Opinión

Al delegado de la FGR ni lo pelaron

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La violencia en México dejó de ser un episodio aislado hace mucho tiempo. Este cuatrote de agosto, el crimen organizado nuevamente estrujó las entrañas del poder federal con el asesinato del delegado de la Fiscalía General de la República en Tamaulipas, Ernesto Cuitláhuac Vázquez Reyna. Omar, ese sí fue un atentado directo y brutal que sacudió de verdad a la ciudadanía y, sin embargo, no logró provocar un mínimo gesto de humanidad en la jefa del Estado mexicano.

Durante la llamada mañanera del pueblo, la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, fue cuestionada por Claudia Guerrero, corresponsal del periódico Reforma sobre este hecho que golpea directamente al Gabinete Nacional de Seguridad coordinado por Omar García Harfuch. La respuesta fue institucional, distante y evasiva. Dijo que el tema lo atendería el gabinete y que ella no habló con el gobernador de Tamaulipas porque ya lo había hecho el titular de Seguridad Pública. No hubo una sola palabra para la familia del funcionario asesinado. No hubo un llamado a la justicia. No hubo condena.

Este tipo de omisiones reiteradas en la narrativa presidencial no pueden seguir normalizándose. No es la primera vez. Ya ocurrió con la maestra jubilada en Veracruz, cuya muerte —violentamente registrada— fue minimizada por Rocio Nahle García, la “gobernadora” del estado y por la propia presidenta, que tampoco emitió un mensaje contundente ni al país ni a la familia de la víctima.

Tamaulipas no es un estado más, este pedazo de tierra también es México. Su ubicación lo convierte en pieza clave para la seguridad nacional, el tránsito de mercancías, la movilidad migratoria y la gobernabilidad en la frontera norte. El silencio desde Palacio Nacional, frente a un crimen que ataca directamente al aparato de justicia federal, erosiona no solo la imagen del gobierno, sino la esperanza de millones de ciudadanos que todavía creen en el Estado como garante de paz y legalidad.

Doña Claudia, señora científica, esposa y madre de familia. Presidenta; la indiferencia institucional exhibe la peligrosa fractura entre el discurso de transformación y la dura realidad que enfrentan cada día los mexicanos, en especial los tamaulipecos, que han aprendido a vivir entre la impunidad y el abandono.

La Oficina de la Presidencia no debe guardar silencio. No frente a este crimen. No frente a Tamaulipas. No frente al país.

Los gestos, las palabras y la actitud presidencial tienen peso. Ignorar eso es jugar del lado equivocado de la historia.

En la intimidad… Tras el exitoso arranque de operaciones del Puerto del Norte en Matamoros, el secretario de Desarrollo Energético de Tamaulipas, Walter Julián Ángel Jiménez, afirmó que este avance permitirá a la entidad mejorar su suficiencia energética.

“El Puerto del Norte nos va a permitir mejorar nuestra seguridad y nuestra suficiencia energética al establecer nuevas condiciones en el comercio del mercado de los petrolíferos, de los petroquímicos y de los insumos básicos para la generación de energía eléctrica”, declaró.

El funcionario estatal reconoció el liderazgo del gobernador Américo Villarreal Anaya, cuya visión estratégica ha permitido rescatar este puerto olvidado, ahora convertido en un eje logístico clave para el desarrollo económico y energético de México.

Ubicado en la zona más septentrional del Golfo de México, este puerto proyecta a Tamaulipas como un nodo energético y comercial, fortaleciendo su conexión con mercados internacionales y consolidando su papel como frontera energética del país.

davidcastellanost@hotmail.com

@dect1608

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