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Opinión

Víctimas entre la violencia y el silencio

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Por: Zaira Rosas
zairosas.22@gmail.com

Narrar algo que te interpela, que no entiendes su origen y que poco puedes
expresar, es doloroso para cualquier persona, hacerlo como mujer es doloroso y
sumamente difícil, porque durante décadas hemos cargado con una cultura
colectiva que nos responsabiliza de cualquier tipo de violencia y porque aún
siendo mujeres también creemos en esos micromachismos que durante décadas
hemos normalizado.
México es feminicida, es uno de los países con altos índices de violencia hacia las
mujeres, precisamente porque nos alarma un feminicidio, la desaparición de una
persona, pero poco hablamos del acoso callejero, del hostigamiento y el acoso
sexual que tristemente al menos una vez hemos enfrentado o enfrentará cualquier
mujer.
Y aún cuando las alarmas se encienden y hay miles de mujeres que se buscan, se
nos mata a plena luz del día, se nos violenta dentro y fuera del hogar, pero poco
pasa si en cualquier momento alguien puede cavar una fosa sin que parezca algo
extraño y desaparecer ahí a una mujer con sus dos hijos.
El problema no se reduce sólo a la violencia ejercida contra niñas y mujeres, sino
que se esparce a distintos puntos donde se replica afectando también a los
hombres por perpetuar estereotipos de género. Sin embargo, donde más golpea
es ante el silencio, por la falta de empatía y perspectiva de género ante
situaciones que comúnmente no proceden y se consideran menores.
Poco hablamos del shock en el que se encuentra una víctima ante cualquier
situación de violencia, del escaso conocimiento que tenemos al respecto cuando
no se trata de un daño físico visible o de algo que socialmente consideremos
digno de denuncia. Otra situación frecuente son los círculos en los que todas las
personas contribuimos aún de manera inconsciente al pedirle a alguien que piense
si verdaderamente fue eso lo ocurrido y si no hay un malentendido de las cosas.
Para ninguna víctima de cualquier abuso es sencillo relatar lo ocurrido, de ahí que
se popularizaran tanto las palabras de Giséle Pelicot cuando dijo “que la
vergüenza cambie de bando” porque uno de los principales motivos que impide
que alguien narre cualquier suceso es la vergüenza, sentir la responsabilidad de
acciones que no deberían recaer sobre la persona, pero generalmente se siente
por la falta de poder reaccionar ante los sucesos inesperados e incomprendidos.
¿Qué podemos hacer para fortalecer la denuncia? Más allá de trabajar en
erradicar la impunidad, a todas las personas nos corresponde fortalecer la
empatía, ser escuchas activas que sirvan como apoyo y orientación sin necesidad

de generar mayor presión. Las señales a veces son claras, pero normalizamos
tanto los comentarios que omitimos expresar el daño que generan también las
palabras o manipulaciones.
En lo anterior las redes sociales llevan una gran ventaja, sirviendo como una
extensa red de apoyo donde hemos descubierto que hay situaciones comunes que
no tendrían que ser normales, pero también hemos ido entendiendo que hay
vínculos poco sanos que probablemente construimos a través de fenómenos
culturales que actualmente no son del todo válidos. Es ahí donde nos
replanteamos incluso conceptos básicos como el amor y quizás entendemos que
terminan siendo más complejos de lo que imaginábamos.
Ante el silencio de los oprimidos alcemos la voz por todas la injusticias, ante la
tibieza tomemos bandos a favor de una construcción social propositiva y ante la
soledad y la duda que surgen de la violencia, tejamos nuevas comunidades donde
aprendamos nuevas perspectivas que nos recuerden nuestra dignidad humana
más allá del género.

Opinión

El poder no se presta, ni se comparte, ni se renuncia

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El poder que otorgan las urnas tiene un peso indelegable. No es título honorífico, ni bálsamo para repartir privilegios; es responsabilidad directa, decisión propia, liderazgo inequívoco. Cuando un personaje político lo confunde con un préstamo, lo comparte sin transparencia o lo cede a terceros ajenos al mandato, el electorado pierde, la juridicidad se resquebraja, y la historia juzga sin miramientos.

Francisco Javier García Cabeza de Vaca forjó su llegada al poder como primer panista en gobernar Tamaulipas, un estado complejo por su posición estratégica y su exposición al crimen organizado, tráfico ilegal y otros flagelos. Su gobierno acumuló aciertos: seguridad, inversiones, promoción energética. Pero su gran error personal fue permitir que su poder fuera “administrado” por otros, en particular sus hermanos. El público veía decisiones tomadas por figuras cercanas, pero no electas, decisiones que repercutían en lo político y lo público. Esa pérdida de mando directo cobró factura: la oposición, los morenistas, lo siguen usando como bandera, como ejemplo de un poder compartido mal entendido, que engendra impunidad y confusión.

María Magdalena Peraza Guerra, “la maestra”, es otro caso. En su primera administración municipal, como alcaldesa panista, tuvo una gestión reconocida —con fallas, como cualquier gobierno— pero con autoridad propia. En su segundo mandato, recargó muchas decisiones en su sobrino Luis Peraza Basáñez y en el tesorero Edgar Ánimas Del Ángel. No fueron electos para liderar, pero asumieron roles de poder ejecutivo informal. Cuando los errores cometidos por estos terceros se reflejan en resultados deficientes, la ciudadanía ve a la alcaldesa, no a ellos, como responsable. En su afán, quizá, de multiplicar apoyos o extender el control familiar, Peraza dejó de asumir directa y públicamente la responsabilidad de cada tropiezo. Eso le pasó factura. El pueblo no votó por los allegados, votó por ella.

Ejemplos hay muchos: Enrique Peña Nieto con Luis Videgaray; Vicente Fox Quesada con sus hijastros; Felipe Calderón y el peso de decisiones de otros; Andrés Manuel López Obrador, al final, siendo vehemente crítico, terminó defendiendo decisiones de colaboradores con conflictos o cuestionamientos profundos. En todos ellos se repite el patrón: cuando el titular del poder delega demasiado, cuando permite que quienes no fueron electos medien con el mando, se diluye la rendición de cuentas.

Ahora pienso en Tampico. En la alcaldesa Mónica Zacil Villarreal Anaya recae un momento histórico: ser la segunda mujer presidenta municipal de Tampico, con expectativas enormes, con ojos que la juzgarán como a pocas. Por ningún motivo debe compartir su poder, ni siquiera de broma, ni permitir que decisiones clave se tomen en despachos ajenos al suyo o mediadas por familiares, allegados, que no enfrentaron elecciones pero pueden terminar marcando la gestión.

Los aciertos y los errores quedarán inscritos bajo su nombre. No habrá exención. Lo bueno, si fue suyo, será reconocido; lo malo, también. No basta con articulados discursos ni promesas electorales; el liderazgo real se muestra en las decisiones propias, en la responsabilidad directa, en la capacidad de defender cada obra, cada servicio, cada política pública. Tampico merece autoridades que asuman, que se hagan cargo, que no permitan sombras ni intermediarios con poder real.

En la intimidad… Comparte el rector logros y proyectos con estudiantes de la Facultad de Derecho Victoria.
Al encabezar un recorrido en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales Victoria, el rector Dámaso Anaya Alvarado dialogó con estudiantes, docentes y directivos para informar sobre los logros recientes de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, y para escuchar las necesidades de la comunidad universitaria.

En la jornada ‘Un día con tu rector’, fue recibido por el director Edy Izaguirre Treviño y titulares de coordinaciones. Se mostró decidido a reforzar el proyecto institucional, generar mayores oportunidades para la juventud estudiantil.

Reafirmó compromisos con las licenciaturas de Derecho, Ciencias de la Comunicación, Negocios Internacionales y Turismo; con los posgrados y la investigación de la Facultad. También expuso logros académicos, científicos y de vinculación, incluyendo proyectos con el Gobierno del Estado, convenios con la UNAM, con universidades de España y Colombia. Se presentó el Congreso Internacional de Turismo y Gastronomía Rural AMESTUR 2026 que se realizará en Ciudad Victoria, 7 y 8 de mayo.

Durante su recorrido, visitó aulas, centro de cómputo, el centro gastronómico. Aprovechó para convivir con estudiantes, darles la bienvenida a los de nuevo ingreso, y motivarlos a aprovechar los servicios universitarios. Mostró interés en conocer directamente sus inquietudes, y dejó claro que crecimiento institucional en matrícula y diversificación de oferta siguen siendo ejes de su gestión.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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Opinión

Dámaso y el músculo sindical

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La firma del Contrato Colectivo de Trabajo 2025 entre la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) y el Sindicato Único de Trabajadores (SUTUAT) no es simplemente un acto administrativo, sino un mensaje político, institucional y de gobernabilidad interna. El rector Dámaso Anaya Alvarado, al estampar su firma junto con la del secretario general sindical José Luis Castañón Ramos, no sólo selló un documento, selló también un compromiso que le asegura estabilidad operativa a la Universidad y certeza laboral a su planta trabajadora.

En el papel se habla de mejoras salariales, prestaciones y condiciones laborales. Pero en la realidad, lo que se refrenda es un pacto de confianza mutua que permite a la administración central de la UAT mantener una relación directa, sin fracturas, con la estructura sindical, tan influyente como necesaria para el buen curso académico y administrativo de la institución.

La inclusión del secretario de Trabajo y Conflictos del SUTUAT, Juan Gabriel Puga Limón, así como de representantes sindicales de las zonas norte, centro, sur y Mante, no es menor. Fue una firma respaldada por toda la estructura territorial del sindicato, lo que fortalece aún más la imagen de unidad que el rector busca proyectar en su gestión. Junto a su equipo de colaboradores —María Concepción Placencia Valadez, Eduardo García Fuentes, Ismael Quintanilla Acosta y Jesús Francisco Castillo Cedillo—, Dámaso Anaya dejó claro que la rectoría no improvisa, y que hay planeación y rumbo en la conducción de la universidad.

Este tipo de acuerdos son, además, parte de una estrategia más amplia: blindar a la UAT de conflictos internos en momentos donde el país y el estado avanzan en procesos de transformación política, educativa y social. Lo que pasa en la universidad pública más importante de Tamaulipas siempre tiene repercusiones fuera de sus aulas, y el rector parece tenerlo muy claro.

En la intimidad… A la mitad del camino de su gobierno, Américo Villarreal Anaya no sólo mantiene el rumbo, sino que reafirma una conducción de Estado basada en principios de justicia social, respeto a los derechos humanos y una visión profundamente humanista. Su mensaje, reciente y firme, da cuenta de un liderazgo sereno, pero decidido, con resultados tangibles que han impactado la vida pública de Tamaulipas.

No es menor haber reducido los delitos de alto impacto en más del 50 por ciento. No es casualidad que la pobreza extrema haya disminuido como no se había visto antes en la historia del estado. No es retórica el decir que Tamaulipas ha recuperado su lugar en el escenario nacional gracias a finanzas sanas, infraestructura estratégica y políticas públicas con rostro humano.

Américo ha devuelto a la política su sentido ético. Hoy en Tamaulipas se respira una gobernanza distinta, donde las instituciones están al servicio de la ciudadanía y donde las decisiones se toman con responsabilidad social, no desde la imposición ni el autoritarismo. Su administración ha sumado a todos los sectores, ha respetado la pluralidad y ha puesto énfasis en los que menos tienen, sin simulaciones.

El acompañamiento del Poder Judicial y el Poder Legislativo en su reciente informe es un símbolo de equilibrio republicano, y la mención de Claudia Sheinbaum como la primera presidenta de México no fue un gesto político, fue un acto de coherencia ideológica con el proyecto nacional de transformación.

Tamaulipas tiene rumbo. Tiene liderazgo. Y tiene gobernador. Uno que, lejos del espectáculo, trabaja. Uno que, en silencio, ha comenzado a reconstruir el pacto social, devolviendo dignidad, paz y esperanza a un pueblo que por años fue rehén de intereses ajenos al bien común.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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Justicia bajo voto, democracia bajo sospecha

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Los Estados Unidos Mexicanos, se tambalean; la república parece estar en peligro. El estado de derecho, llora -desconoce si es de alegría o tristeza-.

Al mismo tiempo Tamaulipas acaba de escribir una nueva página en su historia. En un acto inédito y sin precedentes en el país, el gobernador Américo Villarreal Anaya atestiguó la toma de protesta de 147 juezas, jueces, magistradas y magistrados que ahora integran un nuevo Poder Judicial, surgido del voto directo y “secreto” del pueblo.

El discurso oficial califica este suceso como un parteaguas, como la consolidación de una nueva era de legalidad y justicia, donde los tres Poderes del Estado gozan —al fin— de legitimidad democrática.

El mandatario estatal no escatimó en palabras al hablar de refundación histórica, fortaleza institucional y del entrelazamiento entre ley y justicia. Incluso afirmó que Tamaulipas ha hecho lo correcto al ser pionero en someter el Poder Judicial al escrutinio ciudadano, un paso que pocos estados del país se han atrevido a dar.

Pero entre las ovaciones, el aplauso fácil y la narrativa del cambio, persiste una sombra que muchos prefieren ignorar. La alineación entre los tres poderes del Estado —ejecutivo, legislativo y ahora judicial—, más que fortalecer la democracia, levanta sospechas sobre la verdadera independencia de la justicia en México, y Tamaulipas.

Es preocupante cuando quienes deben vigilarse entre sí operan en sintonía política y económica. En este nuevo entramado, el diputado Humberto Prieto Herrera, presidente de la Junta de Gobierno del Congreso y quien tomó protesta a las y los juzgadores, comparte una alianza política con el propio gobernador. Este dato, no puede ni debe ser ignorado en una lectura objetiva de la coyuntura, ahora, el legislador está en una vitrina más amplia y robusta, una que va más allá de un cargo municipal.

Mientras tanto la nueva magistrada presidenta Tania Gisela Contreras fue enfática en su compromiso de no tolerar corrupción ni impunidad, y sostuvo que el nuevo Tribunal de Disciplina será implacable. Sus palabras, aunque contundentes, tienen que ser respaldadas con acciones sostenidas en el tiempo, especialmente ahora que el Poder Judicial se convierte en actor principal dentro de un esquema que más bien parece un sistema cerrado de lealtades políticas.

La participación ciudadana en la elección de los juzgadores es sin duda un ejercicio novedoso. Sin embargo, cuando la estructura misma que facilita esa participación está dominada por los mismos intereses que gobiernan desde el poder ejecutivo y el legislativo, se pierde el equilibrio. La legitimidad, como bien advirtió el propio Humberto Prieto, no es un privilegio, es una responsabilidad que debe ejercerse con independencia, no con obediencia al poder que la posibilitó.

Este nuevo Poder Judicial arranca su vida con el peso de una gran expectativa, pero también con el miedo legítimo de quienes ven cómo el Estado de Derecho podría haber sido sustituido por el derecho del Estado. Porque cuando los tres poderes se alinean bajo una sola voluntad, la democracia se convierte en un trámite, y la justicia en un espejo de quien la ejerce, no de quien la necesita.

En la intimidad… En medio de los ecos políticos y el nuevo rediseño institucional en Tamaulipas, la Universidad Autónoma de Tamaulipas sigue trabajando desde el territorio. En su reciente gira de trabajo en la Facultad de Enfermería de Nuevo Laredo, el rector Dámaso Anaya Alvarado firmó un convenio con el Sistema DIF de este municipio, encabezado por Claudette Canturosas Villarreal.

El acuerdo permitirá que estudiantes de Enfermería realicen prácticas profesionales en centros comunitarios, estancias infantiles y programas de salud, fortaleciendo su formación académica y humana. Durante su visita, el rector recorrió las instalaciones, conversó con estudiantes, personal docente y grupos estudiantiles involucrados en proyectos de salud comunitaria.

El programa “Un día con tu rector” se ha convertido en una ventana de diálogo directo con la comunidad universitaria. La Facultad de Enfermería en Nuevo Laredo destaca por su sólida planta docente, proyectos de responsabilidad social y programas que integran a los jóvenes en actividades que impactan positivamente a la comunidad.

Este tipo de iniciativas académicas muestran que aún existen espacios donde el compromiso social se mantiene vivo, y donde la formación de profesionales se vincula directamente con el bienestar de las familias tamaulipecas. Mientras en los altos círculos del poder se reconfiguran los equilibrios, en las aulas y laboratorios de la UAT se construye, silenciosamente, el futuro del estado.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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La certeza jurídica también es bienestar

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Tampico comenzó a convertirse en el municipio que sabe a dónde VA. La más reciente muestra se dio en la Trigésima Séptima Sesión Ordinaria de Cabildo, donde se aprobaron acuerdos con visión de futuro, orientados a fortalecer el patrimonio municipal y garantizar el uso adecuado de los espacios públicos en beneficio de la ciudadanía.

Bajo la conducción de la alcaldesa Mónica Villarreal Anaya, se autorizó la celebración de un contrato de comodato con la Oficina de Representación Estatal de la Coordinación Nacional de Becas para el Bienestar, con vigencia hasta 2027. Esta decisión no solo refleja sensibilidad social, sino también una gestión pública que apuesta por la educación como vehículo de transformación.

Pero lo más relevante fue la desincorporación y donación de dos predios municipales al INFONAVIT y al IMSS. Esto representa un paso decisivo para impulsar el desarrollo habitacional y fortalecer los servicios de salud. Es decir, el municipio deja de ser un simple administrador del territorio para convertirse en un agente activo del desarrollo urbano y humano.

Aquí es justo reconocer el trabajo técnico, discreto pero fundamental, de Carlos García Porres y su equipo. Aunque los reflectores apuntan a la alcaldesa, quien encabeza con firmeza y compromiso estos procesos, detrás hay un equipo operativo que entiende la importancia de otorgar certeza jurídica a los bienes del municipio. Y es en ese marco donde García Porres ha dado muestra de profesionalismo, visión administrativa y orden patrimonial.

En esta sesión, también se incorporaron diversos espacios educativos, sociales y comunitarios al patrimonio municipal: un jardín de niños, un parque, una iglesia y la Casa del Adulto Mayor, entre otros. Dejar en claro la propiedad legal de estos predios no es una cuestión burocrática; es, ni más ni menos, asegurar que su destino será siempre el servicio a la ciudadanía.

La alcaldesa informó que ya son 28 los predios municipales que cuentan con escrituras: plazas, parques, el Mercado Municipal, el Cementerio, espacios deportivos y múltiples áreas verdes. Esto significa que Tampico no solo protege sus espacios, sino que los consolida como parte de su identidad y patrimonio colectivo.

Este tipo de acciones permiten, como bien lo dijo Mónica Villarreal, ordenar, proteger y dar certeza legal a espacios de uso social y comunitario. Porque cuando un predio tiene escrituras a nombre del municipio, no hay manera de que el beneficio se desvíe; se garantiza su conservación, su cuidado y su uso correcto. Esa es la diferencia entre una administración reactiva y una con rumbo.

En estos tiempos donde los gobiernos locales andan preocupados por sus campañas financiadas por dinero ilícito, lo que ocurre en Tampico es un recordatorio de que sí se puede trabajar con orden, estrategia y responsabilidad. El desarrollo no siempre está en las grandes obras visibles; a veces, está en los procesos internos que consolidan el rumbo de una ciudad.

En la intimidad… La comunidad universitaria de Nuevo Laredo vivió una jornada especial con la visita del rector de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), Dámaso Anaya Alvarado.

Acompañado de la presidenta municipal Carmen Lilia Canturosas Villarreal, encabezó la ceremonia de honores a la bandera y entregó la nueva techumbre en la Facultad de Comercio, Administración y Ciencias Sociales.

La obra no solo embellece el campus, también lo transforma. Con esta nueva infraestructura, más de 2 800 estudiantes contarán con un espacio digno para actividades académicas, culturales, deportivas y cívicas. El rector lo dijo claro: esta techumbre es un símbolo de lo que se puede lograr con colaboración institucional.

Carmen Lilia Canturosas, firme en su compromiso con la educación, reiteró su respaldo a la UAT. Reconoció el liderazgo de Anaya Alvarado, quien ha sabido conducir a la universidad con un enfoque humanista y de resultados tangibles.

Durante la jornada universitaria “Un día con tu rector”, Dámaso Anaya recorrió instalaciones, dialogó con estudiantes, escuchó inquietudes del personal docente y administrativo, y conoció de cerca las nuevas carreras que ya son una realidad. También se destacó la rehabilitación de la Clínica Dental UNE, ubicada frente a la Facultad, que brindará atención a bajo costo tanto a estudiantes como a la comunidad.

Así, entre hechos concretos y un diálogo abierto, la UAT reafirma su compromiso con una educación de calidad, incluyente y cercana. Y en ese mismo espíritu, la ciudad de Nuevo Laredo sigue apostando por su capital más valioso: su gente joven.

davidcastellanost@hotmail.com
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