Al noreste de México, la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) se ha transformado en un referente de dinamismo y modernidad, gracias a la impronta del rector Dámaso Anaya Alvarado.
Este fin de semana, la Cabalgata de la Amistad 2025 no solo fue un homenaje a las tradiciones ecuestres, sino también un claro reflejo de un liderazgo que no deja de ganar fuerza en la comunidad universitaria.
El evento, que reunió a estudiantes, académicos y ciudadanos en una jornada llena de camaradería, resaltó lo que parece ser una de las cualidades más destacadas de Anaya: su habilidad para crear lazos. A lo largo de 10.5 kilómetros de recorrido, entre caballos, música tradicional y baile folclórico, el rector tuvo la oportunidad de dar a conocer su visión de unidad y pertenencia, algo que sin duda resuena con los que lo acompañan, pero también con los que lo observan desde la distancia política.
El evento estuvo organizado por la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) y la Facultad de Ingeniería y Ciencias (FIC), bajo la dirección de Flaviano Benavides y Vicente Paul Saldívar, quienes se unieron al recorrido, sumándose a un evento que sin duda fue mucho más que una simple cabalgata. Fue una oportunidad para cimentar alianzas y reforzar una imagen institucional con la que la UAT ha alcanzado nuevos niveles de notoriedad.
Pero aquí viene la pregunta que algunos no pueden evitar hacerse: ¿dónde está el límite entre ser un rector y ser un posible candidato? La verdad es que la figura de Anaya está ganando terreno de manera inevitable. En cada paso, en cada palabra, en cada actividad que impulsa, parece sembrar una semilla que crece rápidamente en la mente de muchos: este hombre tiene lo que se necesita para dar el siguiente paso en su carrera política.
Y no me malinterpreten, esto no es una crítica, sino una invitación a reflexionar sobre la velocidad de la cabalgata. Si bien la UAT ha logrado avanzar bajo la conducción de Anaya, me pregunto: ¿por qué no darle más velocidad a esa cabalgata? Si la política lo está llamando, como algunos parecen sugerir, que no se frene el paso. Que la cabalgata no sea solo un paseo institucional, sino que también se convierta en un manifiesto de acción, de compromiso, de energía renovada.
Los asistentes al evento, con su alegría y su entusiasmo, son la representación misma de lo que significa pertenecer a una institución que va más allá de las aulas: una comunidad viva, que respira y que se siente parte de algo más grande. Pero, si el rector realmente está considerando que el futuro de Tamaulipas es su próximo destino, esta cabalgata debe dar un salto, no solo en metros, sino también en velocidad política. En cada acción, la UAT está marcando la pauta. ¿Por qué no darle el mismo ritmo a su futuro?
Dámaso Anaya está claramente en el ojo del huracán, pero como rector ha mostrado ser capaz de avanzar con paso firme. Si el camino hacia la política se cruza con su destino, que no se quede en el trote, que acelere la marcha. Después de todo, en la política, como en la cabalgata, quien no va a paso rápido, se queda atrás.
Si la UAT es solo el primer paso, que esa cabalgata se convierta en el desfile hacia nuevos horizontes. Y si es en 2025, como la Cabalgata de la Amistad, mejor aún.
En la intimidad… El exgobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, informó Via Twitter que la INTERPOL, “destruyó” la ficha roja que había emitido en su contra.
¿Y ahora qué?
davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608