Tampico Tamps.- Como si se tratase de una especie de portal cuántico, una suerte de ventana para echar un vistazo hacia el pasado, el material fílmico a blanco y negro que empezó a circular hace apenas unas horas por redes sociales muestra imágenes en movimiento, desde varios puntos específicos en el centro histórico de Tampico, de la población local y sus medios de transporte, tanto como la vestimenta que estilaban en el año 1948, una década después de la expropiación de las empresas petroleras que habían traído riqueza y esplendor a esta ciudad, pero también desigualdad.
Las películas, carentes de banda sonora, cada una de apenas minutos de duración y rodadas todas con cámara fija, permiten ver el escenario de la calle Juárez en dos de sus cuadras, las que pasan junto a la Plaza de la Libertad y frente al negocio «La Sevillana» (aún existente en nuestros días), al tiempo que revela un panorama de los habitantes de aquella época remota y su modo de vida: policías con botas por encima del pantalón, hombres con sombrero, mujeres niñas y adultas ataviadas todas con vestidos, y sobre todo: gente viajando en un tranvía repleto que pasa por enfrente de la legendaria farmacia «El Fénix» al lado de viejos modelos de vehículo colectivo que pertenecieron a la ya desaparecida cooperativa tampiqueña de «Autobuses Azules».
El usuario de facebook «Ciudadano Tampico» compartió dicho testimonio visual a través del grupo «Tampico Antiguo», y de inmediato comenzó a tener una gran cantidad de reproducciones y comentarios, a la vez que lo compartían de la misma forma otros usuarios de la red social, admirados en su mayoría por la claridad y calidad de los filmes, cuyo número es superior a cinco.
Aunque el mismo «Ciudadano Tampico» aclaraba que se trataba de algunas tomas hechas para la cinta «El Tesoro de la Sierra Madre», filmada aquí justamente en 1948, el cronista local, Marco Antonio Flores, aclara a REPORTE NORESTE que son en realidad rollos inéditos, en efecto, pero de pruebas realizadas por el cinematógrafo días antes de que iniciara el rodaje, y que de hecho una de las escenas, que corresponde al inicio de la película, fue interpretada por un doble, al haber sido solamente, de hecho, una prueba.
Según se puede advertir por el reflejo del sol y las sombras en la fotografía (como se dice en el argot cinematográfico), la mayoría de esas locaciones fue hecha durante la mañana, y a juzgar por la ropa de las personas, podría haber sido que las hayan rodado a finales del invierno o al inicio del mismo, dado que algunos son vistos chamarras y abrigo, y en Tampico nadie usa ese tipo de ropa de abril a septiembre o incluso octubre.
En cuanto a los escenarios, resalta en casi todas las tomas la hilera de edificios al estilo Nueva Orleáns que hay sobre la calle Juárez, y que seguramente llamó la atención del realizador, pero también es fácil distinguir la bajada hacia los mercados, hoy en día y desde hace décadas ocupada por artesanos y vendedores de jugo y licuados, así como también se logra ver la abundancia de vegetación, de considerable altura, que había entonces sobre la Plaza de la Libertad, en cuyo subsuelo fue construido un estacionamiento subterráneo entre 1993 y 1995.
En dichos cortos se observa igualmente y con buena definición o nitidez, como vista a través de un monitor de circuito cerrado, la actividad de niños, jóvenes y adultos que transitan a pie por ese lugar, su manera de saludar quitándose el sombrero, un hombre con pata de palo, varios con canastos sobre sus cabezas, un voceador ofreciendo el desaparecido periódico El Mundo, y a lo lejos la histórica y añorada plaza Hijas de Tampico, más algo que también resulta emocionante es ver que ya en aquel tiempo, hace exactamente 67 años, había ya un buen número de lustradores de calzado desempeñando su oficio sobre la referida área pública.
«El Peje»,»Juanito Pérez», «El Catán» ,son algunas de las propuestas para darle nombre al mercado de pescados y mariscos que hasta hoy se conoce como «La Puntillita», ubicado frente a la Laguna de Champayan en Altamira.
Al reunirse con cooperativas de pescadores, el Presidente Municipal de Altamira Armando Martínez Manríquez refrendó el compromiso de seguir dando identidad a esta ciudad que por mucho ha vivido el desarrollo en los últimos años.
En ese sentido dijo que desde hace tiempo se ha trabajado en temas como la instalación de una especie de lonja que permita a los pescadores vender sus productos y para lo cual ya hay un espacio destinado.
Pero también es necesario no seguir copiando a ciudades como Tampico, donde su mercado de pescados y mariscos se llama «La Puntilla».
De ahí se derivan los posibles nombres de este mercado, destacando el de «El Peje», que sin dudarlo también haría alusión al presidente de México Andrés Manuel López Obrador al cual con aprecio desde hace tiempo recibe ese mote.
La concurrencia aprobó hacer el cambio oficial a «La Puntillita», por lo cual en poco tiempo este se estrenará.
«Tenemos un buen nivel en ese mercado de pescados y mariscos, que le mandemos Cuco Sánchez o como ustedes quieran, pero eso de Puntillita, yo creo que ya no «.
Pedro Pérez, El Pejelagarto, incluso hasta Cuco Sánchez que es una de las máximas representaciones artísticas de Altamira, fueron de las propuestas presentadas al calor del mensaje del jefe de la comuna Altamirense.
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