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El irónico 8 de Marzo…por Deysi Sánchez

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No es nada nuevo hablar de la violencia de género, desde todos los aspectos, ser mujer es ir en contra corriente. Sobre todo porque vamos caminando día a día entre estereotipos y conceptos que se han venido arrastrando históricamente por cientos de años.

Es lamentable que ninguna mujer esté exenta de la violencia en sus diferentes formas, a todas en algún momento nos han acosado de diferentes maneras, de forma verbal, de forma física y hasta con miradas lascivas. Pero en los últimos años se ha incrementado un mal que nos mortifica a cada una de nosotras: Los feminicidios.

El caso de Ciudad Juárez es tal vez el más conocido, lugar donde en siete años (de 2006 a 2013) ocurrieron casi 3,000 asesinatos de mujeres, al que se le ha dado mayor cobertura mediática, pero no es un caso aislado. México, al igual que Latinoamérica y gran parte del mundo se ha infectado de esta plaga.

Pero hablando sólo de cifras en México, el Estado de México es también uno de los más golpeados en este aspecto, a tal grado de que en los primeros cinco meses del 2016 ya habían sido ejecutadas 121 mujeres (21 de ellas por violencia de género y 100 homicidios dolosos). Este estado también cuenta con una Alerta de género desde hace casi dos años en once de sus municipios.

Refiriéndonos ya al 2017, Quintana Roo fue el primer estado en registrar un feminicidio,  pero existen otros estados que se han vuelto focos rojos. Como es el  ejemplo de Puebla, donde este delito va en aumento de manera preocupante.

Antes solíamos pensar que los crímenes contra mujeres se resumían hacia cierto sector de la población, que las principales víctimas casi siempre se trataban de mujeres jóvenes y atractivas. Sin embargo, la realidad es distinta. Ya que es muy común últimamente ver en los portales de noticias la desaparición de mujeres de diferentes edades, rasgos físicos y diferente nivel económico y socio-cultural.

 

Pero los motivos de los agresores son igual de diversos: celos, placer, rencor o sólo porque ella no se subyugó a sus deseos, han sido pretextos para acabar con la vida de cientos de mujeres. Pero aquí el problema no es sólo de los homicidas, sino también del propio gobierno que deja abandonados esos casos la mayor parte de las veces.

Ya sea por falta de recursos de la familia de la víctima, porque el asesino tiene influencias, o sólo porque nunca encuentran a un culpable.

Por esta razón es de vital importancia concientizar y sensibilizar a toda la población, no sólo enseñar a las mujeres para que se cuiden, sino también a los hombres, a cada uno de ellos y ellas.

El feminicidio es un acto que nos perjudica a todos, que corrompe más, porque todas esas mujeres que han sido atacadas hasta la muerte; eran pilares, eran hermanas, madres, estudiantes, profesionistas; eran parte fundamental de la sociedad.

Por esto mismo, en lugar de celebrar el 8 de Marzo como el día internacional de la mujer, sería mejor hacer conciencia. Y sobre todo, que entre mujeres se emplee la Sororidad, porque si es muy conocido el dicho de que “el peor enemigo de una mujer es otra mujer”, también aplica entonces que “la mejor aliada de una mujer es otra mujer”. Debemos de aprender a cuidarnos entre nosotras mismas, a crear redes de ayuda y protección, y aunque lo óptimo sería que no nos sigan matando, también hay que aprender a cuidarnos entre nosotras, porque una mujer sola es vulnerable, pero en comunidad somos resistentes.

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