Mientras el dinosaurio respira por la herida sin dejarse
morir; los fétidos olores nauseabundos de la chapuza interna que alimenta el
espíritu Morena en el presente periodo electoral, ya puso en riesgo los
resultados de las seis entidades federativas.
En Puebla, la designación de Miguel Barbosa como
candidato a la gubernatura; los problemas en 39 municipios del estado de
Durango, y la asignatura de personalidades sin arraigo para contender por el
congreso en Tamaulipas, son los yerros bañados de boñiga que hereda Citlali
Ibáñez Camacho, alias Yeidckol Polevnsky Gurwitz, en el marco del periodo
electoral 2018-2019, que significa el primero de la Cuarta Transformación.
Y es que luego de darse a conocer la lista de los
candidatos por Morena a las diputaciones locales en Tamaulipas para sus 22
distritos electorales, donde en su mayoría de los aspirantes a la cámara de
diputados son completos desconocidos de la endeble estructura morenista, como
auténtica cacique dictatorial, la dirigente nacional de Morena, avaló a los
ahora aspirantes, por lo que en esta entidad se vislumbra la primera gran
derrota del partido, que en julio pasado llevó al triunfo al presidente de
México, Andrés Manuel López Obrador.
Los vientos que soplan por Tamaulipas, han destapado la
realidad del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), y la total
responsabilidad de Yeidckol Polevnsky, quien junto al recién nombrado delegado
electoral del CEN, Marco Carlos Cruz Martínez, se escucha en el aire que
arreglaron en lo oscurito con el gobierno local para dejarle el camino libre al
Partido Acción Nacional, organismo político que comanda en esta entidad.
La rabieta, encono y enojo es por demás entre los
morenistas, y desde hoy, a dos semanas de iniciada la campaña, le han puesto
nombre y apellido a la anunciada derrota: Yeidckol Polevnsky Gurwitz o Citlali
Ibáñez Camacho, por supuesto que su mensajero Marco Carlos Cruz Martínez,
delegado en Tamaulipas, también es señalado.
Los Panistas lo niegan obviamente, los morenistas no
titubean en aseverar que tanto Citlali como Carlos, hicieron hasta lo imposible
por meter a sus candidatos, quienes en su mayoría son personajes desconocidos,
otro puñado que ocupó las candidaturas son externos y algunos otros, afines al
Partido Acción Nacional.
Ya se había anunciado que sería un desastre la elección
de aspirantes, el desaire a los auténticos lopezobradoristas es más que
contundente; el futuro desastre en esta elección no la dicen priístas o
panistas, la aseveran los mismos morenistas por no tomar en cuenta su
profesionalismo, propuestas ni mucho menos la simpatía que tienen entre los ciudadanos;
a decir del reducido núcleo de Morena en Tamaulipas, quienes están jugándosela
no tienen ni presencia y viven una campaña gris como la mayoría de quienes
pretenden ocupar una curul en el Congreso Estatal.
Bajo ese panorama, lo realmente interesante y aplaudible
es que los alcaldes morenistas se han hecho a un lado, tal y “como lo hace” el
presidente de México Andrés Manuel López Obrador, quien ha dicho: que sea el
pueblo quien decida.
La catástrofe que está por ocurrir en Morena por culpa de
estos dos personajes que entregaron al movimiento, es atestiguada desde ahora
cuando luego del pasado torneo del primero de julio, Morena se perfilaba para
mucho más en Tamaulipas y en todo México.