplastante como se lo creyeron desde que inició la contienda, apenas cinco puntos de diferencia que le dan respiro al equipo Jurídico de César Augusto Verástegui Ostos.
El domingo 5 de junio históricamente significó mucho para los tamaulipecos. Primero, porque será el día de la segunda alternancia, y segundo, porque pudiera ser la primera ocasión que lo elegido ese día vaya a una elección extraordinaria.
La Columna Armada “Pedro J. Méndez” a estas alturas se convirtió en el enemigo de Américo, esa fuerza desmedida que ejercieron durante la contienda seguramente servirá a los abogados para impugnar, y eso, seguramente les da un soplo de esperanza.
No, no es el camino que me hubiera gustado que tomara el Truco aún y que sus abogados insistieran en impugnar, no, Tamaulipas no ocupa de más incertidumbre, pero así es la política en México y si hay algo en la ley electoral que ellos consideran les puede ayudar para revertir el resultado adverso, están también en su derecho.
En la intimidad… ¿habrá manera de que los priístas salgan y den la cara? Digo, si es que tienen tantita vergüenza.
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