Hasta las más recientes elecciones de gobernador, diputaciones y alcaldes en Tamaulipas, todo indicaba que lo más importante era un video bien producido y el uso de programas sociales para ganar.
Así ha sido en la época actual; las declaraciones ocurrentes y las frases chuscas marcaron las líneas a seguir desde el año 2000 con Vicente Fox hasta hoy en día.
Pocas han sido las propuestas sobre las verdaderas necesidades de la sociedad; el caso de Tamaulipas es el ejemplo más reciente. El excandidato a gobernador de Movimiento Ciudadano, Arturo Díez Gutiérrez, fue el único en hablar y plantear soluciones a la inseguridad que se vivía en la entidad y que en las últimas semanas se ha recrudecido, principalmente en Reynosa y Río Bravo.
Como todos sabemos, este problema social toca atender y resolver a la federación. Esta excusa no cabe porque en el presente año se llevará a cabo un proceso que incluye la elección de presidente de la República, senadores y diputados, estos últimos federales. Entonces, es de esperar que las propuestas de las y los candidatos vayan más allá de «combatiremos al crimen organizado» o «la política de abrazos no balazos»,fue un fracaso.
El país y el estado esperan que alguien muestre disposición para resolver la inseguridad, lo cual se ve sumamente difícil. Sí, no hay una varita mágica y la problemática no se cambiará de la noche a la mañana, pero al menos que expongan algo factible y creíble para los electores.
Porque seguramente la ciudadanía ya no ve con aprobación esos vídeos chuscos y ocurrentes, donde los políticos beben y tampoco los de gran producción. Igualmente, el panorama luce complicado para aquellos que tienen actualmente el poder de ser alcaldes, diputados y senadores, o que tienen un cargo en la función pública.
Nunca será lo mismo tener poder económico o político que estar expuesto como candidato; algunos ya lo resienten. En los últimos días lo hemos visto en Tampico, Altamira y Madero, y lo que falta.
El panorama político en Tamaulipas refleja una tendencia hacia el marketing y la retórica vacía en lugar de abordar las necesidades reales de la sociedad. Aunque la inseguridad persiste, pocos candidatos proponen soluciones concretas. Es hora de que los partidos políticos demuestren un compromiso genuino con la seguridad y el bienestar de la población, y que los ciudadanos exijan propuestas claras y viables en lugar de discursos vacíos y videos superficiales.
