Por lo visto atrás han quedado los conflictos entre Tamaulipas y Nuevo León por el tema del agua, ahora la pelea es entre las autoridades estatales morenistas y el gobierno de Chihuahua, por cierto de extracción panista.
En las últimas semanas diputados federales, autoridades estatales y representantes de diversas organizaciones chihuahuenses han levantado la voz para denunciar que les quieren quitar su agua para trasvasar y usar en tierras tamaulipecas.
Históricos fueron los pleitos entre los mandatarios neoleoneses y tamaulipecos por el vital líquido de la presa El Cuchillo, sin importar que el derecho asistiera a los regantes del distrito 026, todo terminaba en un arreglo político.
Ahora llama la atención el silencioso acuerdo entre los mandatarios morenista, Américo Villarreal y emecista, Samuel García, para no pelear y dejar que el agua fluya.
La «mala de la historia» en la guerra por el oro azul es la administración encabezada por la gobernadora del PAN, María Eugenia Campos.
“¿Cuál es la necesidad de agredir a los chihuahuenses y de quitarnos nuestra agua?, cuestionó en su momento el funcionario panista responsable de la secretaría general de Gobierno, Santiago de la Peña, al conocer la intención del ejecutivo estatal, Villarreal Anaya.
Diputados federales, como Salvador Alcántar Ortega, autoridades de la administración estatal y representantes de diversos organismos han dado a conocer que la Comisión Nacional del Agua (Conagua), ya tienen en su escritorio la solicitud para la extracción de agua de las presas de Chihuahua y llevarlas a la entidad tamaulipeca, a lo cual han dicho, no permitirán.
Por parte del gobierno morenista, la punta de lanza para lograr su objetivo ha sido el diputado, Juan González Lima, quien apenas hace unos días retomó el tema de la apertura de las presas chihuahuenses para el trasvase de agua.
Todo indica que se elevará el nivel de confrontación, sobre todo por el tema partidista, algo muy común en el ámbito de la política mexicana.
Si el agua tuviera conciencia ¿cómo se sentiría o qué nos diría?, cuando es usada como moneda de cambio y con intereses políticos.
Lo cierto es que Chihuahua no es Nuevo León.
