En una sesión en la Cámara de los Comunes, la ministra británica de Interior, Amber Rudd, sugirió que muchos de sus compañeros en el Partido Conservador “probablemente comparten” la opinión de que Trump debería dejar de utilizar la red social, en la que tiene casi 44 millones de seguidores.
“¿No sería este mundo mejor si la primera ministra, Theresa May, pudiera convencer al presidente de Estados Unidos de que borre su cuenta de Twitter?”, argumentó Peter Bone.
Desde Jordania, May, que se encuentra en una gira de tres días por Oriente Medio, insistió en que divulgar esos mensajes fue “incorrecto” por parte de Trump, pero rechazó cancelar la invitación para que el mandatario estadounidense viaje al Reino Unido en visita de Estado, para la que todavía no se ha fijado una fecha.
La postura de May recibió críticas de la oposición en el Parlamento, entre ellas, las del diputado laborista, Chris Bryant, que sostuvo que “no se puede uno oponer a este horrible racismo, o pretender que se opone, e invitar al mismo tiempo a ese hombre por la puerta principal”.
Fuente: El Espectador.