En Tamaulipas, la transición de gobierno del PAN a Morena no solo marcó un cambio de administración; evidenció también las profundas divisiones y los retos persistentes que enfrenta nuestro estado.
La inseguridad en la franja fronteriza y las luchas de poder internas han oscurecido la esperanza de una mejora tangible en la calidad de vida de los tamaulipecos. Pero, ¿cómo podemos transformar esta realidad? La clave yace no en la confrontación, sino en la construcción de consensos y el trabajo conjunto.
Un primer paso esencial es abordar la inseguridad no solo con medidas coercitivas, sino con estrategias integrales que incluyan prevención del delito, oportunidades de desarrollo económico y fortalecimiento del tejido social.
La transparencia y la rendición de cuentas deben ser pilares de nuestra administración pública. Solo así podremos restaurar la confianza en nuestras instituciones.
Este es un llamado a la acción para todos los actores políticos: es hora de poner a Tamaulipas primero, más allá de las ambiciones personales o partidistas. Además, el fomento de la participación ciudadana es fundamental.
Los primeros días del proceso federal han transcurrido en una inferencia de los ciudadanos, quienes seguramente esperan con ansía la llegada del periodo vacacional. Los integrantes del círculo rojo deberían ser los más preocupados por la forma en que se plantea el escenario de las elecciones municipales, en donde la delincuencia tiene puestos sus ojos y sus intereses.
Los tamaulipecos debemos ser actores clave en el diseño e implementación de políticas públicas; nuestra voz es indispensable para construir un futuro más prometedor.
El desarrollo económico sostenible y la inversión en sectores clave como educación, salud e infraestructura son esenciales para generar oportunidades para todos.
Políticas que promuevan la igualdad, el respeto al medio ambiente y la innovación deben ser la norma, no la excepción.
En este momento crucial, Tamaulipas está ante la oportunidad de redefinir su futuro. Pero este cambio solo será posible con una visión compartida de progreso, unidad y respeto por el bien común.
Es hora de dejar de lado las luchas internas y trabajar juntos por el Tamaulipas que todos merecemos, principalmente dejar a un lado la polarización que cada día se acrecienta más entre gobierno y sociedad.
El bienestar de las y los tamaulipecos bien vale la pena tratar de tender puentes de entendimiento más allá de intereses particulares.
