Nuevo Laredo, Tamaulipas.. — La promesa de mejoras en la infraestructura por parte del Gobierno Municipal, presidido por la alcaldesa Carmen Lilia Canturosas, parece quedar en palabras vacías cuando se observa la deplorable condición de la calle frente a la clínica UNE en la colonia Los Olivos II. La avenida Vencedor, entre Gloria y Diploma, se ha convertido en un grave problema para los residentes, quienes enfrentan calles intransitables que se deterioraron aún más tras la última tormenta.
A pesar de las constantes publicaciones y mensajes de la alcaldesa en sus redes sociales, en los cuales presume los avances y logros de su administración, la realidad en el terreno cuenta una historia diferente. “Mi carro cayó en uno de esos pozos y se dañó toda la suspensión. ¿Quién va a pagar por eso? La presidenta debería responder por la falta de mantenimiento,” expresó José Luis, un residente afectado que ha visto cómo sus problemas se intensifican debido al abandono de esta calle.
La situación no se limita a la avenida Vencedor. En la calle Arboledas, el problema es igualmente alarmante. Esta vía, que alguna vez fue transitada, ahora está cubierta de maleza. Los residentes advierten que la acumulación de vegetación ha generado un foco de infección, con la proliferación de insectos y hasta serpientes, poniendo en riesgo a los niños que juegan en la zona.
El incumplimiento de las promesas de reparación por parte del gobierno local ha generado un creciente malestar entre los vecinos. La falta de acción y de mantenimiento básico no solo afecta la calidad de vida de los residentes, sino que también refleja una preocupante indiferencia hacia las necesidades fundamentales de la comunidad.
El contraste entre las promesas de campaña de la alcaldesa Carmen Lilia Canturosas y la realidad en las calles pone en evidencia una necesidad urgente de que las autoridades municipales se comprometan a cumplir con sus responsabilidades. Los residentes de Nuevo Laredo claman por una respuesta efectiva y pronta a los problemas que enfrentan a diario, esperando que las futuras promesas no se queden nuevamente en palabras.