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El derecho a decidir.  Es el argumento que esgrimen, como causa justificada, quienes se manifiestan a favor del aborto, esto es:  la interrupción del embarazo.  Es, a la vez, la frase que se emplea a modo de eufemismo, para que se escuche políticamente correcto, cuando la misma gente que se muestra partidaria de dicha acción y lucha por su aprobación legal, sin ningún tipo de restricción, lanza la respectiva proclama en forma pública.  Se basa tal sentencia en la defensa de las garantías del único de los dos géneros que puede concebir una vida dentro de sí en la especie humana, o sea, el femenino.  La mujer, pues.  Y el razonamiento está basado en varios aspectos, entre los cuales destacan: que dicho estado en la mujer haya sido consecuencia de una violación; que la vida de la eventual embarazada se encuentre en peligro, por cualquier diagnóstico médico; que la “gravidez”, como se solía decir de forma elegante todavía hasta hace poco, sea detectada en una niña, en el más grave de los casos, o simplemente en alguna adolescente que no ha alcanzado aún la mayoría de edad;  que exista el riesgo de que nazca el bebé con malformación, anomalías o sencillamente algún padecimiento que llegase a complicar su existencia desde el parto mismo; y, de manera llana: porque la dama no quiera que llegue a haber alumbramiento o ni siquiera eso: desarrollo del embarazo.  El derecho a decidir.

“El derecho de nacer”.  No: ni se alude con la frase anterior a una antigua tragicomedia tradicionalista de la radio caribeña (que debido a su gran éxito, ya en México, fue después adaptada al cine y a la televisión), y mucho menos se refiere a la garantía que le asistiría a un ser humano desde el momento mismo de ser óvulo fecundado, según la defensa de la vida desde el momento mismo de la concepción que postulan la iglesia católica, otras asociaciones religiosas y organismos civiles como “Pro-vida”.  El tal derecho no sólo a nacer, sino a desarrollarse e incluso alcanzar la etapa reproductiva, con miras a evitar una extinción, es el fundamento científico que ha llevado a las sociedades de hoy en día y desde hace décadas, a crear leyes de protección para distintas especies de animales, como las tortugas marinas, creaturas a las que se protege a toda costa desde mucho antes de que surja a la luz el huevo aquel en el que habrán de formarse como crías para poder aparecer en el mundo.  Inclusive: es la tortuga madre a lo que se brinda asistencia y seguridad desde que llega a las playas en forma masiva, lo que se da en llamar “arribazón”.  Pero hay toda una diversidad de seres vivos a los que igualmente se garantiza su aparición no sólo cuando ya han sido concebidos, sino desde que son apenas una posibilidad teórica, una esperanza basada en la naturaleza: un caso concreto es el de los camarones, que merced a las “vedas” o prohibición de su captura al menos una vez por año, pueden llegar a aparearse libremente, fecundarse y hasta hacer surgir  los nuevos especímenes en etapa larvaria, mismos que logran un desarrollo y talla específicos sin que llegue a representar un peligro para ellos por lo menos el mayor de sus depredadores: el ser humano.

El derecho a no ser sacrificados como seres indefensos.  Es el motivo que exponen en defensa de los toros de lidia, y ahora también de los distintos ganados y aves de crianza, de los conejillos de indias y otros animales de laboratorio, las distintas asociaciones protectoras de la fauna que, en todo el planeta, han emprendido también, desde hace por lo menos tres o cuatro decenios, campañas para desalentar el consumo de cárnicos y otros productos comestibles derivados lo mismo de mamíferos que de plumíferos y peces.  No sólo eso: los veganos, comunidad cuya influencia se ha venido dando en cada vez más países, pugnan por algo más que el vegetarianismo, y es la ingesta de, en efecto, frutas, verduras y legumbres que hayan sido cultivadas de forma “orgánica”, es decir, sin el empleo de métodos de fertilización artificial.  Hasta los hay que prefieren comer el fruto ya caído o suelto del tallo, “para no lastimar a la plantita”.   Ni qué decir de las bestias salvajes y otros animales silvestres que cohabitan en el planeta: la caza, como método de entretenimiento o deporte, es una actividad que lleva mucho tiempo, mucho más, de estar siendo condenada por ONG’s alrededor del orbe.

El derecho a legislar por representatividad.  Es el que los regímenes democráticos, conformados por un poder ejecutivo, otro legislativo y uno judicial, emplean para crear leyes que rigen el orden y la salvaguarda del interés común en naciones como México, o incluso echar abajo alguna ley ya aprobada.  Y es el mismo derecho al que apeló el resto de los ministros de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que, este miércoles, desechó, por considerarlo improcedente, el proyecto presentado por  su compañero, Arturo Saldívar para que en nuestro país se permita como algo legal la práctica del aborto frente a cualquier motivo.  Tres a uno fue el resultado de la votación.  Ante las circunstancias que fueren, y con las salvedades que ya están legalmente establecidas en varios estados de la república mexicana hoy en día, lo cierto es que, al menos por ahora, el óvulo fecundado del ser humano en territorio nacional goza de los mismos derechos que los hipotéticos camaroncitos que ni siquiera son todavía un instinto primario, un impulso eléctrico, en las profundidades de las aguas oceánicas.  (“Somos una célula que explota… y esa no la paran.” –Caifanes)

 

 

Opinión

Conocimiento, transparencia y salud pública

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Tamaulipas necesita menos discursos bonitos y más acciones bien fundamentadas, como las que esta semana marcaron un precedente de gran valor público. La Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) y la Auditoría Superior del Estado (ASE) firmaron un convenio de colaboración que no debe pasar desapercibido, no solo por su valor institucional, sino por lo que representa para la sociedad tamaulipeca.

Encabezada por el rector Dámaso Anaya Alvarado y el auditor Francisco Antonio Noriega Orozco, esta alianza se convierte en una herramienta de transformación real, no solo para formar profesionales capaces, sino también para empujar desde la academia una auténtica cultura de legalidad, transparencia y rendición de cuentas. En un estado donde la opacidad ha sido, históricamente, el camino más corto para el poder, este tipo de acuerdos representan una ruptura con la costumbre.

La UAT no solo busca formar técnicos o profesionistas, sino individuos con pensamiento crítico y compromiso ético. Esa es la diferencia entre instruir y educar. Y si la Auditoría Superior del Estado tiene claro que varios de sus cuadros más valiosos egresaron de la máxima casa de estudios tamaulipeca, entonces es momento de devolverle a la universidad el lugar que merece como motor del cambio estructural.
Este convenio tiene, además, una dimensión profundamente social.

En un estado golpeado por décadas de mala administración, de corrupción y de simulación burocrática, resulta alentador ver que dos instituciones tan importantes deciden unir esfuerzos para mejorar la calidad del servicio público. Porque aquí se trata no solo de eficientar, sino de humanizar la función pública.

Y si de buenas señales hablamos, vale la pena subrayar lo dicho por Dámaso Anaya: este no es solo un acto jurídico, sino un ejercicio de confianza mutua. Ojalá esa confianza se traduzca en resultados tangibles, porque Tamaulipas necesita más instituciones fuertes y menos figuras decorativas.

En la intimidad… La política se viste de coherencia cuando el discurso ambientalista no solo se pregona, sino se legisla. En este contexto, el diputado local Pepe Schekaiban dio un paso significativo al presentar una iniciativa de ley para eliminar el uso de desechables no biodegradables dentro del Congreso del Estado.

El legislador panista fue claro: si los cambios no empiezan en casa, difícilmente podrán exigirse afuera. Y tiene razón. Su propuesta, ya aprobada por el pleno, no solo plantea eliminar plásticos y unicel del recinto legislativo, sino que pretende generar una cultura de sustentabilidad que permee en todas las instituciones públicas.

Más allá de la retórica, el diputado Schekaiban entiende que las leyes deben ser el reflejo de una voluntad real de transformación. Su propuesta apunta a un cambio cultural, lento pero necesario, que nos obligue a pensar en el futuro desde las decisiones del presente. Porque hablar de sustentabilidad no es moda, es responsabilidad.

Y mientras la educación y la legislación avanzan con pasos firmes, la Secretaría de Salud del estado no se queda atrás. Esta semana instaló dispensarios médicos inteligentes en distintos puntos de Tamaulipas, incluyendo el Congreso del Estado, para realizar tamizajes cardiovasculares.

El secretario Vicente Joel Hernández Navarro explicó que esta estrategia permite alimentar una plataforma digital con datos clínicos en tiempo real, lo que permite identificar pacientes con riesgos cardíacos y brindarles atención inmediata a través de la aplicación Emergencias en Salud. En esta primera etapa se atendieron más de mil personas, y eso no es poca cosa.

Se trata de una política pública bien dirigida, con un enfoque preventivo y apoyada en la tecnología. Aquí no hay promesas huecas, sino acciones que literalmente pueden salvar vidas. Si esta dinámica se mantiene y se fortalece, podría convertirse en un modelo replicable a nivel nacional.

Estas tres historias —la educación, la legislación ambiental y la salud pública— nos recuerdan que sí se pueden hacer las cosas bien en Tamaulipas. Lo que falta es voluntad. Pero cuando esa voluntad se alinea entre instituciones comprometidas, los resultados se sienten, se miden y se celebran.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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Opinión

Lo inédito también puede ser un retroceso

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Por Zaira Rosas
Durante décadas México ha tratado de consolidar un proceso democrático, que a
lo largo de los años ha sido duramente cuestionado, sin embargo, también
estudiado por otros países pues tenemos uno de los sistemas más adecuados
para votaciones a nivel global, todo ello gracias al trabajo que durante años ha
desempeñado el Instituto Nacional Electoral, este 1 de junio no ha sido la
excepción bajo un proceso histórico.

Pocos son los países que ponen bajo el voto popular la elección de jueces y
magistrados, pero ninguno como México que depositó en manos del pueblo la
elección de todos los poderes. ¿es verdaderamente una democracia? Claramente
no, si bien este es un proceso histórico, no significa que sea innovador ni
acertado, basta con escuchar a quienes pasaron horas en filas o buscando sus
casillas para entender que nadie entiende de qué se trata.

La elección constó de múltiples boletas donde las personas de manera general
requerían de acordeones o guías para poder entender sobre qué estaban
emitiendo una opinión, difícilmente alguien podría mencionar el nombre de al
menos 3 propuestas y ni hablar de la ignorancia colectiva que tenemos respecto a
las materias y ejes de atención de cada una de las propuestas.

¿Qué avance puede representar una elección aleatoria en la que compiten por
igual personas con carrera judicial y otras sin preparación? El proceso en sí es
una falla desde su propuesta, pero se vendió como una alternativa ante la
corrupción, sin embargo, es más propensa a propuestas desequilibradas y
candidaturas controladas.

Aunque se trata de un proceso electoral nunca antes visto, significa un retroceso
democrático, primeramente, se deja de lado el equilibrio de los distintos poderes,
que era uno de los mayores avances de México y en segundo no se está
contemplando la inequidad bajo la que surgieron y se promocionaron las distintas
candidaturas por lo que los resultados serán igualmente desiguales según los
recursos de sus postulantes.

La votación no tendrá la participación esperada, al menos en las casillas pocas
son las personas que entienden el proceso en el que están participando, otros
tantos van por anular su voto pues no vislumbran un proceso de confianza con
quienes podrían influir en la elección.

¿Qué pasa después del voto? El conteo tomará varios días pues no se realiza en
las casillas, será hasta el 15 de junio que conozcamos el total de resultados y
entonces comienza el tiempo para las impugnaciones.

La población nuevamente se encuentra dividida pues para algunos se trata de una
elección que no debería tener lugar y para otros una oportunidad de validar a
quienes imparten justicia en el país, sin importar la postura que tengamos es
innegable que se trata de algo único y que esta elección puede determinar el
futuro de la democracia de nuestro país.

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Opinión

La Historia que se escribe con votos

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Este domingo 1 de junio no fue un día cualquiera. En Tamaulipas se escribió una página inédita para la democracia mexicana: por primera vez, las y los ciudadanos eligieron de forma directa a quienes integrarán el nuevo Poder Judicial, tanto en el plano estatal como federal. Un acto que, más allá de su peso jurídico y político, simboliza la madurez que va adoptando nuestra cultura democrática.

El gobernador Américo Villarreal Anaya, acompañado por su esposa, la doctora María de Villarreal, presidenta del DIF estatal, llegó pasado el mediodía a la casilla 1593 básica, instalada en la Universidad Pedagógica Nacional. Ahí, con la serenidad de quien cree en la fuerza del pueblo, reiteró que en Tamaulipas todo marchaba bien. Votar era no solo un derecho, sino un deber histórico. “Salgan y sufraguen por los candidatos que consideren y conocen que pueden hacer un buen desempeño”, sentenció el mandatario antes de ingresar a emitir su voto.

Quienes conocen a Américo Villarreal saben que no es hombre de estridencias. Su llamado fue sobrio, sin estridencias protagónicas, y con un claro mensaje: “Que esa sea la expresión de su deseo democrático”. Sin duda, palabras que invitan a reflexionar sobre el peso del sufragio en tiempos donde se intenta resquebrajar la legitimidad de las instituciones desde la desinformación y el desinterés.

Por su parte, otro actor clave del movimiento de regeneración democrática en el estado, el diputado presidente de la Junta de Coordinación Política, Humberto Prieto Herrera, también se sumó al proceso electoral. Acompañado por su esposa Verónica Garza y sus hijos, Prieto Herrera ejerció su voto en la casilla 2160 de Reynosa. “Hoy elegimos al Nuevo Poder Judicial… sé parte de la Historia de la Democracia Moderna”, pronunció el legislador.

Y es que, más allá de posturas partidistas, este tipo de procesos son la esencia misma de un régimen que busca ser representativo, participativo y justo. Se votó en todos los municipios, como lo afirmó el gobernador, y eso debe celebrarse. En un país donde durante décadas la justicia era elegida entre pasillos oscuros y acuerdos de poder, hoy las y los tamaulipecos pudieron opinar con tinta indeleble quién debe impartir justicia.

La jornada electoral aún no concluye al momento de escribir estas líneas. Las casillas cierran a las seis. Pero más allá de los resultados, lo verdaderamente importante ya ocurrió: Tamaulipas eligió y lo hizo en paz. Eso es democracia. Eso es historia.

En la intimidad… Mientras la atención mediática y política se concentra en los comicios judiciales, desde el corazón científico de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, una joven agrónoma está gestando una revolución silenciosa, pero igual de trascendente. Su nombre es Paola Elizabeth Hernández Meléndez, y su causa es la tierra.

Paola, egresada de la carrera de Ingeniería Agronómica y actualmente estudiante de la maestría en Sistemas Agropecuarios y Medio Ambiente, ha desarrollado una fórmula herbicida natural que podría marcar el inicio del fin para los dañinos químicos que amenazan la salud del campo y de quienes lo trabajan. Su tesis, titulada “Actividad herbicida de extractos polifenólicos en pre y postemergencia sobre el cultivo de frijol”, ya fue reconocida como la mejor investigación de licenciatura por la Academia Tamaulipeca de Investigación Científica y Tecnológica.

Este proyecto, nacido del amor por la naturaleza y la ciencia, busca eliminar la maleza usando compuestos naturales extraídos de plantas como la gobernadora, el eucalipto, la hoja sen y la cáscara de nuez. Lejos del laboratorio frío, las pruebas fueron realizadas en el rancho “Las Águilas” de la FIC en Padilla, Tamaulipas. ¿El resultado? Prometedor: una alternativa viable, sustentable y efectiva frente a productos como Atrazina y Faena.

Respaldada por un sólido equipo académico, Paola se perfila como una de las nuevas voces de la agroecología mexicana. En tiempos donde el campo clama por justicia, su propuesta no es solo un avance técnico, es un acto de compromiso con la vida, con el medio ambiente y con la alimentación del mañana. Mientras algunos hacen historia desde las urnas, otros la escriben con ciencia y amor por la tierra. Y eso, también, es democracia.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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Opinión

¿Votará este domingo? ¿Conoce a los candidatos?

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Este domingo 1 de junio de 2025, México vivirá un hecho histórico: las primeras elecciones judiciales donde la ciudadanía elegirá a los integrantes del nuevo Poder Judicial. Toda persona mayor de 18 años con credencial vigente del INE podrá votar por los candidatos que considere más aptos para estos cargos.

Ayer  finalizaron las campañas para cargos federales, como Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Magistrados del TEPJF, del Tribunal de Disciplina Judicial, Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito, así como cargos locales dependiendo el lugar de residencia de cada votante, como lo será en Tamaulipas.

Elegir entre tantas candidaturas será un reto, ya que las boletas varían según la región y la cantidad de opciones por boleta, complica que se emita un voto verdaderamente informado.

Esta Reforma Judicial en la que México está inmerso, ha generado controversia. Se ha cuestionado la idoneidad de algunos candidatos, con señalamientos sobre posibles nexos con el crimen organizado, según reportes en medios y redes sociales, su capacidad, experiencia o relación con el partido político en el poder.

Además, han circulado “acordeones” entre simpatizantes de Morena con instrucciones sobre por quién votar, lo que levanta dudas sobre la transparencia en este proceso.

Algunos grupos políticos han organizado lo que han llamado “reuniones informativas” para explicar el proceso, e incluso para sugerir por quienes votar, sobre todo los cargos nacionales, que son los que interesan a la clase política.

Pero la complejidad de marcar hasta 10 boletas con decenas de nombres desconocidos probablemente causará errores, aún y cuando algunos lleven su acordeón.

En el sur de Tamaulipas (Altamira, Tampico y Ciudad Madero), los votantes recibirán 10 boletas: 6 federales (con 15 a 81 candidaturas, según el cargo) y 4 locales (con 10 a 94 candidaturas, como las 94 para los 43 jueces de primera instancia).

Para la mayoría, estos nombres son desconocidos, por lo que será verdaderamente difícil emitir un voto razonado. Si en elecciones tradicionales los candidatos conocidos, después de votamos por ellos y ya están en el cargo a menudo nos decepcionan, resultan ser todo lo contrario a lo que pensábamos, imagine en estas elecciones, el riesgo es mayor al votar por desconocidos.

En conclusión, este proceso definirá el Poder Judicial por años (hasta 12 años para Ministros de la SCJN, 8 para jueces).

Realmente queremos que se logre lo que se pregona, el fortalecimiento de la justicia, pero el desconocimiento y las irregularidades que se han señalado nos obligan a ser vigilantes.

La justicia no puede quedar al azar; se requiere un cambio en el poder judicial pero debemos exigir un cambio positivo y transparente.

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