A través de los años en México y en Tamaulipas, la vieja y la nueva política han estado salpicadas permanentemente de actos de corrupción; los ejemplos están a la vista de todos.
Hasta antes de la debacle del todopoderoso PRI, el castigo de las actividades ilegales detectadas en un gobierno era lo más parecido a un ajuste de cuentas entre un solo grupo de la mafia, ahora parecieran ser más.
Después de cumplir con el escarmiento, el responsable que había pagado con cárcel durante algunos años, salía de prisión y se mantenía en bajo perfil y alejado de la vida pública.
En ese momento, nos damos cuenta de que las cosas no han cambiado en la nueva forma de hacer política en los años recientes, a pesar del mantra «no somos iguales».
Este lunes, el mandatario estatal, Américo Villarreal Anaya, declaró: «Que tengamos gente que tenga una hoja de vida que conozcamos y nos dé confianza a los ciudadanos, y que tenga una hoja de servicio público en la que podamos también confiar en su desempeño».
En alusión al perfil que deben cumplir los candidatos de todos los partidos para participar en el proceso del 2 de junio.
Debemos esperar que la observación del gobernador vaya enfocada en primer término a su partido, Morena, y sus aliados PT y Verde.
Posteriormente, al PAN, PRI y PRD.
¿Todos los interesados en alcanzar una senaduría, diputación federal y local, así como una presidencia municipal o llegar a ser regidor y síndico, pueden presentar una «hoja de vida o servicio» intachable para que la sociedad confíe en ellos y obtengan su voto?.
Más allá de los buenos propósitos del gobernador, Villarreal Anaya, también es necesaria su injerencia en hacer cumplir su propuesta; todos sabemos que como líder político en Tamaulipas, tiene el poder de influir en la designación de candidatos.
Si los futuros funcionarios cumplen con un perfil de honestidad y transparencia, será un logro personal.
En un panorama político marcado por la corrupción y la falta de transparencia, la sociedad demanda líderes comprometidos con la honestidad y la integridad. El desafío de encontrar candidatos que encarnen estos valores es crucial para fortalecer nuestra democracia. La transparencia en la vida pública es esencial para recuperar la confianza de los ciudadanos en sus representantes.
Solo mediante un compromiso genuino con la honestidad y la transparencia podremos construir un futuro político sólido y confiable.
