Aún retumban en los oídos de los morenistas de Tamaulipas y de todo México, las palabras del presidente, Andrés Manuel López Obrador sobre la participación de familiares y amigos en busca de cargos políticos.
“Yo no quiero que establezca o se restablezca la mala costumbre del amiguismo, del influyentismo, del nepotismo, de todas esas lacras de la política. No, mi familia no. Si no, no avanzamos”, dijo sobre el interés de su prima Manuela Obrador Narváez por buscar la candidatura de Morena al Gobierno de Chiapas.
Afortunadamente para muchos después el ejecutivo federal matizó la restricción hacia su familiar, afirmando que tiene toda libertad de aspirar a otra candidatura para cargo de elección popular.
Aún faltan cinco años para concluir el actual sexenio del gobernador morenista, Américo Villarreal Anya y aunque ya no será presidente de México, para nadie es un secreto que López Obrador seguirá marcando la línea a seguir en su partido.
De su sentencia se desprende que la candidatura a la próxima gubernatura de Tamaulipas está blindada para los familiares del actual mandatario estatal, en este caso para Américo Villarreal Santiago, “ameriquito” como suelen llamarlo, aunque dirán que no, la calentura política causa alucinaciones.
El mandamiento de líder de la cuatroté aplica de manera selectiva para su prima, seguramente más de un seguidor de Morena se puso a temblar en Tamaulipas, no sería mala idea bajar esa indicación para los parientes de los políticos en la entidad que buscan “heredar” algún cargo a un familiar en el próximo proceso electoral del 2024, la excusa es que espacios van a sobrar.
Se ha dicho hasta el cansancio que Mónica Villarreal Anaya, hermana del ejecutivo estatal en turno, ya tiene permiso para buscar la alcaldía de Tampico, posición que disputa con la diputada morenista, Ursula Patricia Salazar Mojica, sobrina del presidente de México.
Lo mismo ocurre con el alcalde de ciudad Madero, Adrián Oseguera Kernión, quien al no verse favorecido por quién maneja los hilos del poder, ha trascendido impulsa a su hermano Abel para sucederlo en el cargo.
A pesar del cristal con que se mire el “amiguismo, influyentismo y nepotismo” es un cáncer presente en la estructura política de México desde hace muchos años y que en la actual administración federal, estatal y municipal morenista está arraigado, ejemplos sobran. A pesar de que no “no son iguales”.