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Después del 8 de junio, después del proceso electoral federal, dos gobiernos estatales con sucesión en este 2015 podrían entrar en crisis severas, muy severas, si es que en el horizonte su apuesta política no fructifica y pierden sus candidatos los procesos sucesorios.

En Nuevo León, si gana el Bronco, Jaime Rodríguez Calderón las elecciones del 7 de junio, Rodrigo Medina de la Cruz, su papá, Humberto Medina Ainslie y los hermanos del Gobernador tendrán que rezar y mucho, porque si el nuevo gobierno les demuestra las corruptelas y raterías de las que les acusa la vox populi y las redes sociales, su futuro podría nublarse de repente y de vivir en la lujosas casas en los fraccionamientos más exclusivos, familiares, amigos y cómplices del Gobernador Medina podrían cambiar su residencia a Topo Chico o a penales de alta seguridad en otras regiones del país.

Por sólo poner un ejemplo, en San Antonio, Medina Ainslie, papa del mandatario, ha invertido millones de dólares junto con su otro hijo Alejandro Medina de la Cruz, en la compra de extensiones de tierra para llevar a cabo proyectos de vivienda. De acuerdo con documentos y reportes oficiales de las autoridades de Texas, los Medina compraron en 2006 cerca de 100 hectáreas para desarrollar el fraccionamiento de lujo Sundance Ranch, que actualmente inició la venta de residencias, cuyos costos oscilan en alrededor de 400 mil dólares en promedio. El hermano del gobernador Rodrigo Medina vive en la ciudad de San Antonio en The Club At Sonterra, uno de los clubes de golf más exclusivos que existen en la ciudad de San Antonio, ubicado en la zona Sonterra-Stone Oak, cerca de la zona de hospitales de primer nivel que tiene esta ciudad texana.

La residencia que tiene Alejandro Medina de la Cruz en este fraccionamiento privado tiene un valor aproximado de 420 mil dólares, es decir, cerca de 5.5 millones de pesos. Medina utiliza esta dirección como sede de sus empresas HMAM Management GP, LLC, y en Dos Countries Management GP, que fueron creadas para cubrir sus participaciones en desarrollos inmobiliarios. Estas empresas son las que utilizó la familia del gobernador Rodrigo Medina para impulsar los dos desarrollos inmobiliarios localizados en el norte de la ciudad de San Antonio.

En el caso de San Luis Potosí, el panorama no es nada diferente. Fernando Toranzo Fernández, el más gris de los gobernadores potosinos de las últimas décadas, su esposa, familiares, amigos y cómplices, podrían también ir a la cárcel derivado de los jugosos negocios y pillerías al amparo del poder público potosino.

No falta mucho para la elección y tan sólo semanas para que los actuales mandatarios se conviertan en prófugos de la justicia si los nuevos inquilinos de los palacios de gobierno de Nuevo León y de San Luis Potosí decidieran terminar de un manotazo la carrera de abusos, pillerías y transas que con recursos públicos han logrado los mandatarios de San Luis Potosí, Fernando Toranzo Fernández y de Nuevo León, Rodrigo Medina de la Cruz. En el caso de Nuevo León, el papá del Gobernador Medina de la Cruz es quien gobierna. Don Humberto Medina Ainslie ha sido acusado recurrentemente de tomar las decisiones políticas, económicas y de gobierno en Nuevo León, dejando prácticamente a su hijo como una figura decorativa.

En el caso de San Luis Potosí, al gobernador de San Luis Potosí, Fernando Toranzo Fernández, muchos lo han calificado como un “mandatario gris”, dado que durante su administración el estado no creció, no atrajo inversiones y la obra pública apenas se vio. Sin embargo, muchos acusan a Toranzo de haber multiplicado su patrimonio por miles. El doctor Toranzo, su esposa, sus hermanos y su familia son los nuevos ricos del estado.

¿De qué tamaño fue el enriquecimiento del Gobernador potosino? Imagíneselo usted, al grado que Toranzo adquirió un yate de súper lujo que se compró el gobernador y que mantiene atracado en Manzanillo, hasta donde se le ve llegar con bastante frecuencia en el helicóptero del Gobierno del Estado para practicar la pesca, además de un rancho en La Huasteca Potosina y un importante crecimiento de las propiedades a nombre la familia Toranzo en San Luis capital. Un artículo firmado por Salvador García Soto, deja al descubierto que Fernando Toranzo y familiares cercanos, tienen en total 25 propiedades entre casas, residencias y terrenos ubicados en algunas de las colonias más exclusivas y caras de la capital potosina, con un costo superior a los 240 millones de pesos.

Llama la atención que varias propiedades aparecen dadas de alta en el registro catastral en febrero de 2013, durante el gobierno de Toranzo. De las 25 propiedades a nombre de la familia, 17 están a nombre de su hermano Juan José Toranzo Fernández, dos a nombre del gobernador, una a nombre de su esposa María Luisa Ramos Segura, dos a nombre de otro hermano, José Martín Toranzo, dos más a nombre de su hermana Yolanda Toranzo y una a nombre de su cuñado Rodolfo Ramos Segura. Pero la fortuna también sonríe a los hijos del gobernador. A David Toranzo Ramos, su hijo, la Sagarpa le autorizó en 2013, un crédito de 3 millones 800 mil pesos para construir un invernadero, dentro del programa de apoyos que otorgó ese año el FIRA a la empresa Aldaris, constituida apenas en 2012.

Estos dos, Nuevo León y San Luis Potosí, no son los únicos casos de los que se habla en los mentideros políticos. Se habla de otras entidades en las que los mandatarios estatales, acusados de corrupción, abusos y pillerías, podrían también pagar muy cara su osadía de abusar de sus cargos y de quienes los llevaron al cargo. No estamos muy lejos de que empiecen a develarse los velos y conocer los nombres y entidades de quienes han hecho mal uso de su cargo y de los dineros que, desde luego, no son de su propiedad. Tiempo al tiempo.

Gracias por recibirnos. Sus comentarios son bien recibidos en nuestro correo electrónico hipódromo.politico@gmail.com. Y también estamos en twitter @ccortesgarcia.

 

Opinión

Zoé Robledo Aburto ya cavó su tumba

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El funcionario federal cruzó la línea que nadie en el sector salud, ni de ningún orden de gobierno o dependencia debería siquiera atreverse a mirar. El director general del IMSS decidió minimizar la crisis que ellos provocaron y se burló del sufrimiento con una frase que exhibe la fractura moral y política en la que vive el siempre disfrazado de guerrillero barato: “la solución es no enfermarnos”.

La declaración refleja no solo la incapacidad técnica, sino el profundo desdén hacia millones de derechohabientes que todos los días enfrentan pasillos saturados, farmacias vacías, médicos exhaustos, negligencias documentadas y una maquinaria burocrática que trata la salud como un trámite y no como un derecho constitucional.

Los derechohabientes escucharon esta frase por todo el país como lo que es, una provocación. Una serpentina y confeti al ataúd de quienes entierran familiares porque el medicamento nunca llegó. Una ofensa a quienes ven deteriorarse a un ser querido en un hospital que se cae a pedazos mientras el director general presume un supuesto “97% de surtimiento”.

La realidad contradice cada una de sus palabras. Familias enteras recorren farmacias privadas para conseguir antibióticos, analgésicos, antihipertensivos o insulina. Los pacientes con cáncer se enfrentan a periodos de desabasto que comprometen sus tratamientos. Madres y padres pagan de su bolsillo lo que el Estado ya descontó de su salario. En el IMSS, las cifras son argumentos de escritorio; el dolor es de carne y hueso, y para Zoé, una carcajada.

Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quien sostiene a Robledo en el cargo lo hace con plena conciencia del daño y del mensaje que envía al país; la salud pública va a seguir administrándose con soberbia, simulación y desprecio hacia quienes dependen de ella. El director general del IMSS no solo deshonra la institución que dirige, también deshonra la memoria de quienes no sobrevivieron al abandono institucional, y de paso, se la lleva a usted y a todas entre su verborrea, porque aquí en México la presidenta con “a”, es la que manda, o qué, acaso es la débil de la que habló hace días  Andrés Manuel ¿será?

En la intimidad… Mientras tanto, en Tamaulipas, la indignación se multiplicó. El martes por la noche, los fieles al líder sindical del SNTSS, Jorge González Ortiz, coronaron el absurdo. Tomaron las instalaciones del Hospital General Regional No. 6 en Ciudad Madero para celebrar una posada y el encendido de un pino navideño con juegos pirotécnicos, en plena explanada del hospital.

Bloquearon accesos, impidieron el paso de camillas y sillas de ruedas, colocaron carros alegóricos y montaron un festejo que hubiera sido normal en una plaza pública, no en un hospital donde cada minuto puede significar la vida de un paciente. La derechohabiencia lo vivió como una burla. Una fiesta sindical mientras adentro se lucha por la salud y la vida.

Ese desorden ocurrió ante la burla a las autoridades civiles y militares, porque aseveran que existe un pacto de impunidad que sostiene al sindicato, a su líder y a quienes desde la oficina central del IMSS permiten estos atropellos, lo más grave, es que en los pasillos se comenta que el director de Protección Civil de Ciudad Madero, Ricardo Aguirre, podría ser removido. No por incompetencia, sino porque su superior, Erasmo González Robledo, presidente municipal de Ciudad Madero, es amigo cercano de Zoé Robledo Aburto. Y cuando los intereses sindicales chocan con el interés público, ya sabemos quién pierde.

El IMSS está lastimado. Lo hieren sus directores, lo hieren sus líderes sindicales, lo hieren quienes deberían cuidarlo. La indignación social no es una moda: es el grito acumulado de un México cansado de que la salud sea un privilegio para pocos y un suplicio para millones.

La noche de la posada en el HGR 6 de Madero fue un retrato exacto del deterioro institucional. El personal sindicalizado se entregó al festejo sin medir riesgos ni consecuencias.

Pirotecnia detonada a metros de pacientes, música a todo volumen, bloqueos improvisados.

Los familiares de los pacientes quedaron relegados, y quienes necesitaban pasar con sillas de ruedas o camillas tuvieron que esperar porque la prioridad no era la salud, claro,  era el lucimiento del líder sindical Jorge González Ortiz.

Lo ocurrido no fue una fiesta desmedida, fue una ofensa directa a los enfermos, a sus familias y a los trabajadores que sí cumplen con su deber.

Así funciona el IMSS de hoy en el Segundo Piso de la 4T con un director general que recomienda “no enfermarse” y un sindicato que celebra como si nada pasara.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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Opinión

Seguridad, inteligencia y la encrucijada

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La reciente baja en los homicidios dolosos en Tamaulipas no debe interpretarse como una estampita de triunfo o como esas estrellitas que pone en la frente de los niños la maestra del kinder, no, esas estadisticas se deben asumir como una tregua frágil que exige inteligencia real, reformas quirúrgicas y un entendimiento profundo de cómo muta la criminalidad en el noreste de México.

Entre enero y octubre de 2025, la entidad redujo en 43.2 por ciento su promedio diario de asesinatos. Un descenso significativo, sí, pero que no necesariamente refleja desarticulación criminal, sino ajustes tácticos, reacomodos y nuevas formas de operar. La violencia dejó de anunciarse con estruendo; ahora se mueve con sigilo, logística, drones, uno que otro coordinador de la policía estatal de la Secretaría de Seguridad Pública.

Por eso es que el gobernador Américo Villarreal Anaya no dudó en declarar que su administración mantendrá y ampliará la inversión en sistemas de inteligencia, acompañada de modificaciones legales que buscan cerrar espacios de impunidad. Son movimientos necesarios. La tipificación del simple hecho de portar ponchallantas y la prohibición para que chatarrerías reciban cobre sin acreditar origen apuntan a desmantelar engranajes que facilitan otros delitos, pero además, es un duro golpe a las finanzas delincuenciales.

Pero el desafío no está en las leyes, sino en su ejecución. Tamaulipas enfrenta un crimen organizado que ya no solo controla territorios, aunado a ello, administra economías paralelas, compra voluntades y se infiltra en mercados aparentemente inocuos. Los decomisos recientes de drones utilizados por grupos criminales exhiben que la disputa territorial ahora tiene componentes tecnológicos que requieren una inteligencia más sofisticada que el simple patrullaje, y qué decir de la banda de hampones que tenia un call center para extrosionar desde el CEDES Reynosa, en fin.

La Mesa de Seguridad, el enlace con el Congreso y la interlocución con el diputado Humberto Prieto Herrera pueden acelerar los ajustes normativos, pero el verdadero camino es más profundo todavía; se trata de cortar el financiamiento criminal, blindar los mercados vulnerables, reforzar capacidades municipales y profesionalizar cuerpos policiales que todavía dependen más de la intuición que de la analítica, por eso mismo, el estulto que pretenda municipalizar las policias no es más que un emisor de la delincuencia, y si no lo es, eso indican sus intenciones.

Bajar la incidencia es un logro, pero, mantener la gobernabilidad, un reto que no cualquiere puede en Tamaulipas, y sobre todo, construir paz es la  gran deuda de todos.

 En la intimidad… Mientras la agenda pública gira en torno a drones, normativas y mesas de seguridad, lejos de los reflectores el rector Dámaso Anaya Alvarado empuja una transformación igual de importante, aunque menos estridente, “El Plan de Cultura de Paz 2026”, de la Universidad Autónoma de Tamaulipas.

Talleres en facultades, diagnósticos participativos y la mano directa de la Defensoría de los Derechos de los Universitarios están delineando un documento que busca algo que el sector público suele olvidar: escuchar primero, actuar después.

La UAT quiere fortalecer la convivencia, asegurar entornos libres de violencia, atender la salud emocional y reforzar una cultura de igualdad y no discriminación. Es un movimiento lento, académico, profundamente humano, pero necesario para cualquier estado que aspire a consolidar paz más allá del discurso.

A veces, mientras la seguridad se discute en mesas estratégicas, la paz verdadera se está construyendo en un salón de clases.

Por cierto, ahora si que se pusieron de acuerdo porque la tercera de los Villarreal, me refiero a la Presidenta Municipal de Tampico, Mónica Villarreal Anaya, encabezó este lunes la Ceremonia Cívica de Honores a la Bandera en la Escuela Secundaria General No. 4 “Andrés Araujo Araujo”, donde además dio inicio la segunda etapa del Programa “Salud Socioemocional”, iniciativa orientada a fortalecer el bienestar emocional y la sana convivencia entre estudiantes.

La alcaldesa destacó la importancia de dar continuidad a este programa, impulsado por el Ayuntamiento de Tampico en coordinación con la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (FADYCS) de la UAT, con el apoyo de estudiantes de la Licenciatura en Psicología.

“Estamos convencidos de que el bienestar emocional de nuestras y nuestros jóvenes es fundamental  para construir una ciudad más unida, empática, y con mejores oportunidades. Por eso, este programa beneficiará a un promedio de 8, 144 alumnos y ampliando su cobertura a 638 docentes de trece secundarias publicas de nuestro municipio», expresó.

La autoridad municipal reiteró el compromiso de su administración con la educación, señalando que se continúa apoyando a las escuelas en necesidades como equipamiento de aires acondicionados e impermeabilización, al considerar que la educación es clave para el desarrollo de Tampico.

En su intervención, la directora de la FADYCS, Dra. Elda Ruth de los Reyes Villarreal, subrayó que se está brindando atención integral a la salud mental desde la adolescencia hasta la etapa adulta, y que Tampico es el primer municipio en recibir este programa, con la intención de extenderlo posteriormente a otras localidades.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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Opinión

AMLO vuelve con Grandeza

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Por: Zaira Rosas
zairosas.22@gmail.com
Andrés Manuel López Obrador vuelve a los titulares, pero no solo como una figura política ni como el ex presidente de México. Vuelve como escritor con la obra titulada “Grandeza”, el primero de una serie dual, cuya continuación se titulará “Gloria”. Podríamos hablar de su ejercicio literario en sí, sin embargo, más allá de su contenido, ha reactivado conversaciones sobre su presencia pública y sobre los temas que siempre han atravesado su discurso: la identidad nacional, las raíces

indígenas y la disputa constante por la narrativa política del país.

El regreso de AMLO, marca el escenario nacional, en medio de fuertes cuestionamientos al poder, movimientos nuevos surgiendo desde la inconformidad, no es casualidad que reitere su proceso de jubilación, pero también el constante apoyo al mando en turno, pues sostiene que volvería a las calles si la soberanía o la democracia se vieran amenazadas o para defender a Sheinbaum

de un golpe de Estado.

Lo primero que salta a la vista es que López Obrador vuelve uniéndose a una larga tradición de políticos que escriben para interpretar su paso por el poder. Sin embargo, en su caso, la intención parece ir más allá del balance gubernamental. Desde el título mismo, “Grandeza” apunta a la búsqueda de un relato sobre México que reivindique la fuerza moral del pueblo, especialmente de aquellos que han sido históricamente invisibilizados. Aquí, AMLO retoma uno de los ejes centrales de su discurso: la reivindicación de los pueblos indígenas como base ética y cultural del país.

Este punto merece detenernos. México presume su diversidad cultural, pero la mayoría de sus políticas, instituciones y espacios de visibilidad siguen operando desde parámetros occidentales. AMLO insiste en mirar hacia las raíces indígenas no solo como un acto de reconocimiento, sino como una apuesta de futuro. La pregunta es si esta insistencia realmente se traduce en políticas transformadoras o si queda en el terreno simbólico. Lo cierto es que, en un país que suele desplazar a los pueblos originarios a un plano folclórico, cualquier llamado a asumir su vigencia política y cultural es necesario, incluso cuando viene acompañado de controversias.

La visibilidad de las culturas indígenas hoy importa porque pone en tensión  nuestra forma de entender el desarrollo. En tiempos en los que seguimos midiendo el progreso por indicadores económicos, recordar que existen otras formas de organización social, otras maneras de relacionarnos con la tierra y otras narrativas de comunidad, resulta un gesto revolucionario. Este recordatorio, aunque provenga de una figura política, con un posicionamiento claro de izquierda, tiene fuerza simbólica y debería ser tomado en cuenta por cualquier administración presente o futura.

Poner atención a las culturas y pueblos indígenas es centrarnos también en el origen de México, pues la cosmovisión de cada cultura también abre panoramas de diálogo hacia nuevas formas de organización e incluso de autocuidado. Estas perspectivas nos ayudarían a vislumbrar otras maneras de llevar a cabo lo que hoy entendemos como progreso.

Ahora bien, ¿qué significa políticamente la aparición de AMLO en este momento? Su libro funciona como un recordatorio de que sigue ahí, observando, opinando, moldeando. No es un ataque directo a la gestión actual, pero tampoco un retiro silencioso. Para algunos, su regreso complica la consolidación del nuevo liderazgo político; para otros, su presencia garantiza que la agenda social que impulsó no se diluya. Lo cierto es que su figura aún moviliza emociones, tanto de respaldo como de rechazo, y en un país donde la percepción pesa tanto como la estructura, eso tiene impacto.

En última instancia, “Grandeza” y la reaparición de AMLO nos recuerdan que México sigue en disputa: por su narrativa histórica, por su identidad cultural y por el rumbo político que debe asumir. Y quizás esa sea la parte más valiosa de este regreso: obligarnos a mirar de frente nuestras raíces y preguntarnos si, como país, estamos listos para construir grandeza en plural, no solo en discurso.

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Opinión

Tampico al rescate de Tamaulipas… la que sigue 

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Tampico volvió a dar un paso adelante donde el resto del estado sigue sin avanzar. Mientras los 43 municipios de Tamaulipas enfrentan los mismos embates climáticos —olas de calor más intensas, pérdida de áreas verdes y una presión creciente sobre los ecosistemas urbanos— solo uno decidió asumir el reto con la seriedad que exige la crisis ambiental: Tampico. Y detrás de esa determinación hay un nombre que en Morena comienza a convertirse en referente obligado cuando se habla de políticas públicas verdes: Mónica Villarreal Anaya.

El programa de reforestación y arborización que impulsa su administración no solo es el más ambicioso en la entidad; es el único con un diseño técnico, operativo y cartográfico que permite intervenir con precisión zonas críticas de calor. Tampico está haciendo lo que no hace ningún otro municipio de Tamaulipas. Y lo está logrando sin haber destinado recursos públicos directos. La Secretaría de Obras Públicas, Desarrollo Urbano y Ecología lo confirma con números que ya no son promesas, sino resultados verificables.

José Rogelio Ontiveros Arredondo, titular de la dependencia, sintetizó el alcance de la estrategia: no se ha invertido un solo peso del erario y aun así se han plantado 5 mil 100 árboles en 30 hectáreas distribuidas en medio centenar de colonias. El avance fue posible por donaciones, convenios y la producción constante del vivero municipal, una pieza que hoy funciona como la columna vertebral del proyecto ambiental de la ciudad.

La infraestructura verde que está levantando Tampico no surge por inercia. Desde el arranque de la administración, el vivero ha producido 160 mil semillas, 19 mil plántulas propias y 8 mil más derivadas de un convenio con Grupo México. En total, 27 mil plántulas que han comenzado a poblar 12 plazas y parques. A ello se suman 2 mil 193 especies donadas, 350 árboles aportados por particulares y 162 entregados por asociaciones civiles. El tejido social se activó porque el municipio generó una ruta clara y un objetivo tangible.

La estrategia tiene un fundamento técnico inédito en el estado. Ontiveros Arredondo lo explicó con claridad: Tampico es el único municipio de Tamaulipas que ha logrado identificar y delimitar formalmente sus áreas de calor urbano, un diagnóstico que permite intervenir con rapidez en zonas donde el asfalto, la infraestructura y la falta de sombra vegetal elevan drásticamente la temperatura.

Cuatro sectores concentran los puntos más críticos: la zona de aterrizaje del aeropuerto internacional Francisco Javier Mina; el Mercado Gastronómico del Mercado Municipal; la Ciudad Deportiva; y el sector El Zapote, cercano al basurero municipal. Estas áreas, por su composición urbana, absorben y liberan calor con mayor lentitud, intensificando el impacto térmico sobre la población. Contar con este análisis permite actuar donde realmente hace falta.

Pero lo más relevante es el salto tecnológico que Tampico decidió dar. El municipio seguirá utilizando imágenes del satélite Landsat 8, operado por la NASA y el Servicio Geológico de Estados Unidos. Las lecturas multiespectrales e infrarrojas captadas cada 16 días por los sensores OLI y TIRS permiten monitorear la temperatura superficial, la evolución de la vegetación y los cambios en el uso de suelo con un nivel de precisión que normalmente solo se observa en programas federales o estatales, no en gobiernos municipales.

Mónica Villarreal Anaya instruyó mantener el monitoreo constante y ampliar las intervenciones en colonias con déficit de áreas verdes. Esa decisión coloca a Tampico en una ruta distinta: una ciudad que no improvisa, que no simula, que entiende que el cambio climático no admite discursos huecos ni acciones aisladas.

En la política tamaulipeca, donde los temas ambientales suelen diluirse entre prioridades de coyuntura, Villarreal Anaya se ha posicionado como la figura de Morena que realmente convierte el discurso verde en política pública medible. Mientras otros municipios siguen debatiendo sus propias inercias, Tampico ya trabaja con ciencia, datos, satélites, viveros y participación ciudadana.

El estado necesita más liderazgo climático. Y hoy, guste o incomode, ese liderazgo tiene nombre, origen y municipio. Tampico está marcando la pauta. Y Mónica Villarreal Anaya se ha convertido en la voz más consistente dentro de su partido en defensa del medio ambiente y del futuro que nos urge construir.

En la intimidad… Lo más triste es que ella cree que es la que manda. “Puso” a Ernestina Godoy en lugar de Alejandro Gertz Manero. 

Todo mal, y lo peor, es que las embarra a todas con “A”.

davidcastellanost@hotmail.com

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