Nuevo Laredo Tamps.- De los 10 mil 500 millones de pesos ejercidos en los tres años de la actual administración municipal, presuntamente cinco mil millones corresponden a un desfalco en obras y servicios públicos, beneficiando principalmente, entre otros, al presidente municipal Carlos Canturosas Villarreal, al tesorero Roberto Herrera Juárez, y al director de adquisiciones Juan Manuel García Ahedo.
También están en línea de investigación el director de ingresos José Luis Pintado, lo mismo que el síndico primero Antonio Hernández Santoyo, el regidor y presidente de la Comisión de Obras Públicas, Hugo Ramón Galindo Leal.
Aunque oficialmente no hay todavía declaración alguna, lo cierto es que el Congreso del Estado de Tamaulipas obró en consecuencia, y optó por congelar las cuentas del 2015 del gobierno municipal neolaredense, en vista del desfalco más que indudable.
En este fraude cometido contra los fondos del municipio, están involucrados contratistas y empresas constructoras, prestadores de servicio, así como los principales funcionarios de la Secretaría de Obras Públicas y de la Contraloría Municipal.
Según las pruebas más irrefutables puestas en evidencia por numerosos medios informativos, locales, estatales y nacionales, sólo en publicidad política el alcalde Carlos Canturosas autorizó pagos que rebasan los 800 millones de pesos. De esa publicidad, el 45 por ciento se concentró en la imagen personal del presidente municipal obsesionado por ser candidato del PAN al gobierno de la entidad, mientras que el restante 55 por ciento se “invirtió” en propaganda dirigida exclusivamente para denigrar durante la precampaña y campaña, al gobernador electo de Tamaulipas.
Sin embargo todo este maremágnum de corrupción en Nuevo Laredo será dilucidado por el Poder Legislativo del Estado a partir de octubre próximo, para de acuerdo con el resultado, instruir su procedimiento al Poder Ejecutivo de Tamaulipas.
A escasos 33 días de que concluya Carlos Canturosas su gestión, el alcalde neolaredense da la impresión de sentirse acorralado por sus propias acciones, aunque también simula contar con el respaldo incondicional de 450 mil habitantes que tiene Nuevo Laredo.
Obviamente y conforme pasan las horas y los días, el todavía presidente municipal de Nuevo Laredo se va quedando solo, síntoma del desacuerdo que sus funcionarios sienten por su anormal forma de gobernar.
El cabildo con todo y sus dos síndicos, 21 regidoras y regidores, luce como el responsable del presunto multimillonario desfalco, a pesar de que fue el presidente municipal quien lo planeó y ejecutó, asesorado por su tesorero municipal, y por su inseparable guía consejero Jorge Osvaldo Valdez Vargas.
Aunque parezca increíble, fue la exagerada publicidad política lo que llamó la atención de quienes por su cuenta iniciaron las pesquisas sobre el mal uso del dinero público. Las obras de relumbrón, con costos alterados hasta en más del mil por ciento de su valor real, resultaron ser la principal atracción de investigadores oficiales y particulares.
La desatención a los problemas de seguridad pública a lo largo del trienio, y las inundaciones, revelaron el mal desempeño de la administración municipal a punto de concluir.
Por lo que toca a la Dirección de Comunicación Social del Ayuntamiento, sitio desde donde surgieron los boletines, videos y demás material que llevaron al gigantesco gasto en publicidad política, cabe señalar que la dualidad de un ilegal nepotismo al interior de esa dependencia, exhibe otro aspecto irrefutable de la corrupción que ha imperado al interior del gobierno neoalaredense.