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En el sexenio del ex presidente, Felipe Calderón hubo un “boom petrolero” en la zona norte de Veracruz. PEMEX licitaba cientos de contratos a empresas extranjeras como, waterford, Schlumberger, key, entre muchas otras. Gestores de la paraestatal visitaban a ejidatarios que poseían tierras con petróleo, que detectaban por medio de satélites y tecnología de punta.

Por más de 50 años, la familia Coronado había vivido en su rancho, ubicado kilómetros antes de la división entre Puebla y Veracruz, sobre la cúspide de un cerro donde no hay transporte, drenaje, ni agua corriente, pero se abastecían de dos pozos de agua que se encontraban a unos cuantos metros de la vivienda.

Para llegar al rancho se tienen que recorrer 4 kilómetros de terracería, desde la carretera nacional hasta “La Mesa”. Hace tres años el rancho tenía, ganado, caballos, árboles de naranja y mango. Todo dentro de un entorno natural que brindaba paz y quietud.

Los gestores., personas enviadas por PEMEX, contactaron a la familia Coronado y tras varias semanas habían logrado convencer a la ejidataria de darles los permisos para que la paraestatal a través de la empresa que ganó la licitación empezara con los trabajos de desmonte. El pago que según gestores era el justo por 3 hectáreas afectadas donde circularía maquinaria pesada, perforarían varios metros e instalarían una bimba para la extracción del crudo fue de 250 mil pesos.

La ejidataria era viuda, su esposo irónicamente murió esperando ganarle una demanda a Pemex pues no le habían dado la liquidación que le correspondía por décadas de trabajo en la paraestatal.

Los trabajos en el rancho empezaron, la ejidataria esperaba a quienes se iban a encargarse de desramar, le habían dicho que respetarían el ecosistema. La señora Coronado se ausentó por unas horas y a su regreso sus árboles de mango, sembrados hacía años por su difunto esposo, habían sido derribados. Al verlos, lloró. Para la compañía solo eran un impedimento, para ella eran parte de su entorno, de su vida. Recuerdos al lado de su esposo.

La respuesta que le dieron fue: “disculpe señora, el operador de la maquinaria se confundió, pero le pagaremos cada árbol que se haya derribado conforme lo marca la ley.

Uno de los pozos de abundante y fresca agua se había secado con la vibración que utilizaron para perforar varios metros y los mantos acuíferos se habían removido, el agua se había filtrado por otros lados.

Ya con los destrozos, el rancho de la familia Coronado se había transformado, ya no era aquel lugar de paz y quietud, ahora había pipas, camiones, trabajadores y cientos de toneladas de grava para colocar la plataforma que serviría para extraer el oro negro.

Ahora, hay una fumarola que no se apaga ni de día ni de noche., es la que quema el gas que se emite por la extracción del crudo, es tan fuerte la flama que se escucha a distancia, y por las noches ilumina varios metros a la redonda. Las luciérnagas ya no se ven y los coyotes ya no aúllan como antes.

La ejidataria de apellido Coronado ya no vive en su rancho y aún espera después de un par de años que PEMEX termine de pagarle sus tres hectáreas valuadas por gestores de PEMEX en 250 mil pesos. La ejidataria confió en el personal contratado por PEMEX., como ejidataria sabe que la palabra vale.

Pero pronto supo que ese valor que le dieron a su terreno ejidal no era un precio justo y decidió contratar a un abogado que lo valuó en varios millones. Eso sin contar que la nueva reforma energética contempla que se le dará un porcentaje de lo que genere el pozo petrolero. Y considerando que es uno de los más ricos de la zona, la familia Coronado debería estar recibiendo los beneficios de tener en su terreno “oro negro” y no estar envuelta en un litigio en el que gestores de Pemex abusaron de la noble y analfabeta ejidataria.

En varias ocasiones deseó bloquearles el camino para obligar a Petróleos Mexicanos a pagarle aquellos 250 mil pesos, pero no dejó de confiar en las promesas y en la palabra de los gestores. Ahora ya inició la demanda por el pago justo de su tierra. La ejidataria ya es mayor, espera que la vida le de fuerzas y que su ánimo no decaiga.

El “boom petrolero” llegó a la zona norte de Veracruz y con él, miles de empleos se generaron, las compañías solo daban contratos temporales, había que trabajar entre 12 y 15 horas para que los beneficios se reflejaran en el sueldo.

Las compañías decidían irse y algunas lo hacían sin liquidar a su personal y siendo extranjeras era difícil contactar a las y los responsables.

El “boom” terminó, las escuelas que abrieron para preparar a jóvenes y especializarse en la extracción del crudo, se quedaron sin egresadas y egresados pues el proyecto “calderonista” terminó pocos meses después de la llegada de Enrique Peña Nieto.

¿Será diferente el “boom” del que hablan para Tamaulipas con la extracción de gas Shale?

¿La ejidataria podrá cobrar lo justo por un pozo petrolero instalado en su terreno?, o morirá como su esposo con la esperanza de ganarle la demanda a Pemex?

Opinión

El peso de la delgadez

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Por: Zaira Rosas

zairosas.22@gmail.com

En un mundo cada vez más influenciado por las tendencias digitales y medios de
comunicación, es común que los estándares de belleza se vean constantemente
modificados, sin embargo, hay una variante que durante décadas no cambia, el
peso que recae en su mayoría sobre el género femenino por tener el cuerpo
perfecto. No es casualidad que sea Serena Williams quien salga como rostro
promocional de un nuevo fármaco para la pérdida de peso y no se trata solo del
vínculo de su marido con la farmacéutica, sino de la historia que una mujer como
ella representa.
Para nadie sería cuestionable la salud y disciplina de una de las mujeres más
reconocidas en el tenis, quien pese a todo su esfuerzo no puede mantener un
cuerpo esbelto que cumpla con lo que se muestra constantemente en portadas de
revista y plataformas digitales, lo que pareciera un testimonio abierto y cercano de
“yo también requiero ayuda” se vuelve el posicionamiento de un fármaco que
probablemente se popularizará como Ozempic y Wegoby, creados originalmente
para otros padecimientos y usados hoy en día como un aliado para la delgadez.
¿Es ético este tipo de anuncios? Podría no tener limitantes legales, sin embargo,
muestran como algo simple la pérdida de peso. Aunque hay ciencia detrás de
estos medicamentos, poco se habla de los efectos secundarios que acompañan
su consumo. En el caso de Ozempic, por ejemplo, se han documentado náuseas,
vómito, estreñimiento y una condición conocida como “estómago de Ozempic”,
donde la digestión se enlentece tanto que puede provocar dolor y problemas
crónicos. También se han reportado alteraciones en la relación con la comida,
pues el medicamento disminuye el apetito de manera abrupta, generando en
algunos pacientes no solo pérdida de peso sino un desapego emocional hacia la
comida y, en consecuencia, hacia momentos sociales asociados con ella.
Ese último punto no es menor. La alimentación no es únicamente un acto
fisiológico, es también un espacio cultural y social, por lo que ante una moda
desmedida en medio de celebridades hay restaurantes que ya han mostrado una
respuesta, presentaciones gourmet adecuadas para quien ha suprimido el apetito,
estos restaurantes mencionan el flujo creciente de quien ocupa medicamentos tipo
GLP-1 y detectar la necesidad de disminuir las porciones para que las personas
continúen visitando estos lugares.
¿Qué ocurre cuando un canon de belleza va por encima de los vínculos sociales,
las emociones y el cuidado individual? El recuerdo de una moda absurda como en
los 2000 debería ser suficiente para retomar la aceptación corporal, pues fue la
época donde la delgadez extrema tuvo un pico absurdo que desencadenó

múltiples trastornos de la conducta alimentaria. Después de eso nuevamente
volvió la diversidad corporal, la aceptación personal, aunque en la actualidad
pareciera que se ha tratado de una moda pasajera, de ese estándar marcado por
figuras curvilíneas que gozaron de popularidad.
Hoy de nueva cuenta con retos virales sobre la inapetencia, las medidas o
porciones con las que debería contar un cuerpo no resulta extraño que la
publicidad encuentre un espacio de oportunidad en farmacéuticas que venden la
pérdida de peso como un logro y superación y es que si bien toda persona debería
encontrar comodidad en su cuerpo, no debería ser a costa de encajar en una talla
específica y mucho menos utilizar a la ciencia como excusa de búsqueda de
salud, cuando en realidad se trata de un canon estético.

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Opinión

Avanzada aplanadora

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El Palacio de Gobierno en Ciudad Victoria soltó un bombazo que sacudió la política tamaulipeca: el presunto desfalco millonario y el desmantelamiento del sistema de salud estatal que apunta directamente a empresas vinculadas a los hermanos Carmona, personajes conocidos no solo por sus jugosos contratos sino también por ser los mecenas de una constelación de políticos de Morena. La cifra preliminar es brutal: 343 millones de pesos desviados, dinero que debió destinarse a medicinas, hospitales y a aliviar el dolor de una población precarizada.

El diputado Humberto Armando Prieto Herrera, presidente de la Junta de Gobierno del Congreso local, confirmó que el Legislativo ya recibió la notificación oficial.

Fue claro al advertir que no habrá encubrimientos y que las pesquisas se profundizarán la próxima semana. Sus palabras reforzaron lo que previamente habia hecho resonancia dese Palacio, pero, ahora con el peso de una acusación histórica: “ese dinero estaba siendo desviado mientras se decía que no había infraestructura ni presupuesto”. La frase retumba en la memoria de cada enfermera que improvisaba material en clínicas rurales, de cada paciente que moría esperando atención y de cada familia obligada a rifarse la vida en un hospital sin medicamentos.

Este golpe no es casual. La señal está dirigida a los huérfanos políticos de los Carmona, quienes hoy ven sus aspiraciones de reelección o candidaturas más lejos que nunca. El mensaje es contundente: se acabó la cobertura de los padrinos. Lo que antes era un entramado de influencias y blindajes económicos, hoy se convierte en un lastre de impunidad expuesta que amenaza con hundirlos en pleno calendario electoral.

El Congreso de Tamaulipas ha dejado claro que revisará no solo este caso, sino cualquier otro que tenga el tufo de corrupción. Los Carmona, que durante años tejieron complicidades bajo la sombra de la opulencia, aparecen hoy exhibidos como símbolo de lo que destruyó el sistema de salud local. El dinero desviado no se esfumó en números abstractos; se convirtió en la enfermedad no atendida, en el quirófano si clima, si insumos, ni anestesia, en la ambulancia sin gasolina.

Este escándalo, con dedicatoria, no solo sacude a Morena en Tamaulipas, también es un recordatorio nacional: la corrupción no se erradica con discursos, se exhibe con nombres y cifras. Y cuando los patrocinadores caen, los protegidos tiemblan.

En la intimidad… En paralelo, la clase política nacional no deja de hacer el ridículo.

Alejandro Moreno Cárdenas, alias “Amlito”, convirtió su caricatura en una cuota de popularidad que algunos ingenuos todavía le aplauden, mientras Gerardo Fernández Noroña, a tan solo unos días del primer informe de la presidenta Claudia Sheinbaum, se desmorona entre lujos inexplicables y contradicciones ideológicas. Noroña no solo pierde credibilidad, debería haber perdido ya la presidencia del Senado, porque sus desplantes y sus mansiones revelan la farsa de quien quiso venderse como adalid de la austeridad.

La política mexicana se encuentra atrapada entre corruptelas de ayer y simuladores de hoy. Los Carmona representan el saqueo institucionalizado; Alito, el cinismo normalizado; y Noroña, la incoherencia hecha persona. El saldo es devastador: un país que sigue pagando el costo de líderes que confunden la representación popular con el usufructo personal.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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Opinión

El doble discurso de Noroña

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Gerardo Fernández Noroña siempre ha presumido ser un hombre de pueblo, un luchador social que encarna las causas de la izquierda, un político que se enorgullece de caminar sin escoltas y que finge incomodarse cuando lo llaman “señor senador”. Sin embargo, la máscara de la austeridad se le cae cada vez con más estrépito.

El hoy presidente del Senado obligado por la cirscustancia, abrió las puertas de su residencia en Tepoztlán y compartió un recorrido que parecía más un desplante que una anécdota personal. Una propiedad de 12 millones de pesos, un crédito hipotecario, un auto de 650 mil pesos y hasta un millón de pesos en deuda bancaria no parecen encajar con la prédica de la “justa medianía republicana” que la presidenta Claudia Sheinbaum enarbola como principio de gobierno.

La contradicción es brutal: mientras se exige a la ciudadanía apretarse el cinturón, mientras se presume que los funcionarios deben dar ejemplo de sencillez, Fernández Noroña exhibe jardines, macetas, hamacas y vistas de montaña en un “house tour” con sabor a reality show. El discurso del sacrificio y la sobriedad se transforma en espectáculo de privilegio.

No se trata de si el senador puede o no comprar una casa. Se trata de la incongruencia política. Se trata de quienes hicieron de la austeridad una bandera, pero en lo privado la entienden como un simple recurso de propaganda. Se trata de vivir del pueblo, pero disfrutar en privado de comodidades a las que muy pocos tienen acceso.

Fernández Noroña no engaña a nadie: presume muebles traídos de diversos estados, artesanías y decoraciones que, en cualquier otro contexto, podrían considerarse un esfuerzo por valorar lo nacional, pero que en su caso parecen más bien la coartada estética para suavizar la realidad de una vida acomodada. La austeridad de discurso, pero no de bolsillo, y mucho menos de sus viajes al extranjero en primera clase.

La izquierda que llegó al poder con la promesa de acabar con los lujos del poder está hoy atrapada en su propio laberinto de contradicciones. Y Noroña, con su recorrido inmobiliario, acaba de confirmar que la medianía es solo para los otros.

En la intimidad… El automovilismo siempre ha sido un termómetro de resiliencia, y Sergio “Checo” Pérez lo está demostrando una vez más. El piloto jalisciense se prepara para volver a la pista con una presión mediática que pocos deportistas latinoamericanos han enfrentado.

El regreso de Checo a la Fórmula 1 no es solo una noticia deportiva, sino también un mensaje de resistencia: el mexicano compite en la categoría reina del automovilismo contra estructuras diseñadas para favorecer a los favoritos del mercado europeo. En cada vuelta, Checo corre contra el cronómetro y contra un sistema que suele relegar a los pilotos que no encajan en el molde.

Su retorno reaviva el orgullo mexicano en un deporte donde los reflectores suelen estar lejos de América Latina. Mientras el poder político local exhibe contradicciones entre austeridad y opulencia, Checo Pérez encarna otra narrativa: la de la disciplina, el esfuerzo individual y la convicción de que, incluso en un paddock dominado por las élites, se puede ser competitivo con sangre mexicana, y ahora, que mejor que en alianza con Cadillac, la apuesta del GM en la F1.

davidcastellanost@hotmail.com

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Opinión

El Chairel merece más que paseos náuticos

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El agua del sur de Tamaulipas exige acciones más allá de discursos turísticos. La Laguna del Chairel recibe una bocanada de esperanza con el arranque de los Paseos Náuticos “Tancol” y la nueva mesa directiva del Patronato, pero sigue aquejada por una amenaza que no admite pausas: el pez diablo.

Esta especie invasora —Hypostomus plecostomus, originaria del Amazonas y popularmente conocida como pleco— ha sido detectada desde 2014 en sistemas lagunares como Champayán y el río Tamesí, donde pescadores reportan una notable disminución de capturas comerciales como tilapia, mojarra y carpa común, mientras el pleco gana terreno y forma colonias donde la vida nativa desaparece.

Los impactos están documentados: en la presa El Infiernillo, en Michoacán, esta especie redujo las capturas de tilapia entre 60 y 80 por ciento anualmente, afectando a 3 mil 200 pescadores y provocando pérdidas alrededor de 36 millones de pesos. LA Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), alerta que el pez diablo no solo compite por alimento y espacio, también devora huevos y larvas, daña redes de pesca y desestabiliza riberas con erosión; aunque no estábamos hablando de eso, el pez diablo y sus repercusiones evidencian la pusilanimidad del sector camaronero en Tampico, o tal vez, tienen mucha cola que les pisen como para que no alcen la voz a pesar del gran daño que les causa este animal, y la comercialización de camarones de una micro talla. Esa es otra historia.

Volvamos con la nueva directiva del Patronato, encabezada por Emilio Lobato Britz, que no puede limitarse a promocionar paseos ni a guardar silencio sobre esta amenaza. Es indispensable que, desde ya, se trace un plan estratégico que incluya monitoreo sistemático, colaboraciones con CONAPESCA, universidades, pescadores y sociedad civil. El pez diablo puede ser más que un problema biológico: bajo los esquemas adecuados podría convertirse en recurso económico útil, como carne para consumo animal, harina de pescado o incluso materia prima para artesanías o fertilizantes.

El rescate de la Laguna del Chairel requiere esa valentía ausente: no solo inauguraciones, sino acciones con horizonte y presupuesto. La fauna y la flora merecen más que cuotas visuales en redes sociales, merecen un compromiso real.

En la intimidad… En definitiva, la alcaldesa de Tampico, Mónica Villarreal inyectó energía al patronato con su presencia en la toma de protesta y el lanzamiento de “Tancol”. Esa misma energía debe transformarse en un golpe firme en la mesa, para frenar la decadencia interna. La administración local ha caído en una cena de negros pre-informe, demasiado banal para la trayectoria de la alcaldesa. Cuando los protagonistas del conflicto son familiares del gobernador Américo Villarreal Anaya, se pone en riesgo no solo a ella, sino al legado político de su familia. Andan jugando con fuego; si desgarran a la alcaldesa, estan poniendo en la mira a la mejor amiga de Tampico. No pueden permitir que intereses domésticos vandalicen años de reputación pública y trabajo político.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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