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EL Festival Internacional Tamaulipas (FIT) fue creado allá por 1998 en el sexenio del polémico, Tomás Yarrington Ruvalcaba, hoy buscado por diversas agencias judiciales internacionales. El nombre de Tomás, siempre viene ligado al de personas distinguidas de la sociedad civil tamaulipeca como Gilda Appedole de García de Tampico o Florinda González de Pérez de Matamoros. A 18 años Egidio Torre Cantú, acabó con el FIT.

Pero la incapacidad de mantener con vida el Festival Internacional Tamaulipas, para muchos significaría el renacimiento de otros festivales locales como el Festival de la Costa del Seno Mexicano de Ciudad Victoria; Tamante del Mante; Festival del Paso del Cántaro de Mier; Festival de las Fronteras de Nuevo Laredo; El Festival de Otoño de Matamoros, así como el Festival del Centro Histórico en Tampico.

Todos los anteriores habrían sido suprimidos durante 17 años gracias a un perfecto contubernio entre los gobernadores: Yarrington, Hernández y Egidio, junto con los alcaldes quienes forzaron a la sociedad civil para que se permitiera centralizar la gama de festividades culturales y unificarlas bajo una misma etiqueta que fue conocida como Festival Internacional Tamaulipas, controlado desde el gobierno estatal en Ciudad Victoria, apoderándose de los presupuestos antes destinados para cada fiesta cultural de las diversas regiones tamaulipecas.

Le duela a quien le duela, la realidad de las cosas, fueron 17 años de cultivar el oropel y el elitismo tamaulipeco, la finalidad era rodearse de gente de la clase alta, eso fue lo único que validó el gobierno de quien ahora es buscado por la justicia internacional y continuaron Eugenio Hernández Flores y Egidio Torre Cantú, quien penosamente ni eso pudo seguir cultivando. Bajo esta misma tesitura, nació el festival Letras en el Golfo, cuya organización millonaria se asignó por dedazo “gubernamental” a Víctor Manuel Mendiola, quien para lo único que sirvió fue para que el gobernador se tomaran la foto con personalidades como Mario Vargas Llosa.

¡Pero bien! A cargo del Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes (ITCA) durante los sexenios de Yarrington y Hernández Flores, fungió Fernando Mier y Terán Garza, quien siempre será recordado por sus viajes internacionales para seleccionar talento y presentarlos en el FIT, dicen que siempre llevaba su consejo de jóvenes victorenses, todos costeados por el presupuesto del FIT y por mantener a un funcionario “cultural” corrupto como Medardo Treviño por cerca de 20 años. Treviño con frecuencia asignaba arbitrariamente recursos para “Tequio” su compañía teatral desde su posición como director de fomento cultural en el ITCA. Un escándalo doble moralista ligado con la sexualidad, suscitó la repentina renuncia de Mier y Terán, cediendo paso a otro par de funcionarios ineficientes y grises como Guillermo Arredondo y Hernán Rocha.

Las decisiones sobre la selección del talento del FIT estaban en manos del Patronato Cultural Tamaulipas, presidido por doña Susana Flores de Hernández, entre otras distinguidas damas del régimen tamaulipeco. Tal vez algunos de los excesos de Eugenio Javier, pudo ser la contratación millonaria del concierto de Plácido Domingo en 2009 que tuvo que llenarse con acarreados porque no se vendieron suficientes boletos. La administración de Egidio Torre Cantú, subcontrató la organización del FIT al célebre compositor y director de orquesta, Sergio Cárdenas Tamez, quien quiso hacer del festival el lugar para que sus amigos y alumnos pudieran tener acceso al presupuesto del estado. La programación constante dentro de las actividades del FIT de nombres como Guadalupe Parrondo, David Eduardo Rocha y Alan Pingarrón dan cuenta de ello. Desde esa misma posición, como director del FIT, Cárdenas programó conciertos con su participación. Su renuncia abrupta, ¿disputa en el ITCA por poder? Es decir, ¿cultura a cambio de poder y dinero?

Lo que sí habría que reconocerle a Egidio y a Libertad García Cabriales son los esfuerzos por garantizar la oferta cultural del FIT en los 43 municipios del estado y la convocatorias a participar que le extendieron a los artistas tamaulipecos.

Indiscutiblemente el Festival Internacional Tamaulipas, siempre ha sido un cumulo de excesos, glamour, fiestas, oropel sin sustancia, sin cultivar una relación de comunidad, ni con los artistas, ni con la sociedad civil de la entidad. Lo único que se encontró en todos esos años de FIT, fue una liga de la sociedad del espectáculo (esos que se dicen del JetSet) con la clase política (sus verdaderos patrones). La ilusión de bienestar y la fabricación de la convivencia entre los tamaulipecos y la cultura, quedo solo en el papel del proyecto, donde se escribieron la Visión, misión y objetivo.

El sexenio de Egidio Torre Cantú, está por llegar a su fin, como hará lo propio con el FIT que en todos su años no ha aportado sustancialmente al desarrollo cultural de los tamaulipecos.

En este 2016 tendría que haber llegado a su décimo octava edición pero no será posible por lo que saltan las preguntas, ¿el FIT ha formado públicos, ha cumplido su misión a 17/18 años de existencia? En realidad encontramos en el FIT, ¿compromiso social? ¿formación de públicos? ¿un ejercicio democrático? ¿se acaba el festival del que EHF se jactaba era el segundo más importante de México? ¿Desaparece el FIT sin bombos ni platillos? ¿Sin tamaulipecos que le lloren?

¡Tanta libertad, tanta!

El FIT no llegó a la mayoría de edad que se requiere para votar. 2016 marca el fin de una era de excesos a costa de los tamaulipecos, el fin del monstruoso invento yarringtoniano llamado Festival Internacional Tamaulipas.

Aquí otro gran reto para el gobernador electo, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, ahora si como decía Baltazar en su campaña, “por el bienestar de Tamaulipas” es perentoriamente necesario responderle a la sociedad civil con la reconfiguración, replanteamiento y verdadero aprovechamiento de los espacios culturales, entre ellos la infraestructura que es de Tamaulipas, fortalecer la cultura  comunitaria para combatir al crimen, no siempre se requiere de balas; hay que crear espacios para la convivencia de los tamaulipecos, hay teatros y/o foros en todas las comunidades, al menos una plaza pública hay en cada comunidad, hay que fortalecer esos lazos primarios que hoy están tan lastimados y agraviados.

davidcastellanost@hotmail.com

 

 

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Opinión

Ya no hay excusas 

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En Tamaulipas se acabaron las medias tintas. La fotografía reciente que nos regala el Complejo Estatal de Seguridad Pública es más que simbólica: es la muestra clara de que hoy, los tres poderes del estado —Ejecutivo, Legislativo y Judicial— están alineados, comprometidos y actuando bajo un mismo propósito: restablecer y preservar el orden en una tierra que, por años, sufrió el flagelo de la criminalidad.

Con el banderazo de salida a 14 vehículos blindados tipo Mamba y 15 camionetas Ram 2500, el gobernador Américo Villarreal Anaya no solo fortaleció el parque vehicular de la Guardia Estatal; también dejó claro que esta administración ha dejado atrás las simulaciones de los “abrazos y no balazos”,  para tomar acciones reales, tangibles y visibles. Los recursos históricos asignados a la Secretaría de Seguridad Pública no son promesa: son equipamiento, patrullas en circulación, agentes operativos, agrupamientos especializados y estrategias que ahora recorren las calles de los 43 municipios.

Esta alineación de los tres poderes no responde a un acuerdo de coyuntura, sino a una conciencia institucional sobre el papel que cada órgano debe jugar en la defensa del estado de derecho. No es gratuito que en la ceremonia estuvieran presentes la presidenta del Supremo Tribunal de Justicia, Tania Contreras López, y la presidenta del Congreso local, Eva Reyes González, junto con el fiscal general de Justicia, el general comandante de la 48 Zona Militar y el coordinador de la Guardia Nacional. La imagen es poderosa: el aparato del Estado, completo, no dejando flancos abiertos.

La Guardia Estatal, hoy más equipada y respaldada, opera bajo principios de profesionalismo y respeto a los derechos humanos.

A mitad del camino, Tamaulipas muestra signos de recuperación en materia de seguridad. Los eventos masivos, antes impensables en ciertos municipios, se celebran con tranquilidad. El miedo, que por años condicionó la vida cotidiana, empieza a ser sustituido por confianza, y claro, es también porque no se jugó a la politiquería, lo que dejaron arreglado los del pasado, lo han cuidado y fortalecido los del presente. 

Este momento representa un punto de inflexión: ya no hay excusas. Con la alineación institucional y los recursos disponibles, la sociedad espera resultados. Ya no se trata de quién tiene la culpa, sino de quién hace el trabajo.

En la intimidad… La Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) reafirma su compromiso con la formación integral al ampliar su programa de movilidad académica, brindando oportunidades de desarrollo tanto en el país como en el extranjero. La convocatoria de la Universidad de Burgos, en España, y la de EAFIT en Colombia, abren caminos para que estudiantes tamaulipecos enriquezcan su experiencia universitaria en escenarios globales.

A ello se suma la opción de movilidad virtual con universidades de América Latina y el Caribe, así como los convenios nacionales con instituciones como la Universidad de Guadalajara, la Autónoma de Querétaro o la UANL.

Los programas también se extienden al nivel de posgrado, fortaleciendo la colaboración científica y profesional entre instituciones. Las fechas límite de registro para estos programas van del 15 al 31 de octubre.

En Tamaulipas, el desarrollo académico y la seguridad caminan de la mano hacia un mejor futuro.

davidcastellanost@hotmail.com

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Opinión

Mujeres al centro del bienestar

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En un acto que reafirma el enfoque social del actual gobierno, el gobernador Américo Villarreal Anaya encabezó este fin de semana la entrega de tarjetas del programa Pensión Mujeres Bienestar a dos mil mujeres reunidas en el corazón de Tamaulipas.

El jefe del ejecutivo destacó la visión humanista de la presidenta de la República Claudia Sheinbaum Pardo, a quien atribuyó el reconocimiento a las mujeres que, por generaciones, han sostenido a sus familias y contribuido a fortalecer los valores de la sociedad. Villarreal Anaya señaló que el apoyo representa una muestra de justicia y gratitud hacia quienes han dedicado su vida al cuidado y la formación de nuevas generaciones.

El gobernador subrayó que, gracias al fortalecimiento de los programas sociales, en los últimos dos años Tamaulipas logró una disminución histórica en los índices de pobreza extrema. “En una sociedad que formamos todos, no podemos permitir que existan tamaulipecas o tamaulipecos viviendo en esa condición. Tenemos que ayudarlos a salir adelante”, expresó.

El programa beneficiará a 93 mil mujeres de entre 60 y 64 años en las ocho regiones del estado. De ellas, 34 mil ya reciben el recurso de tres mil pesos bimestrales. Añadió que la suma total de apoyos sociales destinados a Tamaulipas en 2025 alcanza una derrama de 22 mil 582 millones de pesos, distribuidos a través de más de 20 programas federales.

La gratitud al respaldo de la presidenta Sheinbaum, se manifestó con aplausos prolongados, urras, porras y vitoreos en su nombre, además, las mujeres beneficiadas destacaron que este tipo de acciones brindan estabilidad y reconocimiento a quienes durante años contribuyeron al desarrollo del país.

Con este programa, el gobierno federal busca no solo brindar apoyo económico, sino también fortalecer la presencia del Estado en las comunidades, donde históricamente las mujeres han sido el pilar del bienestar familiar.

En la intimidad… Por otro lado en los pasillos de la seguridad pública y la educación superior se comenta que la Universidad de Seguridad y Justicia de Tamaulipas, campus Altamira, parece haber perdido rumbo. El nuevo rector, con honores académicos y título de doctorado, no logra dar resultados visibles ni impulsar la expansión de la institución, a pesar de contar con terreno aprobado por el Congreso del Estado y respaldo municipal.

El personal docente y administrativo que se veia con ganas de emigrar a la ciudad de Altamira, y los radicados en otros departamentos en Ciudad Victoria, aseguran que el ambiente laboral se ha deteriorado bajo la naciente gestión de Willy Zuñiga. Las quejas internas apuntan a un estilo de mando soberbio y distante, impropio de quien debe liderar una institución enfocada en la disciplina y la formación profesional en materia de seguridad.

Todo indica que el proyecto, concebido por el gobierno del estado  ha sido relegado por diferencias personales y falta de compromiso institucional.

El nuevo rector parece carecer de la capacidad para sostener una visión integral y de largo alcance. En la comunidad universitaria crece la percepción de que su lugar está lejos de Tamaulipas, quizás más cerca del Altiplano, pero para nada cercano a la entidad, un estado que busca consolidarse como referente en la formación policial y de justicia en el noreste mexicano.

davidcastellanost@hotmail.com
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Opinión

Sobrevivir a lo inesperado

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Por: Zaira Rosas

zairosas.22@gmail.com

El Premio Nobel de la Paz 2025 ha sido otorgado a María Corina Machado, líder
de la oposición venezolana, “por su incansable labor en la promoción de los
derechos democráticos del pueblo de Venezuela y por su lucha para lograr una
transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”. Machado, de 58 años,
es fundadora de organizaciones civiles, opositora histórica al régimen de Nicolás
Maduro, ha sido inhabilitada políticamente, vive bajo amenazas, y en el último año
ha tenido que resguardarse en una especie de clandestinidad interna, debido al
hostigamiento político y la represión.
Que Machado reciba este Nobel no es simplemente un reconocimiento personal.
Es un símbolo de resistencia. En un contexto donde voces ciudadanas han sido
sistemáticamente silenciadas, perseguidas o deslegitimadas, ella ha mantenido la
convicción de que la democracia, la libertad electoral, los derechos humanos y la
transparencia no son ideales decorativos, sino derechos esenciales que deben ser
defendidos incluso bajo riesgo. El Comité Noruego lo reconoció: Machado “nunca
ha vacilado en resistir la militarización de la sociedad venezolana” y ha
permanecido firme en el apoyo a una transición pacífica.
En Venezuela, donde se vive una crisis política, institucional, económica y
humanitaria, ese reconocimiento tiene un doble peso: alivia el aislamiento; da
visibilidad internacional; le otorga algo de protección simbólica; galvaniza
esperanzas. Pero también recuerda que la lucha aún no termina, y que la dignidad
se construye con acciones cotidianas de resistencia, solidaridad y compromiso
colectivo.
Así como Venezuela vive una urgencia democrática que exige solidaridad
internacional, México hoy vive su propio contexto crítico: una urgencia humana
frente al desastre, que no necesita galardones para conmover y movilizar.
Desde hace unos días, fuertes lluvias han azotado múltiples estados del centro y
sureste del país, produciendo inundaciones, deslaves y derrumbes; al momento,
se reportan más de 23 personas muertas y miles de viviendas afectadas. Estados
como Hidalgo, Puebla, Veracruz, Querétaro, San Luis Potosí y Guerrero, entre
otros, sufren daños severos en infraestructura, cortes de luz, comunidades
incomunicadas, pérdidas de cultivos, escuelas y hospitales afectados.
Estas tragedias no solo conmueven; exigen empatía activa. No hace falta un
galardón internacional para entender que el dolor de una familia lo es de todos;
que los daños materiales son una herida colectiva; que la emergencia llama a la
acción comunitaria. Ayudar no es solo donar víveres ni aportar lo que se pueda; es
reconocer al otro como semejante, es acompañar en el desastre, exigir respuestas

efectivas del Estado, preparar redes de apoyo vecinales, solidarizarse ahora para
amortiguar el golpe del mañana.
En medio de la incertidumbre que se ha cimbrado en las Entidades del país, María
Corina Machado nos recuerda que la resistencia no empieza ni termina en los
discursos: se teje día a día, con coraje y con unidad. Esa misma fuerza la tenemos
aquí, ante las inundaciones, ante lo que se siente “impredecible”. Nosotros
también podemos ser símbolo de dignidad: al tender la mano, al compartir lo que
tenemos, al organizarnos para rescatar, limpiar, reconstruir.
Sin embargo la resiliencia también viene de la resistencia que en medio de
situaciones inesperadas nos hace ver la necesidad de la prevención, no como un
arte adivinatorio, pero sí desde la exigencia del mantenimiento de espacios, que el
dinero de nuestros impuestos sea destinado de manera adecuada a la revisión de
drenajes, planes de protección civil, cuidado de cuencas, gestión del agua y
capacitaciones para actuar inmediatamente ante una contingencia como la que
estamos enfrentando donde la fuerza de la naturaleza no se puede medir.
Sobrevivir a lo inesperado no significa solo aguantar; significa hacerlo juntos.
Porque el peso del desastre se alivia cuando somos comunidad. Cuando
cuidamos unos de otros. Que el Nobel a Machado nos sirva de espejo: de
valentía, de conciencia, de empatía. Y que el llamado no quede lejos: que se
traduzca en brazos abiertos hacia quienes hoy lo pierden todo en estados como
Veracruz, Hidalgo, Puebla. Sobrevivir es más sencillo en comunidad; reconstruirlo
todo, es un poco más esperanzador, cuando no dejamos a nadie atrás.

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Opinión

El diputado que ya se les apareció en el mes del susto

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En el tablero político de Tamaulipas, donde los nombres se barajan con cautela y los proyectos se miden más por silencios que por anuncios, el diputado Humberto Prieto Herrera acaba de dar un golpe de autoridad que pocos esperaban y muchos ahora observan con atención. El presidente de la Junta de Gobierno del Congreso local fue calificado por la revista especializada CongresistasMex como el mejor legislador local del país, una distinción que no se entrega por simpatía, sino por resultados.

El estudio, realizado entre el 1 de agosto de 2024 y el 30 de septiembre de 2025, recogió la opinión ciudadana sobre desempeño legislativo, acuerdos parlamentarios, gestión e impacto social. Y ahí, el tamaulipeco se colocó en la cima. Su nombre apareció junto al de figuras nacionales con peso político propio, pero fue él, desde el norte del país, quien capturó el primer lugar en reconocimiento público y eficiencia parlamentaria.

Humberto Prieto Herrera —de temple mesurado y verbo sereno—, simpático el muchacho, ha construido una trayectoria que no se alimenta del ruido ni del escándalo, sino de decisiones firmes que, si bien no siempre complacen a todos, han sido respetadas incluso por sus adversarios. Quienes lo conocen en corto dicen que “nunca cierra puertas”, y eso, en la política de pasillos y lealtades cambiantes, vale más que cualquier discurso. Eso, lo escuché en  Monterrey, un día que comía en La Torrada, y un par de políticos de Reynosa, hablaban del Prieto, de eso allá por el 2019.

El asunto es que entre los logros que lo colocaron en esa posición de honor destacan quince iniciativas en materia de transparencia y seguridad fronteriza, además de gestiones que destinaron 20 millones de pesos para mujeres emprendedoras en zonas rurales. Son datos duros, concretos, que comienzan a perfilar a Prieto no solo como operador político eficaz, sino como figura con proyección más allá del Congreso.

En los tiempos políticos que corren, donde cada gesto se interpreta como preludio, el ascenso de Humberto Prieto a la conversación pública no es casualidad. Octubre apenas comienza, pero el diputado ya se les apareció a varios del gabinete y del partido. En el mes del Halloween, su nombre se suma —de manera inevitable— al cartel de los candidateables a suceder a Américo Villarreal Anaya. No porque se imponga, sino porque su trayectoria, su perfil negociador y su constancia lo colocan ahí, con legitimidad, además, ha sabido demostrar lealtades al gobernador.

Y quizá, como suele ocurrir con los políticos que avanzan sin aspavientos, muchos no lo vieron venir. Pero el susto ya está dado.

En la intimidad…  La Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), bajo la dirección del rector Dámaso Anaya Alvarado, consolida un modelo institucional donde la seguridad integral se entiende como un pilar de desarrollo académico. La casa de estudios ha reforzado sus protocolos en todos sus campus, desde la seguridad física hasta la cibernética, en coordinación con autoridades estatales y de protección civil.

A través de la Dirección de Protección Universitaria, la UAT ofrece asistencia vial, atención prehospitalaria, vigilancia institucional y capacitación de brigadas internas. En paralelo, la Dirección de Infraestructura Tecnológica implementa sistemas avanzados de protección digital para evitar vulneraciones que afecten el entorno académico.

La universidad fue acreditada con el sello “C3! Cyber: Cultura, Conciencia y Comunicación en Ciberseguridad”, un reconocimiento que avala su liderazgo nacional en materia de ciberseguridad educativa.

En lo humano, la institución mantiene su compromiso de acompañamiento emocional a través de unidades de apoyo psicológico y la Defensoría de los Derechos Universitarios, encargada de tutelar la integridad y la dignidad de cada miembro de la comunidad.

Con esta política de protección integral, la UAT se reafirma como una universidad moderna, segura y humanista, donde la educación no se limita al aula, sino que abarca la tranquilidad y el bienestar de toda su comunidad.

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