Hoy colabora con nosotros el profesor Calixto Méndez Gómez
Los problemas de una sociedad repercuten como espejo fiel en el ambiente escolar.
Durante el presente año hemos tenido mucho problema con alumnos y alumnas que quieren arreglar sus cosas por medio de la violencia.
Se ofenden en las redes sociales y luego aquí quieren arreglar esas diferencias a golpes. Los padres de familia no tienen mucho cuidado acerca de lo que sus hijos reciben y lo que ellos también contestan en redes sociales o en sus dispositivos móviles y llevan los problemas al interior de la escuela.
Las autoridades municipales están a punto de concluir el análisis del Programa de Prevención del Delito y se espera la realización de conferencias para enaltecer los valores, para que enfaticemos, ante los muchachos, la necesidad de tener una vida fundamentada en valores.
Si no respetamos los valores, acabaremos destruyéndonos nosotros mismos, porque el respeto a la vida a la integridad de los demás, al medioambiente a la sana convivencia… si no los practicamos seguirá incrementando esta situación tan lamentable en la época que estamos viviendo.
El problema se fue acrecentando, y esto es una opinión muy personal, cundo se nos quitó a los maestros o a las instituciones educativas, la gran ayuda que teníamos de esa gran maestra, de esa gran educadora que es la madre de familia.
Primero porque se preparó… obtiene un título un diploma y obviamente sus conocimientos los tiene que emplear para su crecimiento profesional y personal y ya no la tenemos en la casa.
En aquellos tiempos felices las madres de familia, mientras peinaban a sus hijas, a sus hijos mientras les corregían el cuello de la camisa, que fuera en orden el uniforme, la tarea, etc., les encomendaban el buen comportamiento, pues ahora ya no tenemos esa ayuda.
La madre de familia está trabajando. En un buen número de casas ya no tenemos a la gran educadora, ya no tenemos ese apoyo.
Pórtate bien, respeta a tu maestro, a tus mayores, eso le decían, y de ahí, de esa intimidad que había entre la madre y el hijo, la mujer se acordaba de sus maestras, cómo la trataban, que fue a las rondas, a los concursos, es decir se establecía una convivencia muy íntima, muy emocional.
Aquel muchachito iba predispuesto a saludar con respeto, a respetar a sus compañeros, a portarse bien, como le había indicado la mamá.
Yo he visto que en los últimos tiempos, por necesidad de contribuir al sustento de la casa, la gran educadora ya no está para despedir a sus hijo y al par que le deseaba que le fuera bien, las últimas recomendaciones, pórtate bien, da las gracias, respeta las propiedades de tus compañeros, ya no dicen eso, en un buen número de casas, de familias.
Actualmente se le han otorgado esas responsabilidades a la escuela, es necesario que se eduque en valores en los salones de clases, porque esa tarea estaba encomendada a la familia y sobre todo a la madre.
Pero también es necesario que apoyen a los maestros, que no salgan los padres a decir que se está invadiendo los derechos de sus niños, que se están extralimitando, que no le hagan recriminaciones cuando no se porta bien el muchacho, cuando no respeta.
Insistimos mucho, nos están dando la responsabilidad a las autoridades educativas sobre la educación de valores, estamos perdiendo la cohesión social, estamos perdiendo la convivencia sana.
En cada reunión que tenemos cada fin de mes, una parte del horario se destina a buscar la forma más didáctica a que los muchachos respeten los valores, pero al parecer es una tarea que debe tener más ayuda.
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