Por: Zaira Rosas
zairosas.22@gmail.com
Hoy podríamos hablar de la explotación exagerada de recursos en las
comunidades indígenas, de los nombramientos del próximo gabinete presidencial
o de los números crecientes de asesinatos en nuestro país, pero ya hay
demasiada información al respecto, tanta que nos llena de desesperanza,
haciéndonos creer de manera errónea que la única forma posible de vida es esa,
la costumbre a la violencia, la normalización del daño al planeta, la rivalidad
constante entre seres humanos.
Erróneamente nos hemos acostumbrado a los daños que nos olvidamos de lo
básico, de la posibilidad de construir nuevos lazos y ser una luz de esperanza en
medio del caos. Estos atisbos se pueden encontrar cuando nos atrevemos a vivir
en comunidad. ¿Qué implica una comunidad? Son personas con elementos en
común, que comparten ciertos rasgos, pero si lo llevamos a la profundidad son
personas que bajo los mismos objetivos se apoyan entre sí.
¿Vivir en comunidad es posible aún en las grandes urbes? Quiero pensar que sí,
que, aunque en medio de un mundo globalizado con un sistema económico como
el capitalismo al frente, puede parecer casi imposible por un creciente
individualismo, en medio de este tiempo es urgente volver a las comunidades para
sobrevivir, solo así podemos verdaderamente avanzar y es que la idea de una
comunidad no tiene oposición al progreso, por el contrario, comunidades con un
mayor desarrollo económico y tecnológico pueden poner su saber a favor de un
entorno.
Quizás esto lo hemos visto retratado en la pantalla grande, cuando llegamos a
escenarios apocalípticos donde el mundo se detuvo por nuestro exceso de
ambición como humanidad, sin embargo estas historias son reflejo de vivencias
personales donde los directores han vivido en carne propia los estragos de la
humanidad cuando se polariza en sus propios intereses, de ahí la necesidad de
recordar a través del arte que una comunidad esperanzadora es posible, aunque
al verla reflejada en pantalla pueda parecernos algo utópico.
En la realidad hay algunas prácticas que nos acercan a estos lazos humanos,
mismas que salen a flote en medio de la tragedia, está la solidaridad de quienes
aún en la distancia brindan su apoyo a Palestina, porque entienden que ningún
conflicto armado debería desplazar a familias enteras de su hogar o peor aún
acabar con la vida de millones de personas inocentes.
También encontramos esperanza cuando artistas como Coldplay ponen su fama y
recursos a disposición de causas como la limpieza de agua de desechos plásticos
y con ello crean algo nuevo como su música. Las comunidades hacen eso, ponen
sus talentos al servicio de los demás, no necesariamente de forma desinteresada,
pero sí vislumbrando que cuidándonos los unos a los otros nos cuidamos todas las
personas. Solo en comunidad entendemos que es más fácil aminorar las cargas,
de ahí la necesidad de formar tribus que dieron origen a lo que ahora se han
convertido en grandes ciudades.
¿Por qué considero necesario recalcar la importancia de las comunidades?
Porque en medio de guerras, violencia e incertidumbre ya hay demasiadas
personas señalando lo que está mal, hoy es indispensable que tengamos presente
cómo podemos mejorar, esto último no implica desprenderme de todo para que
alguien más pueda desarrollarse, pero sí entender que mi conocimiento puede ser
fundamental para que cada persona pueda progresar. Hoy te invito a analizar
desde donde están tus puntos fuertes y cómo piensas aportar al progreso de tu
comunidad más cercana. Así se han desarrollado las grandes civilizaciones, bajo
el apoyo mutuo, cumpliendo metas conjuntas y sueños colectivos. Así es como
realmente podemos cambiar al mundo.