En medio de las promesas de cambio y qué el Segundo Piso de la Cuarta Transformación, y no sé qué tanto, aunado a la difícil realidad que enfrenta Tamaulipas. El reciente anuncio del gobernador Américo Villarreal Anaya sobre el plan de construcción de 46 mil viviendas en los próximos seis años, a través del Infonavit, ha generado tanto expectativas como preguntas sobre la viabilidad y la eficacia del mismo.
El anuncio, realizado en una reunión con el director general del Infonavit, Octavio Romero Oropeza —-Vaca sagrada de la 4T- es más que significativo no solo por su magnitud, sino por las implicaciones sociales que conlleva. Se trata de un esfuerzo por aliviar la carga que han tenido miles de tamaulipecos que han luchado por años con créditos de vivienda impagables. El congelamiento de los créditos de más de 250 mil derechohabientes es, sin duda, una medida que ofrece un respiro ante años de aumentos desmesurados en las tasas de interés y el endeudamiento progresivo de miles de familias. ¿Populismos?, ¡Qué va, es un gran alivio!
Sin embargo, detrás de las cifras, los compromisos y los anuncios mediáticos, se esconden realidades difíciles de ignorar. ¿Será este programa suficiente para resolver el problema habitacional en el estado? ¿Qué garantías hay de que los recursos destinados para la urbanización de predios y la construcción de viviendas realmente llegarán a quienes más lo necesitan? Estas son preguntas que no pueden quedar en el aire, especialmente cuando se trata de una población que históricamente ha sido desatendida… ¿Acaso estamos ante los primeros predios expropiados para darle a los que menos tienen?
El gobernador Villarreal Anaya, en conjunto con las autoridades federales y locales, ha prometido la construcción de viviendas en 38 municipios del estado, con créditos que van desde 9 mil hasta 156 mil pesos. Es una respuesta a la creciente demanda de vivienda, especialmente en un contexto donde la migración interna, el crecimiento demográfico y la falta de políticas públicas efectivas han incrementado la presión sobre el sistema habitacional de Tamaulipas, pero, el humanismo transformador de Villarreal Anaya salió al quite y en respuesta a una necesidad que no se puede seguir ocultando por más que se quiera.
A través de un atinado acuerdo entre el gobierno federal, estatal y los 43 presidentes municipales, se pretende iniciar la construcción de las 46 mil viviendas, con 23 mil de ellas siendo edificadas por el Infonavit y las otras 23 mil por la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi). De igual manera, se destinarán recursos para la mejora y ampliación de viviendas existentes, un paso necesario en un estado donde muchas familias viven en condiciones precarias, y donde la urbanización de terrenos es una necesidad urgente.
Este esfuerzo debe ser reconocido, particularmente porque la administración estatal ha logrado un acuerdo que implica la participación activa de diversos niveles de gobierno. No obstante, el anuncio del gobernador no está exento de retos. Las promesas de congelar los créditos y la entrega de miles de viviendas son, sin duda, un avance significativo, pero la pregunta es si serán suficientes para enfrentar las problemáticas estructurales que han afectado durante años a los tamaulipecos.
El compromiso de urbanizar los terrenos destinados para estas viviendas, así como la implementación de los créditos de mejora, son pasos importantes, pero es vital que el gobierno de Villarreal Anaya y las autoridades federales trabajen de manera transparente y efectiva. Los tamaulipecos han sido testigos de múltiples promesas incumplidas a lo largo de las administraciones, y no pueden permitirse otro fracaso. Quisiéramos asegurar que no lo será, pero, no todos los que integran el gabinete son Américo Villarreal.
Por ahora, la expectativa está puesta en los próximos pasos: la firma del convenio, y en el cumplimiento de un plan que debería servir como ejemplo de lo que se puede lograr cuando se prioriza el bienestar de las y los tamaulipecos por encima de los intereses políticos. Ojalá, este esfuerzo de Américo Villarreal no termine siendo solo una ficha más en el juego político de promesas vacías, sino una verdadera solución al problema de la vivienda en el estado.
La tarea es grande, las necesidades aún mayores, pero al menos, por primera vez en años, el gobierno estatal parece estar dando un paso hacia una respuesta estructural al problema habitacional. Ahora solo queda ver si los tamaulipecos serán los verdaderos beneficiados de esta promesa.
En la intimidad… El presidente municipal Erasmo González Robledo inauguró un innovador programa de iluminación que cambiará radicalmente el rostro de Ciudad Madero, contribuyendo a su transformación en un municipio más seguro; esta nueva acción en menos de 45 días de la actual administración, generará una nueva imagen urbana que proporcionará mayor seguridad a todas y todos los maderenses; la primera fase de este proyecto se llevó a cabo en la avenida Primero de Mayo, la cual se conectará con diversos circuitos de alumbrado público.
La máxima autoridad reafirmó su compromiso con la comunidad de Ciudad Madero, expresando que están dedicados a proporcionar a los visitantes y a los residentes mejores condiciones de vida y mayor prosperidad; este tipo de programas no solo contribuyen a la felicidad en el ámbito familiar, sino que la modernización de la iluminación también incrementará la seguridad para todos, beneficiando especialmente a los jóvenes del Instituto Tecnológico de Ciudad Madero.
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Agatón Navarro
15 junio, 2015 at 23:00
Pues si tanto preocupa a los hoteleros que presionen a las autoridades para que se esclarezca, y pronto, el móvil y autor o autores de ese asesinato. No vaya a quedar impune.