Observatorio
Dígase lo que se diga, en Morena, sí hubo un conflicto en la designación de candidatos a la alcaldía de Madero, Altamira y Tampico.
Lo que parecía fácil, se fue complicando a medida que se acercaban los tiempos, en la intención de alargar más la fecha del anuncio de dichas candidaturas, el camino se fue envolviendo en una lucha que llegó hasta las cúpulas, jaloneos y empujones, que finalmente dieron los nombres que hoy conocemos.
Erasmo González Robledo, para Ciudad Madero; Mónica Villarreal Anaya, para Tampico y Armando Martínez Manríquez, en Altamira.
Cada uno de estos ahora candidatos, vivió momentos de tensión hasta el momento en que salieron sus nombres, misma que se mantendrá los siguientes días, en que tienen que cerrar capítulos, llegar a acuerdos, y que todos los participantes se puedan incluir en el mismo proyecto, es decir que les toque algo en la repartición, o bueno, en la designación de los cargos que se ocuparán en caso de que ganen el 2 de junio.
En Madero, trascendió una supuesta mala relación entre Adrián Oseguera, alcalde de Madero y Erasmo González, diputado federal, a tal grado que se decía que el munícipe pretendía imponer condiciones para que éste no fuera designado como candidato, vaya, estaban apuntados su hermano, su esposa y su tesorero, como aspirantes al mismo puesto.
Al final el propio Adrián Oseguera, aclaró que esa supuesta mala relación formaba parte de un rumor que pretendía dividir a Morena en ciudad Madero y hasta una foto se tomó con Erasmo el día del segundo informe del gobernador Américo Villarreal, en la que incluyeron al alcalde de Altamira, Armando Martínez.
En Tampico, aunque se había registrado Mónica Villarreal, hasta hace unos días, todo parecía indicar que no iría, por cuestiones de que es hermana del gobernador y que prácticamente estaba segura la diputada local Úrsula Salazar.
Incluso Mónica fue cuestionada sobre esta situación por algunos reporteros, y sorteó bien los cuestionamientos, pues ella no es política de ahora, tiene una larga carrera en diferentes cargos públicos y no le pueden meter en el oportunismo que se ve en otros estados del país, en el que algunos aprovechan a la parentela para convertirse en candidatos.
En Altamira, también estaba seguro Armando Martínez en su designación, hasta que se registró el ex alcalde priísta Juvenal Hernández Llanos, como aspirante a la candidatura por Morena, en un acto evidente de provocación al partido y al propio Armando.
En la lucha por el poder, Juvenal le ha hecho mucho ruido al actual alcalde al interior del partido, quien obviamente busca quedarse con algo para ya no seguirle moviendo.
Con el anuncio de los tres candidatos de Morena, a la alcaldía de los municipios del sur de Tamaulipas, termina un primer y largo capítulo en este proceso con rumbo a la elección del 2 de junio y ahora a lo que sigue.