Por: Zaira Rosas
zairosas.22@gmail.com
Las y los mexicanos somos más que fifis o chairos, representamos una
nacionalidad, el amor a nuestro país y no solo divisiones por afinidades a algún
partido político. Es la esperanza en un mejor futuro lo que deberíamos tener
presente de manera constante y a partir de ahí entender que la democracia es la
oportunidad de elegir de manera libre a quién queremos que nos represente. Las
opiniones van a ser diversas sin duda, mas no por ello deberíamos descalificar la
ideología de los demás, pues todas y todos tenemos el derecho de pensar
diferente.
Este 2 de junio millones de mexicanos tuvimos la obligación de salir a las urnas y
elegir a nuestros representantes. Al momento de escribir estas palabras
desconozco los resultados, pero sí puedo decir con certeza que ha ganado la
desinformación y el caos, de los procesos electorales en los que he podido
participar este ha sido sin lugar a dudas el peor organizado y no por culpa del INE,
sino por las y los ciudadanos.
Hemos adquirido de manera general puntos de vista tan cerrados que al que
piensa diferente le descalificamos como ignorante o clasista. Cada persona tiene
el derecho de tener una opinión propia, lo que no es válido es buscar imponer a
los demás un voto mediante el miedo o la desinformación. No se trata de
compararnos con Venezuela o con periodos de gestión previos, porque ningún
gobernante ha actuado igual, aunque represente al mismo partido, aunque si
vamos a tomar datos similares como referentes, hay que hacerlos en un análisis
profundo, crítico y con datos verificados.
Tampoco se trata de descalificar a quienes tienen la ilusión de un cambio, a
quienes concuerdan con reformas actuales o a quienes deciden anular su voto por
falta de opciones. México hasta este momento es una democracia, lo que implica
una amplitud de reglas al momento de votar, algunas complejas como la anulación
del voto, pues esto afecta porcentajes de participación para los partidos políticos.
Hay infinidad de personas sin afiliación política que buscan que este sea un
proceso electoral ordenado y válido para México.
Desgraciadamente también hay mucho caos, falta de compromiso, pues quienes
tenían la obligación de llegar hoy como funcionarios de casilla no cumplieron con
su deber, esto pasó en múltiples partes del país, razón por la que la votación no
comenzó a tiempo. ¿Cuál fue el origen de su ausencia? El miedo, la
desinformación y el desinterés. Mismos que se replicaban a lo largo de las filas de
casilla, personas asegurando que era necesario traer tus propios elementos para
votar pues el del INE no era válido, otras hablando de que cuidaran la manera de
marcar el voto para asegurar la validez del mismo.
Plantillas de redes sociales diseñadas para descalificar a una propuesta, otras
replicando datos de desinformación que únicamente generan angustia, paranoia e
incluso pueden llegar a mermar los ánimos de los votantes.
¿Qué es lo grave de la desinformación? Imaginemos que alguien que ve el
mensaje donde una supuesta funcionaria de casilla dice que el voto que sale del
recuadro no es válido toma esto como información real, quizás así se anulen en el
conteo votos que en realidad tenían toda la certeza y que tendrán que pasar a un
siguiente proceso de verificación. Esto retrasa los resultados finales.
Lo mismo ocurre en casillas especiales donde los lineamientos son claros, si al
llegar hay personas que no tienen oportunidad de votar es porque no cumplieron
con los procesos de participación que debían, de igual forma en el extranjero si las
boletas son insuficientes es porque quienes tenían que registrarse en tiempo y
forma no lo hicieron.
Estas elecciones deberían ser un referente de lo que no debemos hacer, no se
trata solo de la persona que gane o de nuestros representantes, se trata de cómo
nos organizamos para cumplir con nuestro deber, ¿de qué manera estamos
participando? No basta con emitir un voto, sino de organizarnos desde la sociedad
para verdaderamente exigir una transformación desde la participación. Votar es
solo el comienzo, es como inscribirse en la escuela, ahora viene todo el trabajo de
aprendizaje y acción.