La esclavitud moderna en cualquiera de sus formas ha sido fuertemente criticada por el Papa Francisco, quien no solo se ha dedicado a combatir la prostitución, trata de personas, trabajos forzados, venta de órganos, explotación infantil y hasta los abusos de sacerdotes pederastas con la intención de erradicar estas conductas consideradas por el pontífice como un “flagelo atroz”, presente en todo el mundo, es más en Tampico y hasta en el turismo mundial.
El Papa que es argentino y como buen pampero apasionado
al fútbol, la eliminación de su selección nacional de la Copa América, seguro
no dio el mejor amanecer de miércoles, pero eso no importa ahora para el Santo
Padre, que este mes de julio en sus intenciones de oración tendrá la
“integridad de la justicia”, y la esclavitud moderna que se esconde en
costumbres ya aceptadas por la sociedad, es el enemigo principal de Francisco
en la tierra.
Con esa intención de arrancarle más víctimas a la
esclavitud del Siglo XXI, ese flagelo atroz que ha sido encumbrado desde
Tampico, Tamaulipas, una ciudad porteña y tropical, ubicada justamente a lado
del Golfo de México. Un municipio mexicano exportador de la explotación sexual,
el tráfico y trata de personas, y bueno, también ciudad natal de sacerdotes
pederastas y abusadores de menores; un lugar en donde el confundido
conservadurismo tampiqueño solapó durante las últimas décadas todas estas
conductas atroces, y lo peor fue cuando dichas atrocidades comenzaron a
revelarse en la vida pública, pero ocultadas durante años precisamente por la
misma Diócesis de Tampico, sin embargo, el Papa Francisco, comenzará a hacer su
labor hasta donde la misma sociedad lo permita, pues con el próximo ungimiento
de Monseñor José Armando Álvarez Cano, como nuevo gobernador pastoral de los católicos
en Tampico, la esclavitud moderna del siglo XXI, será meticulosamente observada
por el Vaticano.
Así con todos los huesos temblando y los Santos hasta
fijados con Kola Loka en los altares, el catolicismo tampiqueño está listo para
la llegada de Monseñor José Armando Álvarez Cano, quien de acuerdo con
información proporcionada por la Vocería de la Diócesis de Tampico, el clérigo
será recibido por lo más destacado de la Iglesia Católica mexicana y política
estatal, incluido el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, y los
confirmados:
1. Mons. Franco Coppola, Nuncio Apostólico en México
2. Mons. Rogelio Cabrera López, Arzobispo de Monterrey
3. Mons. Pedro Vázquez Villalobos, Arzobispo de Oaxaca
4. Mons. Fabio Martínez Castilla, Arzobispo de Tuxtla
5. Mons. Antonio González Sánchez, Obispo de Ciudad
Victoria
6. Mons. Enrique Sánchez Martínez, Obispo de Nuevo Laredo
7. Mons. Eugenio Andrés Lira Rugarcía, Obispo de
Matamoros
8. Mons. Roberto Balmori Cinta, Obispo de Ciudad Valles
9. Mons. José Hirais Beltrán, Obispo de Huejutla
10. Mons. Héctor Guerrero Córdova, Obispo emérito de
Mixes
11. Mons. Eduardo Cervantes Merino, Obispo de Orizaba
12. Mons. Gonzalo Alonso Calzada Guerrero, Obispo de
Tehuacán
13. Mons. Javier Navarro Rodríguez, Obispo de Zamora
14. Mons. José Alberto González Juárez; Obispo de
Tehuantepec
15. Mons. Julio César Salcedo Aquino, Obispo de Tlaxcala
16. Mons. Margarito Salazar Cárdenas, Obispo de Matehuala
17. Mons. Roberto Domínguez Couttolenc, Obispo de
Ecatepec
18. Mons. Mario Avilés, Obispo de Brownsville
19. Mons. Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, Prelado de
Cancún Chetumal
20. Mons. Salvador Cleofas Murguía Villalobos, Prelado de
Mixes
21. Mons. Alfonso Gerardo Miranda Guardiola, Obispo
auxiliar de Monterrey
22. Mons. Heriberto Pérez Cavazos, Obispo auxiliar de
Monterrey
23. Mons. Óscar Efraín Tamez Villarreal, Obispo
auxiliar de Monterrey
24. Mons. Salvador González Morales, Obispo auxiliar de
México
25. Mons. Víctor Alejandro Aguilar Ledezma, Obispo
auxiliar de Morelia
26. Mons. Ramón Calderón Batres, Obispo emérito de
Linares
27. Mons. Luis Felipe Gallardo Martín del Campo, Obispo
emérito de Veracruz
28. Mons. Héctor Guerrero Córdova, Obispo emérito de
Mixes
29. Mons. Lorenzo Cárdenas Arregullín, Obispo emérito de
Papantla
Será el jueves a las 13:45 horas aproximadamente cuando
recepcionen con porras a Monseñor, y el viernes por la mañana será su toma de
posesión en la Catedral de la Inmaculada Concepción de Tampico. Está claro, las
víctimas de la época oscura de la Diócesis tendrán justicia.
En tierra fronteriza la amenaza no siempre llega en camionetas con blindaje artesanal. A veces, lo hace disfrazada de lluvia, viento y desbordamientos, con nombre y apellido asignado por el Centro Nacional de Huracanes. Por eso, celebro que el secretario de Recursos Hidráulicos para el Desarrollo Social, Raúl Quiroga Álvarez, se haya reunido con alcaldes y representantes municipales de la franja fronteriza para coordinar acciones frente al inicio de la Temporada de Ciclones Tropicales.
Este tipo de encuentros no deberían ser una excepción ni limitarse al calendario de huracanes. La prevención debe dejar de ser un eslogan para transformarse en una cultura institucionalizada. En esa mesa de trabajo se acordó algo tan lógico como vital: hacer simulacros, revisar drenes pluviales, inspeccionar canales y, sobre todo, trabajar en conjunto. La teoría parece estar clara, ahora toca ver si la práctica está al nivel del discurso.
“El primero de junio comienza la temporada”, advirtió Quiroga. ¿Y estamos listos? Esa es la pregunta que debiera martillar la conciencia de todos los niveles de gobierno. La coordinación no es solamente enviar oficios y levantar actas; es también asumir compromisos con los recursos y la voluntad política para evitar que la lluvia siga siendo una tragedia anunciada. Hay que decirlo con todas sus letras: muchas de nuestras ciudades están vulnerables porque la infraestructura es obsoleta, insuficiente o, peor aún, inexistente.
La ciudadanía ya no puede esperar que se actúe después de la tormenta. El agua no avisa, y los ciclones no tienen compasión. Si el objetivo es minimizar los riesgos, más vale que esos simulacros se hagan con rigor y no como mero trámite para la foto. La naturaleza no se detiene y nosotros, lamentablemente, todavía discutimos quién limpia qué dren.
En la intimidad… y mientras allá en Reynosa se traza la ruta de prevención, en el sur de Tamaulipas también se lucha por rescatar otra zona olvidada, aunque en distinto frente: el deportivo.
Armando Martínez Manríquez, presidente municipal de Altamira, se ha convertido en un verdadero promotor de la esperanza, al encabezar los esfuerzos para devolverle la vida al Complejo Deportivo del Sur, donde alguna vez jugaron con orgullo Los Estudiantes de Altamira.
No se trata sólo de cemento y pasto nuevo, sino de una visión: la de que el deporte puede volver a ser un punto de encuentro para la sociedad altamirense. “El doctor piñas” Armando no ha escatimado en energía ni en gestiones para lograr este sueño que, más allá del impacto físico, tiene un valor simbólico enorme. Devolverle ese espacio a la gente es devolverle también la memoria, la pasión y la posibilidad de un futuro más sano.
Pero —y aquí va el guiño amable— no se me raje, doctor. Usted prometió que iba a reabrir ese complejo con un partido del Club América. Hoy que los azulcremas van embalados rumbo al tetracampeonato, tiene usted la oportunidad de lucirse en grande. Sería un gol de media cancha para su administración. No le saque, doctor, que el América está en modo leyenda… y Altamira quiere ver ese espectáculo.
La Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) ha demostrado, una vez más, su capacidad de vinculación y compromiso con el desarrollo estatal al integrarse en el ambicioso proyecto de Puerto Seco. Esta iniciativa, impulsada por el Gobierno del Estado en colaboración con el sector privado, pretende transformar a Ciudad Victoria en un núcleo logístico de gran relevancia, conectando estratégicamente el Golfo de México, la frontera norte y el centro del país.
El rector de la UAT, Dámaso Anaya Alvarado, al reunirse con la subsecretaria de Inversión de la Secretaría de Economía de Tamaulipas, Anabell Flores Garza, dejó claro que la universidad no solo está dispuesta a colaborar, sino que lo hará desde su mejor trinchera: la academia. La participación de la UAT en este proyecto no solo fortalecerá el aspecto educativo con la creación de programas académicos acordes a las nuevas necesidades laborales, sino que también reafirma el compromiso de la institución con el entorno productivo local.
El Puerto Seco, al consolidarse como un centro logístico interior con capacidad para recibir y despachar mercancías por vía terrestre, aérea y ferroviaria, es una oportunidad histórica para Ciudad Victoria. El reto es claro: formar recursos humanos capacitados que garanticen la operación eficiente de este complejo. Aquí es donde la UAT juega un papel fundamental, pues desde sus áreas de ingeniería, geolocalización, gestión ambiental y análisis territorial, puede aportar conocimiento, investigación y formación especializada.
Esta apuesta por la vinculación universidad-empresa-gobierno responde a un enfoque estratégico que en otros municipios tamaulipecos, como Nuevo Laredo, ya ha rendido frutos. La creación de la carrera de Autotransporte de Carga es un ejemplo de cómo la UAT ha sabido adaptarse a las demandas del mercado. Ahora, la historia se repite, pero con una visión más ambiciosa: colocar a Ciudad Victoria en el mapa logístico del país.
El desarrollo económico no solo depende de grandes proyectos de infraestructura, sino de un recurso humano altamente capacitado y comprometido con su entorno. Si la UAT mantiene este ímpetu de colaboración, Tamaulipas tendrá no solo un nodo logístico moderno, sino una comunidad preparada para sostenerlo y potenciarlo.
En la intimidad… Reynosa vivió una jornada llena de emoción y gratitud este domingo 18 de mayo, cuando Humberto Prieto Herrera, Diputado Presidente de la Junta de Gobierno del Congreso de Tamaulipas, en compañía de su esposa Verónica Garza, celebró a las mamás del distrito en la emblemática plaza Miguel Hidalgo. En el marco del mes dedicado a las madres, el legislador reconoció a las mujeres como el pilar fundamental de la familia y de la comunidad, destacando el importante papel que desempeñan en el desarrollo social. En medio de abrazos y sonrisas, Prieto Herrera expresó: “¡Ustedes son el motor de esta hermosa ciudad, muchas felicidades a todas las mamás!»
Este tipo de acercamientos reflejan no solo el reconocimiento a la figura materna, sino también el interés de los representantes públicos por mantener un vínculo directo con la ciudadanía. No cabe duda de que estos eventos, más allá de la celebración, se convierten en espacios de encuentro donde el discurso político se fusiona con el calor humano, algo que sin duda la gente de Reynosa agradece.
Sin embargo, el compromiso social de Prieto Herrera no se limitó a los festejos del Día de las Madres. En el mismo día, el legislador participó en el arranque del Mercado Tamaulipas, una plataforma impulsada por el Instituto de la Juventud de Tamaulipas (INJUVE) bajo la dirección de Oscar Azael Rodríguez Perales. Este espacio busca promover el talento y el emprendimiento juvenil, reafirmando el respaldo del gobierno estatal a las nuevas generaciones. Prieto Herrera dejó claro su apoyo a los jóvenes emprendedores, destacando el enfoque humanista del gobernador Américo Villarreal y alentando a los participantes con un optimista: «¡A darle, excelente domingo familiar!»
En una sociedad que demanda más oportunidades para el talento local y el fortalecimiento del núcleo familiar, es alentador ver cómo los líderes políticos combinan la celebración con la promoción del desarrollo económico. Humberto Prieto Herrera parece tener claro que la verdadera transformación social comienza con reconocer el valor de nuestras madres y alentar a los jóvenes a seguir sus sueños, consolidando así un Reynosa más fuerte y unido.
A todo esto; un luto que cruza fronteras
A veces, la realidad nos sacude de una manera tan brutal que las palabras se vuelven insuficientes para describir el dolor. Así sucedió con la trágica noticia que llegó desde el Puente de Brooklyn, donde la vida de una tripulación mexicana se extinguió en un instante, dejando tras de sí una estela de preguntas, recuerdos y heridas que tardarán en sanar.
Los familiares y amigos de estos compatriotas aún no asimilan lo sucedido. La espera se tornó desesperanza, y el eco de sus voces parece perderse en el inmenso ruido de una ciudad que nunca duerme. Cada mensaje sin respuesta y cada llamada truncada es una punzada en el corazón de aquellos que, desde tierras lejanas, intentan encontrar consuelo en el abrazo solidario.
Las imágenes de ese fatídico día siguen apareciendo en las pantallas de quienes buscan alguna señal de esperanza, un detalle que indique que tal vez fue un error, que en algún rincón aún respira la esperanza. Sin embargo, la fría confirmación ha golpeado sin piedad. La noticia es real, y el duelo apenas comienza.
Hoy, desde este espacio, nos unimos al dolor de las familias y amigos de quienes perdieron la vida en ese suceso. Nada devolverá a esos hombres y mujeres a casa, pero en la memoria colectiva permanecerá su valentía, su entrega y el inmenso vacío que dejan en la comunidad mexicana en Nueva York y en cada rincón de nuestro país. Que encuentren paz en medio de la tormenta y que la solidaridad se convierta en un puente para mitigar el dolor
¿Qué puedo hacer ante el panorama del mundo actual? Es una de las preguntas más recurrentes de quien añora transformar la realidad. Como sociedad existe el anhelo de un mundo mejor, pero en ocasiones pareciera que esta tarea está destinada solo a unos cuantos. Se nos olvida que el talento llega con la práctica y que basta con ser fieles a nuestra autenticidad para verdaderamente incidir en el mundo. Al menos así lo entiendo conforme sigo la trayectoria musical de Natalia Lafourcade. Comencé a escuchar a Natalia Lafourcade hace más de 20 años, cuando su estilo era dinámico, vestía con pantalones holgados y se peinaba con dos chonguitos, a la par de que coreaba una y otra vez la canción “En el 2000”, más de dos décadas después su estilo es otro, aún fiel a su profunda creatividad y con igual profundidad en cada una de sus letras, ahora visualizo en sus conciertos a personas que ni siquiera habían nacido cuando salió su éxito “En el 2000”, pero con el mismo entusiasmo corean cada una de sus canciones. La canción, es el eje central de su nuevo tour: “Cancionera”, y además de ser un homenaje a la música de distintas épocas, lo es también a su proceso creativo y a todo lo que emana de ella pues con naturalidad involucra al público compartiendo sus pasiones artísticas e incluso la conciencia social que la ha caracterizado al pensar cada vez más en el impacto que tiene su música. Natalia tiene una voz única, utiliza el arte como un medio de expresión, pero también de crítica y reflexión. A lo largo de su trayectoria ha elegido con cuidado las colaboraciones, visibilizado a artistas locales y desentrañado ritmos que no tendrían que pasar al olvido. Sus canciones son un homenaje también a México a los sabores profundos de sus regiones y resaltan la raíz de nuestra nación de tal manera que incluso en otros idiomas corean canciones emblemáticas de la banda sonora de algunas películas. Sus presentaciones tienen una sencillez que resalta la armonía detrás de la guitarra, no requiere de luces excesivas o escenografías en extremo elaboradas porque basta con verla entrar en escena para despertar la emoción de un público que se maravilla con sus cambios de personaje. “Cancionera” es el tour más reciente y a la vez una manera de recordar orígenes musicales, mientras la escuchas cantar es ineludible percibir una obra teatral magistral que solo sería posible con la complicidad de su audiencia. Ver a una artista con décadas de experiencia, fiel a su pasión y estilo es también el recordatorio de que hay múltiples formas de cambiar al mundo, no todos los héroes o heroínas requieren de capas, a veces sus instrumentos pueden ser mejor
arma, basta con seguir una vocación, profundizar, practicar y encontrar un estilo propio que inspire a otras personas a hacer lo mismo desde sus áreas. En este caso Natalia Lafourcade a través de los años se volvió una mujer medicina gracias a la música. Cada canción puede acompañarnos en distintas eras y ahí está la magia del arte, puede hacerte sentir y reflexionar a través de cada pieza sobre distintos temas como el amor, la libertad, la comunidad e incluso sobre el origen de nuestra cultura y civilización. En medio de escenarios rápidos, digitales, también podemos permitirnos ser acústicos, tomar una pausa y seguir creando nuevos mundos que nos permitan ver surgir otras posibilidades. Hoy puede ser una oportunidad para hacer una pausa en la rutina, dar un paseo, escuchar música, ir a un museo y permitirte conectar con las reflexiones artísticas de quienes ven el mundo bajo otras perspectivas, quizás así podamos conectar mejor con otros y a partir de la empatía, mejorar el mundo.
Nunca ladró de más. Nunca necesitó hacerlo. Bastaba su mirada, ese andar firme de tanque compacto, para dejar claro que ahí estaba: vigilante, pendiente, como si el mundo dependiera de su presencia. Luna, una Blue Heeler fue más que una mascota: fue parte de la familia, de la casa.
Aparecía cuando menos lo esperábamos, como si tuviera un radar emocional que detectara el silencio, la tensión, o simplemente la necesidad de compañía. Se acercaba con esa expresión suya —entre curiosa y protectora— como preguntando “¿pasó algo? ¿todo está bien?” Y con ese pequeño ritual cotidiano, nos acompañaba en cada partida o llegada, sin importar la hora.
No era grande, pero tenía presencia. Firme, determinada, con un don de mando que ni Dug, su inseparable compañero, se atrevía a discutir. Y si lo olvidaba, ahí estaba Luna para recordárselo con un par de mordiditas: más simbólicas que agresivas, más educativas que otra cosa. Dug seguramente hoy la extraña. Extraña sus regaños, sus carreras, era un delite verla tumbar al Dug con una técnica seguramente herencia de los pastores australianos ganaderos.
No le gustaban los baños. Había que negociar con ella como con una guerrillera atrincherada. Plantaba su cuerpo como una roca y había que hacer malabares para moverla. Un pequeño tanque de guerra, testaruda y dulce a la vez.
Luna y Dug compartían casa, pero no siempre techo, en épocas de lluvia y truenos alguien perdía su lugar y quedaba a la intemperíe, los mismo en el frío. Nunca supimos si Luna tenía problemas dentales, pero lo cierto es que no era aficionada a las galletas ni a nada que crujiera demasiado. El ganón siempre fue Dug, siempre al acecho de lo encontrado.
Para Víctor, Luna fue apoyo incondicional. Una presencia constante, sin pedir nada a cambio, más que cariño, más que lealtad. No era una mascota más. Era parte del paisaje, del día a día, del alma de todos.
Una escena que voy a atesorar por siempre ver a la Sra. Marcela en una muestra de su infinito amor hacia ellos, dándoles de comer, platicando y regañando a la vez a la Luna y Dug para que comieran, al final todos contentos, el mejor ejemplo de amor entre una persona y sus mascotas.
Hoy Luna ya no está. Pero basta cerrar los ojos para verla asomarse, escuchar sus pasos, sentir su energía fiel aún en la ausencia.