La reciente baja en los homicidios dolosos en Tamaulipas no debe interpretarse como una estampita de triunfo o como esas estrellitas que pone en la frente de los niños la maestra del kinder, no, esas estadisticas se deben asumir como una tregua frágil que exige inteligencia real, reformas quirúrgicas y un entendimiento profundo de cómo muta la criminalidad en el noreste de México.
Entre enero y octubre de 2025, la entidad redujo en 43.2 por ciento su promedio diario de asesinatos. Un descenso significativo, sí, pero que no necesariamente refleja desarticulación criminal, sino ajustes tácticos, reacomodos y nuevas formas de operar. La violencia dejó de anunciarse con estruendo; ahora se mueve con sigilo, logística, drones, uno que otro coordinador de la policía estatal de la Secretaría de Seguridad Pública.
Por eso es que el gobernador Américo Villarreal Anaya no dudó en declarar que su administración mantendrá y ampliará la inversión en sistemas de inteligencia, acompañada de modificaciones legales que buscan cerrar espacios de impunidad. Son movimientos necesarios. La tipificación del simple hecho de portar ponchallantas y la prohibición para que chatarrerías reciban cobre sin acreditar origen apuntan a desmantelar engranajes que facilitan otros delitos, pero además, es un duro golpe a las finanzas delincuenciales.
Pero el desafío no está en las leyes, sino en su ejecución. Tamaulipas enfrenta un crimen organizado que ya no solo controla territorios, aunado a ello, administra economías paralelas, compra voluntades y se infiltra en mercados aparentemente inocuos. Los decomisos recientes de drones utilizados por grupos criminales exhiben que la disputa territorial ahora tiene componentes tecnológicos que requieren una inteligencia más sofisticada que el simple patrullaje, y qué decir de la banda de hampones que tenia un call center para extrosionar desde el CEDES Reynosa, en fin.
La Mesa de Seguridad, el enlace con el Congreso y la interlocución con el diputado Humberto Prieto Herrera pueden acelerar los ajustes normativos, pero el verdadero camino es más profundo todavía; se trata de cortar el financiamiento criminal, blindar los mercados vulnerables, reforzar capacidades municipales y profesionalizar cuerpos policiales que todavía dependen más de la intuición que de la analítica, por eso mismo, el estulto que pretenda municipalizar las policias no es más que un emisor de la delincuencia, y si no lo es, eso indican sus intenciones.
Bajar la incidencia es un logro, pero, mantener la gobernabilidad, un reto que no cualquiere puede en Tamaulipas, y sobre todo, construir paz es la gran deuda de todos.
En la intimidad… Mientras la agenda pública gira en torno a drones, normativas y mesas de seguridad, lejos de los reflectores el rector Dámaso Anaya Alvarado empuja una transformación igual de importante, aunque menos estridente, “El Plan de Cultura de Paz 2026”, de la Universidad Autónoma de Tamaulipas.
Talleres en facultades, diagnósticos participativos y la mano directa de la Defensoría de los Derechos de los Universitarios están delineando un documento que busca algo que el sector público suele olvidar: escuchar primero, actuar después.
La UAT quiere fortalecer la convivencia, asegurar entornos libres de violencia, atender la salud emocional y reforzar una cultura de igualdad y no discriminación. Es un movimiento lento, académico, profundamente humano, pero necesario para cualquier estado que aspire a consolidar paz más allá del discurso.
A veces, mientras la seguridad se discute en mesas estratégicas, la paz verdadera se está construyendo en un salón de clases.
Por cierto, ahora si que se pusieron de acuerdo porque la tercera de los Villarreal, me refiero a la Presidenta Municipal de Tampico, Mónica Villarreal Anaya, encabezó este lunes la Ceremonia Cívica de Honores a la Bandera en la Escuela Secundaria General No. 4 “Andrés Araujo Araujo”, donde además dio inicio la segunda etapa del Programa “Salud Socioemocional”, iniciativa orientada a fortalecer el bienestar emocional y la sana convivencia entre estudiantes.
La alcaldesa destacó la importancia de dar continuidad a este programa, impulsado por el Ayuntamiento de Tampico en coordinación con la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (FADYCS) de la UAT, con el apoyo de estudiantes de la Licenciatura en Psicología.
“Estamos convencidos de que el bienestar emocional de nuestras y nuestros jóvenes es fundamental para construir una ciudad más unida, empática, y con mejores oportunidades. Por eso, este programa beneficiará a un promedio de 8, 144 alumnos y ampliando su cobertura a 638 docentes de trece secundarias publicas de nuestro municipio», expresó.
La autoridad municipal reiteró el compromiso de su administración con la educación, señalando que se continúa apoyando a las escuelas en necesidades como equipamiento de aires acondicionados e impermeabilización, al considerar que la educación es clave para el desarrollo de Tampico.
En su intervención, la directora de la FADYCS, Dra. Elda Ruth de los Reyes Villarreal, subrayó que se está brindando atención integral a la salud mental desde la adolescencia hasta la etapa adulta, y que Tampico es el primer municipio en recibir este programa, con la intención de extenderlo posteriormente a otras localidades.
davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608
Arantxa
16 noviembre, 2022 at 09:35
Me ha dado mucho gusto encontrar este artículo, mi mamá siempre me contó la historia de mi familia y mi abuelo me contó cómo lo encarcelaron injustamente.
Soy la nieta de Carlos Enrique Venegas Camacho, que ya falleció, desgraciadamente.
Mauro Arriaga
26 octubre, 2023 at 19:30
Muy interesante artículo de la historia de Don Serapio Venegas, sin duda fue un gran y orgulloso Méxicano, que lucho en la guerra y en los derechos de los Mexicanos, así como su fuerte descendencia dan prueba de sinergia y valor.
Carlos Fernando Treviño Venegs
20 marzo, 2024 at 15:38
Soy bisnieto de Don Serapio Venegas y sobrino de c.p. Carlos Venegas personas dignas de admiración y respeto. Me gusta vacacionar en Cd. Madero y me enorgullece ver colonias, escuelas, avenidas con el nombre de mi bisabuelo
Christian Campos Venegas
15 agosto, 2025 at 10:39
Valla que artículo tan interesante hola me presento creo suponer entonces que yo soy el tatara nieto toda mi familia de lado materno vive en Tampico mi bisabuelo fue Emmanuel Venegas no conozco a todos más que por oído y me encantaría conocerlos mis abuelos son Victor Manuel Venegas Camacho y mi abuela es Olga Venegas Chávez
Pedro
17 mayo, 2024 at 09:57
Tengo amistad de años con la familia Venegas
Doña Carola Venegas Camacho
Y su gran familia hijos y nietos
Personas de gran calidad humana
Y gente de progreso y trabajo
Con una gran fundación que maneja una de sus Nietas en Guadalajara .