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De sueños y utopías…/ Por Deysi Sánchez

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¿Cuántas personas han dejado los sueños de adolescentes atrás, cuántos más han adquirido responsabilidades y abandonado todos los anhelos en el pasado? Pocos son aquellos que se aferran a lo que en verdad quieren, que trabajan día a día y no importa cuántos sacrificios tengan que hacer con tal de alcanzar lo que realmente les llena, los motiva.

Hace algunos meses se estrenó la película La la land, protagonizada por Emma Stone y Ryan Gosling. Un musical con una estética incuestionable, y el soundtrack perfecto, pero con un guion un poco predecible. Se trata de una pareja que se conoce por cuestiones del destino; uno, dos, tres encuentros para que por fin puedan relacionarse. Pero cada uno desde el principio tiene una meta particular, un sueño que los hace trabajar y esforzarse tanto que parece casi imposible que lo que tanto desean se realice.

Se enamoran y deciden vivir juntos, pero la relación se hace cada vez más difícil, porque juntos se estancan, tienen trabajos con los que se sienten frustrados. Hasta que todo se desmorona y ya no pueden seguir juntos.

Irónicamente esto fue lo mejor que les pudo pasar, ya que estando solos volvieron a trabajar por sus objetivos y la suerte por fin les comenzó a sonreír.

El final es de esos a los que no estamos acostumbrados, los protagonistas se amarán toda la vida, pero permanecerán separados. Aunque al menos ella se convirtió en una gran actriz y él por fin pudo abrir su salón de jazz, eso por lo que ellos tanto lucharon y por lo que sacrificaron al amor de su vida.

Demasiado romántico para algunos, demasiado tedioso para otros y una verdadera obra de arte para los que suelen soñar todavía con futuros llenos de amor o que conservan las ganas de vivir el sueño.

La la land fue nominada al Óscar por mejor película del año y todo parecería que se iba a llevar la estatuilla. Pero no, con ellos se cometió un error catastrófico; la anunciaron ganadora para después desmentirlos y decirles no, ustedes disculpen que todo había sido un error y la verdadera ganadora había sido Moonligth. Un final igual de triste que el de la trama.

Es verdad que el hombre no vive de sueños, pero es casi imposible que pueda vivir sin ellos en esta realidad tan violenta.

La la land, no es más que la metáfora perfecta de todos los idealistas, de los que están dispuestos a todo con tal de hacer realidad lo que no parece palpable. La metáfora de la utopía.

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