El desastre ocasionado por el huracán «Otis» en Guerrero, debe ser una llamada de atención para las autoridades estatales de Tamaulipas, mismas que deben hacer un ejercicio de valoración para conocer si están listas para actuar de forma preventiva ante un desastre natural de ese nivel o de otro tipo.
Más allá de las fallas o errores cometidos a nivel federal y que han quedado ya expuestos tomando como referencia la información manejada por el Centro Nacional de Huracanes (CNH) en Miami, es necesario se tomen las medidas proactivas para evitar el mayor número de pérdidas de vidas humanas y las menores afectaciones en general.
La tragedia ocurrida en la iglesia de la Santa Cruz, en Ciudad Madero, en donde fallecieron 12 personas al caer la losa del lugar, desnudaron la ineficiencia de las autoridades de Protección Civil, no solo de la actual administración del estado, sino también de anteriores gobiernos estatal y municipal.
A un mes del siniestro no se conocen más detalles de quiénes fueron los responsables de revisar o supervisar las condiciones del inmueble, incluso algunos funcionarios que ocuparon cargos en Ayuntamientos anteriores en Protección Civil siguen en activo en esa misma área, como Roberto Chávez o Rommel Martínez, que labora en el municipio de Altamira, en la dirección de Bienestar Social.
De todos es conocido el riesgo que representa la situación geográfica de la costa tamaulipeca, en particular la zona sur, la carencia de drenes pluviales, un cordón litoral en Altamira al punto del colapso y una falta de conciencia ciudadana por evitar tirar basura en canales y vía pública que colapsan el sistema pluvial, mantienen en riesgo a más de un millón de habitantes en caso de la presencia de un huracán.
«Ciudad Madero no está preparado para un fenómeno de esta naturaleza y más porque somos el municipio más inundable del país, un huracán de esta categoría y no la contamos, no solo nosotros, sino toda la zona conurbada», expresó el alcalde maderense, Adrián Oseguera, en un acto de sinceridad.
La historia nos ayuda a conocernos como sociedad y la experiencia nos debería enseñar a aprender. Pero también las circunstancias han cambiado en muchos aspectos.
Los huracanes de intensificación rápida como «Otis» son cada vez más comunes. ¿Tamaulipas se encuentra listo para un fenómeno de este tipo?.