Nuevo Laredo, Tamaulipas, 7 de septiembre .— .- A pesar de que este año el gobierno municipal de Nuevo Laredo, encabezado por Carmen Lilia Canturosas, ha contado con un presupuesto de Mil 400 millones de pesos, las calles y avenidas de algunas colonias continúan en un estado de total abandono.
Un ejemplo claro de esta desatención es la Quinta Avenida en la colonia Valles de Anáhuac, al poniente de la ciudad. Esta es la vía de acceso para quienes entran a la colonia por el lado sur y es el bulevar principal del sector, pero su pavimento está completamente destruido, especialmente en el cuerpo poniente a la altura de la calle 23.
La Quinta Avenida presenta enormes lagunas formadas por la lluvia que cruzan de lado a lado de la banqueta, lo que la convierte en una vía prácticamente intransitable. Sólo camiones de pasajeros y camionetas grandes logran atravesarla; sin embargo, los vehículos pequeños se enfrentan a un riesgo considerable debido a la profundidad de los charcos.
Los vecinos han comentado que este problema no es reciente; lleva más de dos años sin ser atendido, lo que evidencia la negligencia del gobierno municipal.
No puede ser posible que la dirección de Obras Públicas no pueda tener un grupo de inspectores que transiten las colonias para darse cuenta de problemas de este tipo.
Esta falta de acción por parte del gobierno de Canturosas no sólo refleja un descuido hacia la infraestructura de la ciudad, sino también una falta de consideración por la seguridad de los ciudadanos.
Los grandes baches representan un peligro significativo para conductores y peatones, causando daños a los vehículos como rupturas de llantas, problemas de suspensión y daños al chasis.
Además, obligan a los conductores a hacer maniobras peligrosas que pueden resultar en accidentes. Los motociclistas y ciclistas que transitan por la zona son particularmente vulnerables, ya que un bache podría hacerlos perder el control y sufrir accidentes graves.
Pero este riesgo pareciera no importarle a la que cobra como Presidenta Municipal. El peligro no se limita a los vehículos. Los peatones también corren riesgo de tropezar o caer debido a las condiciones inadecuadas del pavimento. Es inaceptable que el gobierno municipal permanezca indiferente ante una situación que pone en riesgo la integridad de los ciudadanos.
Es urgente que Carmen Lilia deje la comodidad de su oficina con aire acondicionado y salga a supervisar personalmente el estado deplorable en el que tiene sumida a la ciudad. La gente clama en las redes sociales por calles y avenidas debidamente pavimentadas, no solo para mejorar la calidad de vida en la ciudad, sino para evitar estos riesgos constantes.
Es hora de que este gobierno ciego, mudo y sordo escuche a la ciudadanía y tome acciones concretas para reparar las calles de Nuevo Laredo. La negligencia y la falta de compromiso no pueden seguir siendo la norma en una administración que supuestamente está al servicio del pueblo.