En la icónica colonia Petrolera, los residentes alzan la voz ante el crecimiento descontrolado de comercios, clínicas y construcciones que amenazan su calidad de vida.
Congestión vial, inseguridad, saturación de servicios y ruido constante son problemas que, según los vecinos, podrían evitarse si la alcaldesa Mónica Villarreal interviene directamente con un recorrido para constatar las irregularidades en los permisos otorgados.
La colonia Petrolera, una de las más tradicionales de Tampico, fue diseñada como un espacio residencial para familias que, durante generaciones, han forjado su vida en este sector privilegiado.
Sin embargo, el auge de comercios, clínicas, bares y casas de renta por día está transformando su esencia, generando caos y preocupación entre los habitantes.
En entrevista, Alberto Drago González, tesorero de la Asociación de Vecinos de la Colonia Petrolera A.C., explicó los problemas que enfrentan a diario.