En un mundo donde las diferencias se multiplican y la inequidad sigue marcando la pauta en muchos aspectos de la vida cotidiana, el compromiso con la inclusión debe ser no solo una política pública, sino una obligación ética y moral de la sociedad en su conjunto. En ese contexto, las recientes actividades del Mes de la Educación Especial e Inclusiva, encabezadas por la Dra. Luz Adriana Villarreal Anaya, Presidenta del Sistema DIF Tampico, marcan un paso más hacia la construcción de una sociedad verdaderamente integradora.
El evento celebrado en el Centro de Rehabilitación Integral (CRI) Tampico, bajo el lema «Un mes de inclusión: Uniendo corazones y mentes», no solo fue una muestra de la capacidad artística de los pacientes del CRI, sino también un claro recordatorio de que la discapacidad no es sinónimo de incapacidad, sino que son las barreras sociales las que limitan el potencial de las personas. Como señaló la Dra. Villarreal, «no hay discapacidades, lo que hay son barreras de carácter social». Este mensaje, que resuena con fuerza, invita a reflexionar sobre las estructuras sociales que aún marginan a aquellos que no se ajustan a la norma establecida por una sociedad muchas veces cerrada y excluyente.
Los pacientes del CRI no solo compartieron sus talentos artísticos, sino que también ofrecieron un testimonio vivo de cómo la inclusión y la diversidad enriquecen a toda la comunidad. Más allá de sus limitaciones, estos jóvenes y adultos nos muestran que la verdadera riqueza de una sociedad no reside en la uniformidad, sino en la capacidad de abrazar la diferencia y transformarla en una fortaleza colectiva.
El hecho de que la Dra. Villarreal reconozca el esfuerzo del personal del CRI en su labor diaria refuerza la importancia de la atención especializada y el trato digno hacia las personas con discapacidad, tanto temporal como permanente. El CRI, según sus palabras, «es la casa de todos», lo que implica un enfoque de atención integral y humana, y un compromiso tangible con cada una de las personas que se acerca en busca de apoyo.
Sin embargo, como también lo subrayó la presidenta del DIF, la tarea no está completa. La construcción de una sociedad inclusiva es un desafío de todos. Desde las políticas públicas hasta la forma en que interactuamos en la vida cotidiana, cada acción cuenta en la lucha por derribar las barreras físicas, psicológicas y sociales que aún persisten. Si bien el CRI cumple un papel fundamental en la atención, es esencial que la inclusión se convierta en una realidad más allá de las paredes de sus instalaciones.
El compromiso de la Dra. Villarreal de seguir promoviendo mayor igualdad e integración social debe ser un recordatorio constante de que todos somos responsables de eliminar las barreras que impiden el pleno desarrollo de las personas con discapacidad. Si logramos entender que la inclusión no es un favor ni una moda, sino una necesidad imperiosa para el bienestar de la sociedad, estaremos un paso más cerca de construir un país donde la justicia y la equidad no sean aspiraciones, sino realidades tangibles.
En un momento histórico donde los avances sociales a menudo se miden por la inclusión y la equidad, iniciativas como la del Mes de la Educación Especial e Inclusiva son cruciales. No solo porque dan visibilidad a una causa que ha sido por mucho tiempo ignorada, sino porque reflejan la fuerza de una sociedad que, a pesar de sus fallos y desigualdades, está decidida a transformar la manera en que concibe a la discapacidad y, con ello, a sus propios valores humanos.
La transformación que necesitamos está en nuestras manos. Ahora, más que nunca, es momento de trabajar unidos para que la inclusión deje de ser un esfuerzo aislado y se convierta en el principio rector de nuestras comunidades.
En la intimidad… A partir de esta semana dio inicio la recepción de documentos e información para entrevistas para aquellas mujeres interesadas en participar en el curso de capacitación que impartirá la empresa de transporte URBAN en el Centro Cultural Bicentenario, con el propósito de certificarse como operadoras del volante.
La directora general de la Mujer, Lilia Edith Álvarez Aldape, señaló que esta actividad forma parte del convenio de colaboración entre el Ayuntamiento de Ciudad Madero y URBAN, en coordinación con la Comisión del Transporte y la oficina a su cargo.
Asimismo, agregó que a la fecha están registradas aproximadamente 30 mujeres interesadas en certificarse como conductoras de taxis, combis, microbús y camión.
La funcionaria municipal comentó que la capacitación dura máximo 30 días y será pagado con el salario mínimo, añadiendo que al concluir la certificación serán contratadas por la compañía de transporte de pasajeros.
Los requisitos son: edad de 22 años o más, acta de nacimiento, CURP, RFC, licencia de manejo vigente, comprobante de domicilio, elaborar solicitud de empleo, evaluación psicológica por parte de la Dirección General de la Mujer.
Además por parte de URBAN, deberán aprobar examen médico, examen oftalmológico y examen de manejo.
Álvarez Aldape indicó que las interesadas pueden acudir a la Dirección General de la Mujer, ubicada en el Centro Cultural Bicentenario, en calle Niños Héroes 405 colonia Carrillo Puerto o se pueden comunicar a los teléfonos 833-357-03-89 y 833-357-03-90.
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