Por: Zaira Rosas
zairosas.22@gmail.com
A una semana del resultado de las elecciones seguimos con un México divido, por
un lado, el hartazgo de años de opresión, desigualdad y marginación, por el otro
un porcentaje de personas que rechazan las propuestas de la 4T, entre ellas un
número selecto de individuos cuyo único argumento es el temor a un gobierno
socialista. Estos últimos bajo una gran desinformación han vivido en el engaño de
las cámaras de eco (esas que nos hacen creer que nuestra percepción de la
realidad es válida porque resuena de manera similar en nuestro entorno).
Este ejercicio electoral se realizó bajo múltiples irregularidades por parte de todos
los partidos, un terreno desigual pues al igual que en los viejos tiempos la
exposición del partido que tiene el poder en turno fue extremadamente mayor. Sin
embargo, es innegable el triunfo de MORENA y no porque se trate de unas
elecciones robadas, sino porque se trata de un país desigual donde algunos
cuántos creen que México se reduce a su propia apreciación del entorno, este
triunfo es resultado de más puntos que los programas sociales, hay detrás una
organización similar a la del antiguo PRI, convencimiento bajo la socialización de
propuestas de mejora y sobre todo una vinculación constante con múltiples
agrupaciones de considerable influencia.
Días después a los primeros resultados los comentarios en las calles eran
desproporcionados, personas con considerables posibilidades económicas
hablando de un robo electoral porque en sus grupos era evidente el triunfo de sus
perspectivas y lo mismo había ocurrido en sus casillas. Tristemente estas
personas olvidan que en México se instalaron más de 170,000 casillas a lo largo y
ancho del país, sin contar las del extranjero.
¿A qué se debe el triunfo de MORENA? A una falta de oposición, a la repetición
de los mismos discursos que los partidos han manejado desde su creación y
aunque en todos los partidos había propuestas de personas jóvenes, con un
verdadero interés por hacer una nueva política, aquí los partidos favorecieron o
afectaron a los candidatos. El triunfo es sin duda una extensión de la popularidad y
aprobación de Andrés Manuel López Obrador, sin embargo, el acelere por mover
reformas y el descontento social de otro porcentaje de la población también afecta
a los mercados y eso vulnera de manera directa nuestra economía que desde el
2020 había logrado una considerable estabilidad pese a lo vivido durante la
pandemia.
Ahora la tarea más grande de Claudia Sheinbaum, quien además es la primera
mujer en ser elegida como Presidenta de nuestra Nación, será sin duda la
reconciliación, tomar en cuenta que México es de todas y todos, incluidas las
personas que no votaron por ella y que exigirán un trabajo a la altura de sus
promesas de campaña, le tocará una gestión de diálogo, donde en efecto se
considere primero a los pobres, pero también se reconozca el esfuerzo constante
de la clase media, se hagan propuestas de regulación con mayor transparencia y
se regule la participación de las empresas que pertenecen a los mismos
representantes gubernamentales.
Si algo queda de lección después del 2 de junio es que hay viejas figuras políticas
que siguen metidas en todo, la diferencia es que quienes saltaron al partido en
turno parecieran haber purificado sus malas prácticas y acciones bajo un nuevo
color. La oposición tendrá que replantear si funcionan como coalición o quizás
deban entender la realidad bajo nuevos discursos.
La sorpresa electoral fue MC, validando la aprobación de las personas más
jóvenes quienes aún no alcanzan a ser del todo votantes. Jorge Álvarez Máynez
creció más de lo esperado en últimos momentos y puede que en futuro nos
sorprenda como figura pública desde otros puestos.
A la par hemos de prestar atención a casas encuestadoras y medios de
comunicación, aquellos que vendieron triunfos no visualizados sin duda
presentaron resultados como producto de una negociación que trató de jugar con
la idea de que una victoria distinta era posible. Esas propuestas son responsables
de la falta de seguridad en una elección.
El resultado electoral puede no ser del agrado de varias personas, en esos casos
antes de un juicio hagamos el análisis de nuestra realidad, quizás convenga ver
algunas ficciones como “El nuevo orden”, que nos permitan visibilizar la motivación
de la gente para votar de esa forma el domingo pasado, de la misma manera
podremos comprender que no hay figuras salvadoras que en el poder puedan
hacer el cambio. La verdadera transformación viene del diálogo, de la participación
social y de saber hacer comunidad.