Casi al mismo tiempo en que un candidato panista del Sur de Tamaulipas me decía, cualquiera puede ser candidato del pan el tema es que no llegue morena a la alcaldía, comenzaba a circular una vez más información en torno al ex gobernador, Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
Más allá que la Jueza Octavo de Distrito, Adriana Yolanda Vega Marroquín, cancelara la orden de aprehensión contra el ex mandatario blanquiazul, por delitos de delincuencia organizada y lavado de dinero, se demuestra que en política nadie debe ser dado por muerto.
Ante esta situación, una vez más, los panistas tamaulipecos vuelven a estar intranquilos y más luego de la posibilidad que Mariana Gómez Leal, esposa de Francisco García Cabeza de Vaca pueda contender por la senaduría de Tamaulipas.
Parece que los hermanos Cabeza de Vaca más que competir contra Morena y sus partidos aliados, buscan someter a sus propios compañeros de partido, principalmente al grupo político de Chucho Nader, quien ha dado todas las libertades y apoyo al titular de Servicios Públicos, Pepe Schekaibán y a la diputada federal, Rosa González, quien nunca ha negado ser parte del equipo del alcalde de Tampico, para moverse en estos tiempos electorales.
¿Qué pretende el ex gobernador con su estrategia?, tal vez hacer válida la frase. “De lo perdido lo encontrado”, una vez que fue borrado del equipo cercano a la precandidata de la coalición Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez.
Ante esta situación, el panorama se torna complicado para Chucho Nader, pero es ingenuo pensar que junto con su equipo se quedarán tranquilos y menos después del inesperado registro de la diputada, Imelda San Miguel como precandidata al Senado. Las alianzas se bordan de manera fina y con paciencia como parece actuar el líder blanquiazul en el sur y quién seguramente piensa ya en su tercer periodo como alcalde.
A días de iniciar las precampañas si bien aún no suenan los tambores de guerra, entre los grupos políticos ya afilan los cuchillos en donde puede que nadie resulte ganador, pero sí habrá bajas.
El ruido político aumenta luego de la advertencia de vernos en el 2024.
