Este fin de semana pasado se confirmó la muerte de Al Waleed bin Khaled, miembro de la realeza saudí, conocido como el “Príncipe Durmiente”. Permaneció en coma durante más de dos décadas tras un trágico accidente automovilístico en 2005. Su historia, marcada por la lucha y la esperanza, conmovió al mundo árabe, convirtiéndose en un símbolo de resiliencia para familias en situaciones similares. Según diversos medios de comunicación la noticia generó una ola de condolencias en redes sociales hacia la familia real saudí.
El caso del “Príncipe Durmiente” destacó por su impacto emocional, inspirando debates sobre cuidados médicos y fe. Tras 20 años de espera, su fallecimiento cierra un capítulo que tocó millones de corazones.