Opinión

Los poderes en Tamaulipas

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Ha iniciado el proceso electoral federal y en dos días los desaguisados y ocurrencias no se han hecho esperar. 

Basta señalar la equivocación de Claudia Sheinbaum al confundir la palabra corrupción con transformación o la idea de Xóchitl Gálvez de firmar con sangre sus promesas de campaña. 

Pero también otras situaciones que siguen sobre la mesa política electoral son los conflictos al interior de Morena para la elección de candidatos a presidentes municipales de Ciudad Victoria y Matamoros. Eduardo Gattás tiene en riesgo su continuidad como presidente por fallos graves en su ejercicio y que causaron escozor en las altas esferas morenistas.

 Todo parece indicar que un emergente puede ser Gerardo Illoldi, exfuncionario estatal. Mientras que en la tierra de Rigo Tovar, el alcalde con licencia, Mario López, tiene serios conflictos personales con quien en un principio podía llegar a ocupar las riendas de la ciudad, el diputado local, Alberto Granados Favila, y no hay visos de un arreglo amigable.

 En Acción Nacional no están exentos de enfrentamientos internos de los grupos del exgobernador, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, y el candidato a la diputación federal por el distrito 8, Chucho Nader. Las diferencias giraron alrededor de los o las candidatas blanquiazules a los Ayuntamientos de Tampico y Ciudad Madero. La danza de aspirantes integrada por Rosa González y Mon Marón, quedó con la victoria de la primera. En Ciudad Madero, en lo que fue una negociación cupular, Carlos Fernández buscará dar la pelea por el Ayuntamiento.

 La única gran coincidencia de las pugnas entre los blanquiazules es el constante desgaste de su partido y la decepción que causan entre la sociedad, por anteponer sus ambiciones políticas a los intereses de la ciudadanía. En ambos casos, Morena y PAN, reflejan una falta de autoridad y vacío de poder en Tamaulipas. 

A pesar de repetir una y otra vez que no «son iguales», el partido en el poder estatal recibió la bendición de sus candidatos desde el centro del país.

 La ausencia de una cabeza de proyecto torpedea el futuro panista. Ante la tibieza del poder, no es extraño que a corto plazo surja una autoridad con experiencia y más efectiva. 

Un poder fáctico.

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