Llega el momento esperado, el tiempo de capturar tan importante evento, el preciso instante donde los gobernadores de Tamaulipas, Veracruz, San Luis Potosí y el representante de Nuevo León, firman sus respectivas carpetas que contienen el convenio en materia de seguridad.
Una vez más, la cruda y violenta realidad les enseña a las autoridades estatales que nada es lo que parece y se requiere algo más que buenos deseos plasmados en papel para hacer frente a la delincuencia organizada.
Los gobernadores de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya, San Luis Potosí, Ricardo Gallardo, Veracruz, Cuitláhuac García y Javier Navarro, secretario general del gobierno de Nuevo León, representando al mandatario Samuel García, se mostraron dispuestos a trabajar coordinadamente por alcanzar la anhelada paz y así generar un desarrollo equilibrado en beneficio de sus gobernados.
Sin embargo los últimos acontecimientos, al menos en la sultana del norte y en la entidad tamaulipeca, indica que muy lejos se está de alcanzar una de las principales demandas ciudadanas, convivir de manera segura y en paz.
El más reciente parte informativo de la guerra sostenida entre grupos delincuenciales antagonicos, señala un saldo de «tres o cuatro» sicarios muertos en un enfrentamiento ocurrido en los límites de Nuevo León y Tamaulipas.
Otro hecho que muestra una realidad muy diferente a la conocida, son las brigadas para la toma de muestras, obtención de perfil genético y documentación con el propósito de integrar información en una base de datos nacional con el ADN de familiares de desaparecidos y así contribuir a la identificación de restos humanos.
La actividad realizada en Reynosa y Matamoros con mucha secrecía, por obvias razones, arroja un poco de luz y pone en una perspectiva más objetiva a las estadísticas oficiales. La mayoría de las personas que acudieron al procedimiento médico nunca presentaron la denuncia correspondiente.
El enfrentamiento de los miembros de los cárteles y el levantamiento del censo médico, si bien son hechos totalmente diferentes, tienen como génesis la inseguridad y la ola de violencia cada día escala más.
Es muy claro que es insuficiente la propuesta de sumar esfuerzos y trabajar en favor de la paz de las familias de las cuatro entidades, dos de ellas morenistas y las otras dos alineadas al gobierno federal.